La descripci¨®n del 'lector' de los genes gana el Nobel de Qu¨ªmica
Roger Kornberg, hijo de otro premiado, recibe el honor en solitario
Roger Kornberg ten¨ªa 12 a?os cuando viaj¨® a Estocolmo por primera vez, en diciembre de 1959. Acompa?aba a su padre, el bioqu¨ªmico norteamericano Arthur Kornberg, que iba a recoger el premio Nobel junto al espa?ol Severo Ochoa. Roger volver¨¢ a la capital sueca dentro de dos meses, esta vez a recoger el suyo. La Academia sueca se lo concedi¨® ayer por haber descrito, con precisi¨®n at¨®mica, la complej¨ªsima maquinaria que lee los genes en la c¨¦lula viva.
El hijo ha superado al padre: mientras que Arthur Kornberg tuvo que compartir el Nobel de Medicina con Ochoa, su hijo Roger recibir¨¢ en solitario el de Qu¨ªmica y los 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros) con que est¨¢ dotado.
El premio tiene relaci¨®n con el de medicina concedido el lunes pasado -ambos tienen que ver con la forma en que el ADN se copia en una mol¨¦cula similar llamada ARN-, pero tambi¨¦n representa un estilo de investigaci¨®n exactamente opuesto: Craig Mello y Andrew Fire fueron galardonados por un descubrimiento relativamente r¨¢pido y sorprendente. Kornberg lo ha sido por 20 a?os de estudios estructurales de una enorme dificultad t¨¦cnica, y cuyo resultado no es propiamente un descubrimiento, sino un plano en tres dimensiones: la estructura at¨®mica de una m¨¢quina microsc¨®pica compuesta por cerca de 50 prote¨ªnas, el lector de los 23.000 genes humanos. La pieza central de este lector de genes se llama ARN polimerasa.
"El ADN es claramente importante", ha explicado Kornberg, "pero su informaci¨®n por s¨ª sola est¨¢ muda. Quien le da voz es la ARN polimerasa, una m¨¢quina con partes m¨®viles".
Los genes tienen la misma estructura en las bacterias y en los animales (la doble h¨¦lice del ADN), y los cient¨ªficos supon¨ªan que su mecanismo de lectura tambi¨¦n ser¨ªa similar en ambos. No es as¨ª: una de las principales caracter¨ªsticas que distinguen a los organismos superiores de los microbios es la gran complejidad de esa maquinaria. La raz¨®n es que todas las c¨¦lulas del cuerpo contienen los mismos genes: la clave del desarrollo, por tanto, es qu¨¦ genes se activan -se leen- en los momentos adecuados de la vida embrionaria, y en los grupos de c¨¦lulas donde sus productos se requieren para hacer, por ejemplo, una parte concreta del cerebro en lugar de un ojo.
La sede central donde toda la informaci¨®n sobre el entorno de la c¨¦lula se integra para decidir qu¨¦ genes se activan es la maquinaria descrita por Kornberg.
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