El fracaso de Gustav Klimt
'La destrucci¨®n creadora' recuerda la gran crisis del pintor vien¨¦s
Gustav Klimt pas¨® de ser en pocos a?os el pintor m¨¢s popular y laureado de la Viena finisecular (con s¨®lo 28 a?os recib¨ªa el Premio Emperador, la m¨¢s alta distinci¨®n en las artes del Imperio austro-h¨²ngaro) a ser poco menos que un apestado social. El esc¨¢ndalo -de escala nacional- provocado por sus murales para la Universidad de Viena desemboc¨® en una crisis personal que cambi¨® definitivamente su rumbo creativo. La Fundaci¨®n Juan March de Madrid inaugur¨® ayer una exposici¨®n que circula alrededor de ese punto sin retorno en la vida de Klimt.
Hasta el 14 de enero y bajo el t¨ªtulo La destrucci¨®n creadora.Gustav Klimt, el friso de Beethoven y la lucha por la libertad del arte, la exposici¨®n recuerda -con dibujos, reproducciones, bocetos, fotograf¨ªas, fototipos, esculturas, libros de apuntes...- c¨®mo en 1894 Klimt recibe el encargo institucional que le consagrar¨ªa (las pinturas para el Aula Magna de la Universidad de Viena) y c¨®mo seis a?os m¨¢s tarde al entregar sus monumentales pinturas se abrir¨ªa un debate brutal que acabar¨ªa en una querella est¨¦tica que tuvo consecuencias sociales y pol¨ªticas y que oblig¨® a intervenir en el Parlamento al ministro de Educaci¨®n. "El hombre que recibe el encargo es diferente del hombre que lo entrega", apunta Javier Gom¨¢, director de la fundaci¨®n. Un artista en transici¨®n que empieza a tener conciencia de s¨ª mismo, que act¨²a de acuerdo con su propio genio, un artista "bohemio, moderno y solitario" que no complace los gustos de la ¨¦poca.
La exposici¨®n re¨²ne una selecci¨®n de medio centenar de dibujos y estudios preparatorios de los cuadros de la tres facultades. Las pinturas (destruidas durante la II Guerra Mundial) se reproducen ahora en enormes cajas de luz en las que se ve la influencia del irracionalismo, de lo on¨ªrico y lo er¨®tico.
"El fracaso de Klimt, su destrucci¨®n, marca el inicio de su propio estilo, de lo que hoy conocemos como su mundo", a?ade Gom¨¢. El conservador del Museo Belvedere de Viena, Stephan Koja, ha sido el asesor de la exposici¨®n y el editor del cat¨¢logo. "Hemos retomado un debate que surgi¨® a principios de siglo en Viena, unos cambios que siguen estando vigentes, ya que las mentiras de la burgues¨ªa del siglo XIX, el miedo a Eros, sigue vivo en nuestra sociedad", afirma Koja, que escribe: "Klimt empez¨® a desvelar la vida de los instintos... generaliza sus experiencias individuales, sus obsesiones personales, y es lo que le conduce al ojo del hurac¨¢n. Klimt hace constar las palabras de Schiller: 'No puedes agradar a todos con tu hacer y tu obra de arte; haz justicia s¨®lo a unos pocos; gustar a muchos es malo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.