El 'enigma' del sucesor de Pujol
Dice Jordi Vilajoana, vicepresidente segundo del Congreso de los Diputados por CiU e ¨ªntimo amigo del candidato, que Artur Mas es el compa?ero de viaje ideal. No en el sentido ideol¨®gico, que tambi¨¦n, sino en el m¨¢s terrestre: es el tipo que, cuando vas a descubrir mundo con ¨¦l, se ha le¨ªdo la gu¨ªa antes que t¨² y sabe qu¨¦ vale la pena visitar, qu¨¦ hay que pedir en el restaurante recomendado y ad¨®nde conviene dirigirse para pasar la noche confortablemente. "Nunca va de bulto", resume el diputado.
Artur Mas tiene fama de hacer siempre los deberes. Disciplinado, trabajador, un punto "enigm¨¢tico", seg¨²n expresi¨®n de Xavier Trias -otro amigo y correligionario de vieja fecha-, la ma?ana del s¨¢bado 30 de septiembre demuestra que esa fama no le ha llovido del cielo, sino que la lleva muy currada. En el pabell¨®n deportivo de la Mar Bella, una de las playas ol¨ªmpicas barcelonesas, ha sido proclamado candidato a la presidencia de la Generalitat entre la euforia de los suyos. Se trata ciertamente de un acto redundante, pues nadie en la formaci¨®n pol¨ªtica cuestiona su liderazgo. Pero plantarse ante 2.500 partidarios es siempre una manera no ya de reforzarse uno, sino, m¨¢s que nada, de mostrar la propia fuerza al adversario.
Artur Mas tiene fama de hacer siempre los deberes. Disciplinado, trabajador, un punto "enigm¨¢tico', seg¨²n su amigo y correligionario Xavier Tr¨ªas
"Soy una persona reservada, no me ha gustado nunca exhibirme, no ya en pol¨ªtica, sino en general en todos los ¨¢mbitos de la vida"
En sus ¨²ltimos a?os universitarios vivi¨® la crisis de la empresa paterna. "Fue una ¨¦poca muy dura, con ocupaci¨®n del taller y varias huelgas salvajes"
La renuncia a lo privado tiene fecha: junio de 1995. Fue nombrado consejero de Obras P¨²blicas por esc¨¢ndalos inmobiliarios de sus antecesores
En 2001 es 'conseller en cap' del ¨²ltimo Gobierno de Pujol y en 2003 disputa la Generalitat a Maragall, al que le gana en esca?os, pero no en votos
"Hay pol¨ªticos a los que no les importa no tener el fin de semana para s¨ª. A m¨ª me cuesta, procuro guardar un d¨ªa para mi familia y mis amigos"
Mas ha pronunciado un discurso preciso y bien hilvanado de casi 45 minutos. Previamente, en el mismo escenario, se ha sometido a una entrevista p¨²blica con la escritora Maria de la Pau Janer. Luego se ha zambullido en la masa que le vitoreaba, repartiendo manos y palmeos en la espalda. Pero su jornada laboral de esa ma?ana todav¨ªa no ha concluido. Le queda por recibir a EL PA?S. Y lo hace, por propia elecci¨®n, en uno de los vestuarios del pabell¨®n deportivo, con la camisa empapada de sudor y la adrenalina del acto p¨²blico todav¨ªa marcada en el rostro. El atleta tras la prueba: no est¨¢ mal como s¨ªmil de un pol¨ªtico al que, seg¨²n su gente m¨¢s pr¨®xima, le gusta competir y ganar.
Poco antes de iniciar la conversaci¨®n se le ha acercado un empleado de las instalaciones, le ha felicitado y se ha mostrado convencido de que el candidato saldr¨¢ ganador en la pr¨®xima contienda electoral catalana. "Todav¨ªa no, hay que trabajar mucho", murmura Mas, y se dir¨ªa que habla para s¨ª mismo, como si repitiera un mantra para apartar de s¨ª el c¨¢liz prohibido del exceso de confianza.
"Soy una persona reservada, no me ha gustado nunca exhibirme, no ya en pol¨ªtica, sino en general en todos los ¨¢mbitos de la vida. Cada uno tiene su car¨¢cter, y el m¨ªo proyecta una fachada que no se corresponde con la realidad. Mis adversarios me han atacado mucho por esa fachada. Hace tres a?os me consideraban un robot, una especie de producto de laboratorio. Ahora ya no. Bueno, y eso ?qu¨¦ quiere decir? Pues que a medida que vas siendo t¨² mismo, vas gan¨¢ndote tu espacio. Algunos compa?eros me dicen que soy diferente del de antes. Yo les digo que no, que el Artur Mas aut¨¦ntico es el de ahora, y todav¨ªa no del todo, porque ciertas cosas no consigo expresarlas, por pudor o timidez".
Realiza esta confesi¨®n de sopet¨®n y parece sincero. Es muy posible que el enigma Mas del que habla Trias provenga de ese desajuste entre el fondo y la forma, lo que es y lo que parece, lo que cree y lo que los dem¨¢s creen que ¨¦l cree. Un dilema muy catal¨¢n. Artur Mas (Barcelona, 31 de enero de 1956) naci¨® en el barrio de Sant Gervasi, por encima de la Diagonal -en la capital catalana, la posici¨®n con respecto a esa avenida imprime car¨¢cter-, muy cerca de la casa del poeta Joan Maragall, en la que ahora vive su nieto Pasqual, y muy cerca tambi¨¦n de Tusset street, la calle que a finales de la d¨¦cada de los sesenta y principios de los setenta fue uno de los feudos de la gauche divine. Seny y rauxa, pues, a igual distancia de la cuna, aunque la familia Mas indudablemente se sit¨²a en el territorio de la sensatez, las buenas costumbres y la industriosidad catalana, como se dec¨ªa por la ¨¦poca. El padre, en efecto, ten¨ªa una f¨¢brica de elevadores y ascensores, fundada por su padre durante la dictadura de Primo de Rivera. Tras un proceso de expansi¨®n en el que se incorporaron nuevos socios, la compa?¨ªa hizo suspensi¨®n de pagos en 1979, lo cual supuso un duro rev¨¦s para la familia y algo que marc¨® profundamente al candidato.
Pero conviene no avanzar acontecimientos. En la familia -Artur es el primero de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas- se respira tradici¨®n y liberalismo, que en Catalu?a a menudo coinciden. El colegio al que acude Artur es un cl¨¢sico de la burgues¨ªa ilustrada: el Liceo Franc¨¦s. Y de ah¨ª pasa al colegio Aula, cuando el pedagogo Pere Ribera se escinde del Liceo y crea dicha instituci¨®n, que a la postre ha resultado ser una suerte de ENA a la catalana, un vivero de cuadros dirigentes.
"Esa escuela me ha marcado. A partir de los 12 a?os nos hac¨ªan exponer un tema ante los compa?eros, y eso te acostumbra a hablar en p¨²blico. Tuve adem¨¢s tres maestros claves, que me abrieron las puertas de la filosof¨ªa, la literatura y las ciencias sociales". El rigor expositivo, la l¨®gica cartesiana de sus discursos provienen sin duda de esa formaci¨®n: Mas es de los pocos pol¨ªticos que puedes transcribir de la grabadora al papel sin tocar la puntuaci¨®n, perfectamente colocada en el discurso oral. No hace falta decir que Aula es tambi¨¦n la escuela de referencia de sus tres hijos.
De su ¨¦poca de bachiller, el candidato destaca tres asignaturas de letras, pero a la hora de escoger facultad se inclin¨® por la de Econom¨ªa y Ciencias Empresariales: eso tambi¨¦n forma parte de cierta tradici¨®n formativa de la clase media-alta catalana. En sus ¨²ltimos a?os de universitario vivi¨® la crisis de la empresa paterna. "Fue una ¨¦poca muy dura, con ocupaci¨®n del taller por parte de los trabajadores y varias huelgas salvajes. Todo eso lo viv¨ª en directo porque tuve que ayudar a mi padre. Pero aprend¨ª".
Ya licenciado, trabaja durante tres a?os en el mismo sector, abriendo mercados por el Mediterr¨¢neo y los pa¨ªses ¨¢rabes. En 1984 entra en el Departamento de Comercio, Consumo y Turismo de la Generalitat, y dos a?os despu¨¦s se convierte en director general de Promoci¨®n Comercial, el director general m¨¢s joven del Gobierno aut¨®nomo. No es hasta 1987 que se afilia a Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya. Pero algo deb¨ªa de haber quedado sin resolver en su paso por el mundo de la empresa si en 1988 vuelve a ella, concretamente al sector de la piel, en la empresa Tipel, que capitanea Isidor Prenafeta, hermano del todopoderoso secretario de Presidencia de Jordi Pujol. Permanece all¨ª hasta pasados los Juegos Ol¨ªmpicos. Dos a?os despu¨¦s, la empresa quiebra.
"El salto definitivo a la pol¨ªtica lo doy en 1993, cuando Josep Maria Cullell, con el que ya colaboraba en el Ayuntamiento de Barcelona, es nombrado consejero de Obras P¨²blicas. La oposici¨®n municipal tras los Juegos Ol¨ªmpicos queda fortuitamente en mis manos. Yo, un pipiolo, solo frente al monstruo pol¨ªtico, en el buen sentido de la palabra, el alcalde ol¨ªmpico Pasqual Maragall. Dej¨¦ en un 70% mi actividad privada, ten¨ªa todav¨ªa miedo de que la pol¨ªtica me absorbiera por completo, como finalmente ha ocurrido, y no tuviera vuelta atr¨¢s".
La renuncia a todo lo privado tiene fecha precisa: junio de 1995, cuando es nombrado consejero de Obras P¨²blicas de la Generalitat tras las dimisiones de Cullell y su sucesor, Jaume Roma, por sendos esc¨¢ndalos inmobiliarios. "Lo dej¨¦ todo: el Consejo de La Seda de Barcelona, el de la Caixa de Catalunya, incluso mi participaci¨®n en la asociaci¨®n de padres de Aula". Tambi¨¦n qued¨® en suspenso la reforma de una cocina que su esposa, Elena Rakosnik -el apellido es de origen checo-, hab¨ªa encargado y que qued¨® paralizada por la psicosis de corrupci¨®n generalizada que presidi¨® aquellos d¨ªas siniestros. "Esa reforma la hicimos dos a?os despu¨¦s", informa Mas.
A partir de ah¨ª, su trayectoria pol¨ªtica sufre un aceler¨®n. En 1997 pasa a ocupar el Departamento de Econom¨ªa, en 2000 es elegido secretario general de CDC, en 2001 es conseller en cap del ¨²ltimo Gobierno presidido por Jordi Pujol y en noviembre de 2003 disputa la presidencia de la Generalitat a Pasqual Maragall, al que vence contra todo pron¨®stico en esca?os -no en votos-, aunque finalmente la aritm¨¦tica parlamentaria lleva a la formaci¨®n del tripartito. "Me ha gustado el riesgo, siempre, en todo. Tom¨¦ el relevo del presidente Pujol en un momento en que CiU no ten¨ªa una sola oportunidad de salir ganadora, pero eso no lo pens¨¦ entonces, s¨®lo pens¨¦ que ten¨ªa la gran oportunidad de liderar el proyecto en que cre¨ªa".
Reconoce que el paso a la oposici¨®n fue "muy duro" y que el abatimiento del momento le llev¨® a vislumbrar "una larga traves¨ªa del desierto". Pero la negociaci¨®n del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa le ha abierto nuevas perspectivas. "Me la jugu¨¦ pactando el articulado con Maragall en el Parlament. Eso pod¨ªa haberle consagrado a ¨¦l durante mucho tiempo como presidente de la Generalitat al frente del tripartito".
El riesgo. De peque?o andaba a menudo escayolado, acostumbraba a ir un paso m¨¢s all¨¢ de lo que aconsejaba la prudencia. Jugaba al f¨²tbol, le llamaban flecha negra. Sus colaboradores afirman que ese instinto ha permanecido en ¨¦l, que es muy consciente de que a la hora de decidir debe asumir toda la responsabilidad. Es curioso: siendo un chaval de acci¨®n, pas¨® a ser un adolescente lector, m¨¢s bien reflexivo. Ley¨® mucha poes¨ªa, especialmente francesa. Prefiere el ensayo a la novela, le gusta mucho la geograf¨ªa, en consonancia con su pasi¨®n por los viajes.
Eso precisamente es lo que suele a?orar de su vida prepol¨ªtica: el poder ausentarse. "Hay pol¨ªticos a los que no les importa no tener el final de semana para s¨ª. Jordi Pujol es un ejemplo de esto. A m¨ª me cuesta. Procuro, siempre que puedo, guardarme un d¨ªa para la familia y los amigos". Esa pulsi¨®n por evadirse le acarre¨® un duro traspi¨¦s en diciembre de 2000, siendo conseller en cap: ¨¦l estaba en la fiesta de inauguraci¨®n de una discoteca de la poblaci¨®n barcelonesa de Vilassar de Mar mientras la Generalitat recomendaba quedarse en casa ante una nevada que paraliz¨® Catalu?a. En otro momento, confiesa que hace a?os su dimensi¨®n p¨²blica caus¨® problemas a su hija mayor: no quer¨ªa acompa?arle por la calle, le daba apuro que los miraran. "Esa etapa qued¨® superada. Con los dos chicos no se ha repetido. Son peajes caros".
Suceder a Jordi Pujol, desde luego, no le ha sido f¨¢cil. Xavier Trias resume as¨ª el car¨¢cter de los dos pol¨ªticos: "Pujol es b¨ªblico, se expresa con grandes par¨¢bolas. Mas, en cambio, es un tratado de teolog¨ªa". El perfil de gestor gana pues sobre el estilo prof¨¦tico de su predecesor. ?ste, por cierto, nunca hubiera dicho que el de la pol¨ªtica es "un mundo de lobos", como hace Mas con un punto de angustia. Esa tensi¨®n entre la frialdad y la angustia es parte fundamental del enigma del sucesor de Pujol.
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