La ¨²ltima vez que la vi

La ¨²ltima vez que vi a Anna Politk¨®vskaya fue el pasado verano en uno de los aeropuertos de Mosc¨². Fue un encuentro casual. Anna no llegaba de uno de sus agotadores periplos por el C¨¢ucaso, sino de Londres, donde hab¨ªa participado en un simposium. Estaba animada y sonre¨ªa sin esa tensi¨®n que su rostro reflejaba a veces, cuando estaba muy concentrada en algo. Cont¨® que ten¨ªa muchos proyectos y que sus editores occidentales la animaban para que escribiera un nuevo libro sobre el C¨¢ucaso.

Politk¨®vskaya se hab¨ªa graduado en la facultad de Periodismo de la Universidad de Mosc¨² en 1980 y de 1982 a 1993 trabaj¨® en el diario Izvestia. M¨¢s tarde, se incorpor¨® al equipo de Yegor Yakovlev, el veterano periodista de la perestroika, en el semanario Obshe Gazeta. Ten¨ªa muchos a?os de experiencia, pero la popularidad se la dio la guerra de Chechenia, un tema sobre el que public¨® terribles historias de denuncia. Por sus reportajes recibi¨® en 2000 el premio La Pluma de Oro de Rusia y entre los muchos galardones en su haber se cuenta el premio V¨¢zquez Montalb¨¢n.

La periodista colaboraba con los defensores de derechos humanos. Uno de ellos, el abogado Osman Bol¨ªev, que trabajaba en el territorio de Daguest¨¢n (vecino a Chechenia), seguramente tiene motivos para estarle agradecido, pues fue ella, seg¨²n Svetlana G¨¢nnushkina, la que puso en marcha el pasado verano el mecanismo que permiti¨® sacar al letrado de Rusia y conseguir que recibiera asilo politico en Suecia. Bol¨ªev se hab¨ªa especializado en llevar al tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo casos de chechenos que denunciaban las arbitrariedades de los cuerpos de seguridad rusos. La polic¨ªa le persegu¨ªa de forma incansable con diversos pretextos y todo indicaba que no iba a dejarle en paz.