Corea del Norte salta al vac¨ªo
La amenaza de dictador Kim Jong-il de realizar una prueba nuclear desata la alarma mundial
Todas las alarmas de Extremo Oriente permanecen encendidas desde que el martes pasado Corea del Norte anunciara que va a realizar una prueba nuclear. La paranoia rayana en la locura del llamado Querido L¨ªder Kim Jong-il y de su r¨¦gimen ha desatado el nerviosismo en todos los pa¨ªses de la zona, adem¨¢s de en Estados Unidos, principal enemigo de los norcoreanos y cuyo "belicismo" se cita como excusa para realizar la explosi¨®n at¨®mica.
Del dirigente norcoreano se sabe tan poco como de su r¨¦gimen, el m¨¢s secreto y cerrado del mundo. Todo en el pa¨ªs est¨¢ envuelto en una fachada de enga?os, desde las gigantes autopistas que conducen a ninguna parte y por las que s¨®lo circulan viandantes, hasta la ama?ada biograf¨ªa oficial de Kim Jong-il, quien ni naci¨® en 1942 ni en el sagrado monte Paektu, sino en 1941 y en una aldea sovi¨¦tica, donde su padre y fundador de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Popular de Corea, el Gran L¨ªder Kim Il-sung, se hab¨ªa refugiado de los invasores japoneses.
China es el ¨²nico pa¨ªs que puede ayudar a mantener el r¨¦gimen y a impulsar su desplome
El temor a una nueva invasi¨®n es la gran obsesi¨®n del r¨¦gimen norcoreano y el eje sobre el que giran no s¨®lo los pol¨ªticos y el Ej¨¦rcito sino toda la vida del pa¨ªs. Hasta ahora, la televisi¨®n estatal, la ¨²nica existente, machaconea de la ma?ana a la noche con documentales de la guerra de Corea (1950-1953) y reproducciones infumables sobre el periodo de dominaci¨®n japonesa (1904-1945). El ¨²nico entretenimiento son las teleseries en las que los valientes soldados del Ej¨¦rcito Popular liberan de las garras de malvados capitalistas o terratenientes a jovencitas inocentes.
La electricidad, que escasea desde la d¨¦cada de los ochenta, apenas llega a las zonas rurales y en la capital, Pyongyang, el suministro es de unas cuantas horas al d¨ªa, lo que limita la exposici¨®n de los 23 millones de norcoreanos a las ense?anzas televisivas. Esto, sin embargo, no ha impedido la fuerte ideologizaci¨®n de los norcoreanos, alimentados desde su nacimiento por la maquinaria de propaganda del Partido de los Trabajadores de Corea.
Al frente del pa¨ªs desde la muerte del Gran L¨ªder en 1994, Kim Jong-il llevaba ya dos d¨¦cadas entronizado como pr¨ªncipe heredero de la primera dinast¨ªa comunista de la historia. Pero, en un pa¨ªs que dedica el 80% de su presupuesto al Ej¨¦rcito, no realiz¨® el servicio militar y se concentr¨® en actividades como el circo, el cine y la m¨²sica extranjera, prohibida al resto de la poblaci¨®n. Supuestamente, la vieja guardia siempre tuvo recelo de este hombre que esconde su escasa estatura -1,58 metros- con las alzas de 10 cent¨ªmetros insertas en sus zapatos.
El secretismo de chinos y sovi¨¦ticos, sus ¨²nicos interlocutores -desde que Vlad¨ªmir Putin dirige el Kremlin han mejorado las relaciones con Rusia-, tampoco ha contribuido a esclarecer la imagen de este dirigente con fama de playboy -tiene dos hijos reconocidos con dos amantes distintas, adem¨¢s de una hija con su esposa- vanidoso, hipocondr¨ªaco y que s¨®lo viaja en su tren privado por miedo al avi¨®n.
Seg¨²n los servicios de espionaje surcoreanos, la explosi¨®n ocurrida el 22 de abril de 2004 en la estaci¨®n fronteriza de Ryongchon, que caus¨® m¨¢s de 3.000 muertos, no fue otra cosa que un intento frustrado de hacer saltar por los aires el tren en el que Kim volv¨ªa de Pek¨ªn.
Cada d¨ªa es m¨¢s evidente el cansancio de la pragm¨¢tica China con su d¨ªscolo aliado. "Si Corea del Norte realiza un ensayo nuclear, tendr¨¢ que hacer frente a las graves consecuencias que conlleva", declar¨® el jueves el embajador chino ante Naciones Unidas, Wang Guangya. Pek¨ªn teme que Pyongyang desate una carrera armamentista en Extremo Oriente, que lleve a Jap¨®n y a Corea del Sur a dotarse de armamento nuclear, lo que, seg¨²n China, desestabilizar¨ªa la zona.
Desde que el Imperio del Centro se embarc¨®, en 1979, en el proceso de apertura y reformas ha tratado infructuosamente de convencer a su aliado -que depende econ¨®micamente de China- de que tambi¨¦n emprenda la senda del cambio. Pero, aunque la hambruna desatada a finales de la pasada d¨¦cada oblig¨® a una cierta liberalizaci¨®n, pronto se paraliz¨® por el temor a que ¨¦sta condujera a la desintegraci¨®n del r¨¦gimen.
Seg¨²n los analistas surcoreanos, China es el ¨²nico pa¨ªs que puede ayudar a mantener el r¨¦gimen y a impulsar su desplome. Pero Pek¨ªn tiene claro que no quiere que se derrumbe el r¨¦gimen, no s¨®lo por la avalancha de refugiados que padecer¨ªa sino sobre todo porque una reunificaci¨®n de la Pen¨ªnsula en esas circunstancias podr¨ªa suponer el avance de las tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur -37.500 soldados- hacia el Norte, hacia la frontera china, algo inaceptable para los l¨ªderes chinos.
En 2000, Kim Dae-jung, el ¨²nico presidente surcoreano que ha visitado el Norte desde que Estados Unidos dividi¨® la Pen¨ªnsula en 1945 a lo largo del paralelo 38, dijo de Kim Jong-il que era un l¨ªder "pragm¨¢tico y con buen conocimiento" de la realidad internacional. De ah¨ª que numerosos analistas surcoreanos consideren que el freno a la apertura del pa¨ªs lo imponen la corrupci¨®n del r¨¦gimen y la vieja guardia, que teme perder los privilegios de que goza. En parecidos t¨¦rminos se expresan algunos de los escasos diplom¨¢ticos occidentales destinados en ese pa¨ªs, que consideran que el r¨¦gimen es lo "suficientemente fuerte como para aguantar otras cuantas d¨¦cadas" y lo "suficientemente desequilibrado como para cavar su propia fosa". Quiz¨¢ con un ensayo nuclear que nadie parece dispuesto a admitir.
"Corea del Norte est¨¢ en su derecho de fabricar armas nucleares porque son para defender nuestro pa¨ªs de la agresi¨®n de Washington", declar¨® el director para Europa del Ministerio de Exteriores norcoreano, Li Kuang Hyok, durante la entrevista realizada en Pyongyang en abril de 2005, dos meses despu¨¦s de anunciar oficialmente que el pa¨ªs ten¨ªa armas at¨®micas. Li, sin embargo, dijo entonces que no realizar¨ªan ning¨²n ensayo nuclear: "Hemos advertido de que tenemos capacidad nuclear, y con eso basta". El martes supuestamente dej¨® de bastar, y el mundo aguarda intranquilo su salto al vac¨ªo.
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