Los Kaczynski salen de caza
Los gemelos Lech y Jaroslaw, presidente y primer ministro de Polonia, emprenden una depuraci¨®n ideol¨®gica comunista
Polonia opt¨® hace un a?o por el cambio y se ech¨® en brazos de una derecha dispuesta a hacer a?icos tres lustros de feliz transici¨®n que llev¨® al pa¨ªs del comunismo a la UE. Los gemelos Kaczynski, Lech, el presidente, y Jaroslaw, el primer ministro, nacido como primog¨¦nito por 45 minutos hace 57 a?os, desmochan ahora febrilmente las estructuras del Estado regido por un centro-izquierda al que acusan de corrupto por la connivencia entre poder pol¨ªtico y econ¨®mico. Tambi¨¦n de saqueador de los intereses nacionales.
El estandarte de su reforma es la Ley de Lustraci¨®n, con la que pretenden purificar a Polonia de sus v¨ªnculos con el pasado comunista a partir de los archivos de la antigua polic¨ªa pol¨ªtica. Los certificados de limpieza pol¨ªtica que esa ley exigir¨¢ a miles de polacos son el elemento m¨¢s agresivo de una panoplia de medidas que tiene at¨®nita a Europa.
El programa pol¨ªtico de los hermanos se basa en un fuerte deseo de romper con el pasado
Hoy d¨ªa hay polacos que no se sienten tan seguros y libres como lo han sido desde 1989
Radio Mar¨ªa, dirigida a gente mayor y religiosa, puede movilizar un mill¨®n de electores
"Es como si en Espa?a se dijera que Lorca negoci¨® con los franquistas". Helena Luczywo -directora adjunta de Gazeta Wyborcza, el peri¨®dico de referencia de Polonia, muy criticado por los Kaczynski- ha buscado en su conocimiento de la historia espa?ola la que pudiera ser la imagen m¨¢s "incre¨ªble, inconcebible" para transmitir la idea de lo que est¨¢ pasando en Polonia. Ha sido considerado una profanaci¨®n a la memoria hist¨®rica la reciente filtraci¨®n de unos documentos de los servicios secretos del r¨¦gimen comunista, seg¨²n los cuales Jacek Kuron, cofundador de Solidaridad y uno de los grandes h¨¦roes de la resistencia nacional contra el viejo r¨¦gimen, mantuvo negociaciones con la polic¨ªa comunista para establecer un monopolio de oposici¨®n.
La conmoci¨®n en Polonia ha sido total, y s¨®lo mencionar el caso Kuron suscita un respingo de incredulidad en el interlocutor. Personajes ya hist¨®ricos de la pol¨ªtica y la cultura, junto a polacos an¨®nimos que se batieron en aquellos duros a?os (decenas de miles suscribieron una carta de solidaridad con Kuron en Internet), se dieron recientemente cita ante su tumba en se?al de desagravio. Fueron momentos de intensa emoci¨®n y de l¨¢grimas, por la profanaci¨®n del pasado y por lo que puede venir, una caza de brujas lanzada por los Kaczynski para eliminar todo residuo del poscomunismo.
Todo se remonta al acuerdo alcanzado en 1989 por Solidaridad y el r¨¦gimen del general Wojciech Jaruzelski. La llamada Mesa Redonda que permiti¨® la primera transici¨®n a la democracia en los pa¨ªses europeos entonces sometidos a Mosc¨², las primeras elecciones parcialmente libres aquel mismo a?o y la elecci¨®n de Lech Walesa, el l¨ªder de Solidaridad, como presidente en 1990. Aquel pacto de tolerancia mutua y reparto de influencias abri¨® el proceso de normalizaci¨®n que acab¨® con la entrada de Polonia en la Uni¨®n Europea en mayo de 2004.
Contra el acuerdo de la Mesa Redonda se alzaron en su momento los anticomunistas Kaczynski, que propon¨ªan una ruptura radical con el r¨¦gimen y repudiaban el pactismo de los pragm¨¢ticos. Las disputas internas en Solidaridad acabaron con los gemelos Kaczynski en los m¨¢rgenes de la vida pol¨ªtica nacional, mientras sus viejos camaradas prosperaban en la pol¨ªtica y en los negocios.
Tres lustros despu¨¦s, los Kaczynski han resucitado pol¨ªticamente de forma espectacular al frente del partido conservador Ley y Justicia, que enarbola la bandera de una revoluci¨®n moral contra la nomenklatura pol¨ªtico-econ¨®mico-medi¨¢tica de la Rep¨²blica nacida en 1989; una mafia que bautizan en polaco como uklad. "Era imposible usar los cimientos de un comunismo en descomposici¨®n y sin purgar para construir un Estado democr¨¢tico que funcione", tiene dicho Jaroslaw. "El pa¨ªs necesita reformas con profundidad".
El programa pol¨ªtico de los Kaczynski se basa en un enfervorizado deseo de romper con el pasado que distintas fuentes de Varsovia atribuyen al resquemor y al ansia de venganza. "No s¨¦ si ese deseo de venganza puede llegar a ser peligroso", dice Cesary Michalski, subdirector del Dziennik, un peri¨®dico que a los cuatro meses de vida es ya el tercero de Polonia, con 250.000 ejemplares le¨ªdos con gusto por los partidarios de los Kaczynski.
Hay muchos ejemplos de persecuciones y depuraciones, pero Michalski menciona singularmente el de Leszek Balcerowicz, gobernador del Banco Nacional, sometido a una operaci¨®n de acoso y derribo que alarma a la Comisi¨®n Europea. Balcerowicz fue el cerebro de la privatizaci¨®n de la banca en la pasada d¨¦cada, uno de los muchos procesos de los que, seg¨²n los Kaczynski, se sirvi¨® la uklad para expoliar al Estado en beneficio de los intereses privados. "Balcerowicz est¨¢ pol¨ªticamente acabado, pero los hermanos quieren el s¨ªmbolo. Por eso se ha creado una comisi¨®n parlamentaria para que investigue si es o no un corrupto", explica Michalski.
Oponerse o criticar a los Kaczynski hace aflorar en los hermanos una actitud que rechina en una escena pol¨ªtica hasta ahora caracterizada por la cortes¨ªa y la deferencia. La imagen de adustez que transmiten en p¨²blico desaparece en la distancia corta. Muy pagados de s¨ª mismos, ninguno de los Kaczynski tolera la cr¨ªtica y ambos priman la lealtad sobre cualquier otra virtud.
Jaroslaw es el cerebro y quien mueve los hilos de Lech, f¨ªsicamente distinguible de su hermano por unos lunares junto a la nariz. El primog¨¦nito es duro, gran estratega y maquiav¨¦lico, en contraste con su retra¨ªdo gemelo. Ambos tienen fama de desconfiados. "Son pueblerinos, pero saben mucho de la historia y de la literatura polacas", dice una persona que elogia una entrevista a Lech en un diario alem¨¢n hablando de Thomas Mann y La monta?a m¨¢gica.
Los polacos forman una de las sociedades m¨¢s conservadoras del continente, y ello se refleja en la escena pol¨ªtica, mucho m¨¢s a la derecha que las restantes de la UE. Un sondeo publicado hace unos d¨ªas daba a la Plataforma C¨ªvica, derecha rendida al principio del mercado libre sin tab¨²es, un 30% de intenci¨®n de voto, frente al 27% atribuido a Ley y Justicia. Autodefensa, un partido populista de izquierda, que acaba de ser expulsado del Gabinete, se queda en el 10%. Los poscomunistas reciclados en socialdem¨®cratas, arrasados del Gobierno por un tsunami de corrupci¨®n en las elecciones de hace un a?o, rondan el 8%. No hay m¨¢s. La ultra Liga de las Familias Polacas, tambi¨¦n en el Gobierno, se convierte en extraparlamentaria, lo mismo que el moderado Partido Agrario, con sus electores absorbidos por unos Kaczynski que comienzan a ver c¨®mo toma cuerpo su ambici¨®n de convertir al conservador Ley y Justicia, ya en s¨ª una amalgama de sensibilidades conservadoras, en un gran partido de inspiraci¨®n patri¨®tica que ocupe todo el terreno de la derecha cat¨®lica. "Como el PP en Espa?a", comentan personas de diferentes sensibilidades pol¨ªticas. Pese a las apariencias y al lenguaje propio y de quienes les rodean, "los Kaczynski pertenecen al ala civilizada de la derecha", asegura un analista.
Los Kaczynski fueron elegidos porque prometieron mano dura contra la corrupci¨®n y la delincuencia. "Yo les perdonar¨ªa muchas cosas si acabaran con la corrupci¨®n", dice una persona que nunca votar¨ªa a los gemelos. La bandera anticorrupci¨®n de Ley y Justicia se ha visto salpicada hace unos d¨ªas por la filtraci¨®n de sus tratos bajo cuerda para formar un nuevo Gobierno con el apoyo de tr¨¢nsfugas de otros partidos. Marek Kuchcinski, jefe del grupo parlamentario, rebati¨® las acusaciones de corrupci¨®n. "Somos v¨ªctimas de una gran provocaci¨®n montada por la oposici¨®n liberal e izquierdista y por los agentes de los antiguos servicios secretos", dijo. "No quieren que el Gobierno de Ley y Justicia sanee el Estado y acabe con las tramas de los liberales y ex comunistas". Una vez m¨¢s, la uklad contra los Kaczynski.
Como ahora, los sondeos de hace un a?o predec¨ªan una victoria de los liberales de la Plataforma C¨ªvica. Pero la habilidad pol¨ªtica de Jaroslaw Kaczynski dio la vuelta a la tortilla. Frente a la receta de la Plataforma -m¨¢s liberalizaci¨®n y m¨¢s privatizaci¨®n, en l¨ªnea con lo reclamado con Bruselas-, el partido Ley y Justicia ofrec¨ªa lucha contra la corrupci¨®n, m¨¢s protecci¨®n social, m¨¢s transparencia en la gesti¨®n de los recursos p¨²blicos, menos compadreo entre pol¨ªtica y negocio, purga en los aparatos del Estado de colaboradores de los servicios secretos comunistas, retorno a una Polonia independiente, orgullosa de su historia, fuerte, solidaria...
Un programa que sonaba a gloria a un electorado castigado por la tasa de paro m¨¢s alta de Europa (19%) y una econom¨ªa languideciente. A¨²n ahora, con una econom¨ªa lanzada, el salario medio mensual equivale a 500-600 euros. Un litro de di¨¦sel para el coche costaba hace unos d¨ªas un euro. Un litro de leche, 60 c¨¦ntimos, lo mismo que un billete de tranv¨ªa.
Por si eso fuera poco, Ley y Justicia comenz¨® a explotar a fondo el fil¨®n de las costumbres tradicionales: cr¨ªticas a los gays, a la pornograf¨ªa, al aborto, a la libertad de costumbres... Moralidad cat¨®lica pura y dura. "Presentaron una mezcla ideol¨®gica muy atractiva para la gente", reconoce Alexander Smolar, director de la Fundaci¨®n Stefan Bartory, dedicada a la promoci¨®n y protecci¨®n de la sociedad democr¨¢tica en Polonia. Radio Mar¨ªa, la emisora religiosa que ti?e su discurso con gotas de antisemitismo, cambi¨® de caballo electoral y dej¨® de apostar por la Liga en beneficio de los Kaczynski. Con gran audiencia entre un p¨²blico mayor y muy religioso, que se siente perdido en el brutal mundo capitalista, la emisora puede movilizar un mill¨®n de electores, de lo que se benefici¨® Jaroslaw.
Radio Mar¨ªa no muestra la virulencia de anta?o, pero sigue siendo usada por el Gobierno como plataforma para explicar un programa de actuaci¨®n sin interrupciones ni preguntas enojosas, como gustan los Kaczynski. Entre otras medidas, la Lustraci¨®n, que quiere revisar la conducta pasada de los polacos, para determinar su grado de colaboraci¨®n con el r¨¦gimen comunista y sus servicios secretos. Cualquiera que figure como "fuente personal de informaci¨®n", en el grado que sea, incluso potencial, en los viejos archivos policiales, custodiados ahora en el Instituto de la Memoria Nacional (IMN), deber¨¢ explicarse y demostrar su inocencia, so pena de graves sanciones y hasta de despido. El IMN expedir¨¢ certificados de limpieza pol¨ªtica.
"Suena a broma que los informes de los servicios secretos de un r¨¦gimen denostado por los Kaczynski vayan a ser considerados como fuente de la verdad", recalca Adam Pieczynski, presidente de TVN 24, un canal de s¨®lo noticias. Otros hablan de su potencial uso como instrumento de guerra pol¨ªtica, como ocurri¨® con la filtraci¨®n del caso Kuron. La propia constitucionalidad de la ley es cuestionada por juristas como Zbignew Holda, quien recuerda c¨®mo la idea original no es del partido de Kaczynski, sino de la Plataforma C¨ªvica. "Espero que no salga", dice Holda, directivo de la Fundaci¨®n Helsinki, que vela por los derechos humanos en Polonia. "Es anticonstitucional y, de aplicarse, har¨ªa mucho da?o a mucha gente".
La ley est¨¢ pendiente de la ratificaci¨®n presidencial y es un ejemplo de la falta de preparaci¨®n del equipo que rodea a los gemelos Kaczynski. Tambi¨¦n del torquemadismo que envuelve a la actual Administraci¨®n. "Se les ha ido de la mano", comenta un polaco que prefiere no ser identificado. "Han dejado su elaboraci¨®n en manos de j¨®venes, gente sin pasado, que no pensaron que en el partido hay tambi¨¦n veteranos y que alguno puede tener cad¨¢veres en el armario". De ah¨ª las dudas de que el presidente llegue a sancionarla.
De las deficiencias en el funcionamiento del sistema da cuenta el caso de la viceprimera ministra, Zyta Gilowska, autorizada la semana pasada a volver al Gabinete que hubo de abandonar precipitadamente en junio para explicar ante los tribunales la aparici¨®n de su nombre en un fichero policial.
En Polonia hay quienes ven en peligro el ¨¦xito de la transici¨®n no traum¨¢tica, y advierten que se empieza a funcionar como en los viejos tiempos comunistas, con temor a perder el puesto de trabajo, a verse estigmatizado porque se perteneci¨® o se estuvo cerca de la uklad. Hay un cambio en el clima pol¨ªtico, que es algo nuevo, con polacos que no se sienten tan seguros y libres como lo han sido desde 1989. "Lo que acaba de pasar en las calles de Budapest es lo que ocurri¨® aqu¨ª en las urnas el a?o pasado; la gente est¨¢ harta de los poscomunistas", dice Michalski, subdirector del Dziennik.
"Los Kaczynski son dem¨®cratas y han sido elegidos democr¨¢ticamente, pero me preocupa su aparente incapacidad para el compromiso, que es la esencia de la democracia. Corren el riesgo de perder las credenciales democr¨¢ticas", indica una persona en Varsovia que tambi¨¦n pide el anonimato, mientras una mujer censura, a la luz del caso Kuron, "esa ret¨®rica que destruye la imagen de grandes polacos al tiempo que hablan de reconstruir una Polonia fuerte".
"La gente se siente intimidada, es una cuasi revoluci¨®n, aunque no hay que exagerar ni hablar de caza de brujas", opina Krystof Bobinski, de Unia & Polska, un centro proeuropeo en Varsovia. Y todos vuelven sus ojos a Bruselas, a la UE, como ¨²ltimo garante de las libertades en Polonia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.