Interrupci¨®n
Hoy toca hablar de pol¨ªtica, pero antes de entrar en materia me gustar¨ªa recordar tiempos pasados.
Hace muchos a?os, pero no tantos que no tenga la imagen grabada en la memoria, la televisi¨®n en Espa?a ten¨ªa un solo canal. Debido a esta circunstancia, todos los miembros del hogar se reun¨ªan cada noche ante el televisor para ver y o¨ªr piadosamente el programa correspondiente a esa velada: una serie, un documental, un concurso, una pel¨ªcula, un evento deportivo o un surtido de variedades. Igual que ahora, con cierta periodicidad se interrump¨ªa el programa para dar paso a la publicidad. Los productos publicitarios difer¨ªan de los actuales y tambi¨¦n los anuncios eran un poco distintos, pero la interrupci¨®n era la misma y, como hoy, cada cual la aprovechaba a su modo: para llamar por tel¨¦fono, para ir a buscar una bebida, para recoger la mesa, para hacer pip¨ª. Desbandada familiar, colapso en las l¨ªneas telef¨®nicas, colas a la puerta del ba?o. Pero siempre, por precauci¨®n, un miembro de la familia se quedaba de guardia. De repente, transcurrido un rato, en toda Espa?a resonaba un grito apremiante: ?Que empieza! Estruendo nacional al tirar de la cadena, galopadas por el pasillo, ¨¢vida pugna por el mejor sitio. Yo estaba aqu¨ª. El que va a Sevilla pierde su silla. Luego, penumbra y silencio. El programa reanuda su andadura para edificaci¨®n y entretenimiento de una poblaci¨®n unida por la curiosidad y las fatigas del d¨ªa.
Ahora ya podemos hablar de pol¨ªtica.
Se nos vienen encima las elecciones auton¨®micas en Catalu?a y los buzones se llenan de propaganda electoral, la televisi¨®n emite cu?as rigurosamente cronometradas, las paredes se cubren de pasquines. Sonrisas congeladas, amplios postulados, vagas promesas, virulentas descalificaciones. Luego, endemoniados c¨¢lculos combinatorios. Reiteraci¨®n de lo mismo. Mientras dura esta fiebre de baja graduaci¨®n, la clase pol¨ªtica vive al d¨ªa, la gesti¨®n cubre servicios m¨ªnimos. Todo queda en un comp¨¢s de espera, hasta que una voz grita: ?Que empieza! Correteos y zancadillas. T¨² me dijiste. Yo cre¨ª que. Y el programa nuestro de cada d¨ªa reanuda su andadura, para alivio de muchos y despreocupaci¨®n de aquellos que deciden seguir tranquilamente encerrados en el cuarto de ba?o.
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