?Qu¨¦ Catalu?a?
Como era de esperar, los nacionalistas catalanes se est¨¢n movilizando para alertar al electorado catal¨¢n de que la elecci¨®n del candidato socialista Jos¨¦ Montilla (nacido en Andaluc¨ªa) afectar¨¢ negativamente a la identidad y los intereses de Catalu?a. Incluso un articulista nacionalista que escribi¨® recientemente en estas p¨¢ginas de opini¨®n que el Gobierno tripartito hab¨ªa sido un "fracaso" y "una de las experiencias m¨¢s esperp¨¦nticas vividas en Catalu?a en los ¨²ltimos a?os", ha sacado a relucir la militancia comunista de Montilla en su pasado como prueba -a su juicio- de su escaso compromiso con Catalu?a. Ni que decir tiene que cada articulista que alerta sobre la posible victoria de tal candidato aclara -a fin de ser pol¨ªticamente correcto- que su negatividad hacia tal candidato no est¨¢ basada en absoluto en el hecho de que naciera fuera de Catalu?a.
La clase trabajadora inmigrante ha ejercido un papel clave en la construcci¨®n de Catalu?a
En estas advertencias al electorado existe una concepci¨®n patrimonial de Catalu?a que asume que ellos, y s¨®lo ellos -los nacionalistas catalanes-, conocen, defienden o est¨¢n comprometidos con Catalu?a. Una vez m¨¢s est¨¢n dando carnets de catalanidad, mostrando una arrogancia profundamente ofensiva, basada en una ignorancia historiogr¨¢fica y en una concepci¨®n clasista de lo que es Catalu?a. En contra de lo que estos nacionalistas asumen, no hay una sola Catalu?a. Al menos hay tantas Catalu?as como catalanes existen en este pa¨ªs. Ahora bien, independientemente de c¨®mo se defina esta comunidad, creo que una manera razonable de medir el compromiso de un partido pol¨ªtico con Catalu?a es analizar el impacto de las pol¨ªticas p¨²blicas que lleva a cabo cuando gobierna en la calidad de vida de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n catalana; es decir, de las clases populares. Pues bien, tal impacto puede medirse y evaluarse. Los datos existentes muestran claramente un sesgo clasista (es decir, que benefician a unas clases sociales m¨¢s que a otras, y en muchas ocasiones, a costa de otras) de gran parte de las pol¨ªticas p¨²blicas del Gobierno nacionalista conservador. Ejemplos hay muchos. Las escuelas privadas (gestionadas en su mayor¨ªa por la Iglesia, y a las que asisten, por lo general, los hijos de familias del 35% de la poblaci¨®n de renta superior) recibieron de aquel Gobierno el subsidio m¨¢s alto de Espa?a (y de la UE de los Quince) a costa de los fondos p¨²blicos a las escuelas p¨²blicas (las que atienden en su mayor¨ªa a los hijos de las clases populares). Tales subsidios (incluso a escuelas de ¨¦lite del Opus Dei) se hicieron utilizando "trampas", como reconoci¨® en su d¨ªa el entonces presidente Jordi Pujol.
Otro ejemplo de pol¨ªticas clasistas de los nacionalistas conservadores fue su apoyo a la reforma fiscal del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que signific¨® -de acuerdo con el trabajo realizado por el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Anal¨ªtica Zen¨®n Jim¨¦nez Ridruejo y su colaborador, el profesor Julio L¨®pez D¨ªaz, titulado El impacto de la reforma fiscal de 1998- una enorme redistribuci¨®n de las rentas en Catalu?a y en Espa?a, de manera tal que el 30% de contribuyentes de renta superior vieron sus rentas aumentar del 59,2% al 62,9% (durante el periodo 1998-2003), mientras que el 60% restante (las seis decilas de contribuyentes de renta inferior) disminuyeron del 31,16% al 27,8%.
Es comprensible que a las derechas catalanas y a las del resto de Espa?a les incomode la documentaci¨®n y publicaci¨®n de estas pol¨ªticas clasistas. En una reciente intervenci¨®n del portavoz de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en el Parlament, ¨¦ste nos acus¨® a m¨ª y a mis colegas universitarios de "estar reavivando la lucha de clases en Catalu?a" al dar a conocer tales datos. Nosotros, sin embargo, no estamos reavivando, sino meramente fotografiando tal lucha de clases, que ellos est¨¢n llevando a cabo exitosamente para sus intereses, realidad que fue ocultada por los medios p¨²blicos de persuasi¨®n (incluidas la televisi¨®n catalana y Catalunya R¨¤dio) que ellos controlaban. Ninguno de estos medios inform¨® tampoco de que por muchos a?os Catalu?a era una de las regiones europeas con mayores desigualdades por clase social. Un var¨®n perteneciente a las clases m¨¢s adineradas (de decila de renta superior del pa¨ªs) a mediados de los a?os noventa (en pleno periodo nacionalista conservador) viv¨ªa casi 10 a?os m¨¢s que un trabajador no cualificado con m¨¢s de cinco a?os en paro, una de las diferencias mayores de mortalidad por clase social en Europa, situaci¨®n a la que contribuyeron las pol¨ªticas clasistas del Gobierno nacionalista conservador, sobre las cuales hubo un silencio medi¨¢tico ensordecedor. Ninguno de tales articulistas nacionalistas que contin¨²an hoy dominando la cultura medi¨¢tica del pa¨ªs hablaron de estos temas. Sus llamadas a la cohesi¨®n nacional ocultaron la enorme descohesi¨®n social.
Una ¨²ltima observaci¨®n referente al pasado comunista de Jos¨¦ Montilla. Luch¨¦ en la resistencia antifranquista en los duros a?os cincuenta y sesenta, lo cual caus¨® mi largo exilio, y pude apreciar el enorme compromiso por la libertad, la justicia social y la identidad catalana que tuvieron los comunistas, siendo merecedores de mi gran estima y respeto. Es resultado del vulgar anticomunismo dominante, ignorante de nuestra historia, que ahora se quiera presentar el hecho de que Montilla militara en su juventud en la resistencia antifascista dentro de las filas comunistas como prueba de su posible escaso compromiso con Catalu?a. La clase trabajadora inmigrante ha ejercido un papel clave en la construcci¨®n de este pa¨ªs, y en la lucha antifascista que combin¨® en Catalu?a la lucha por la democracia y la justicia social con la recuperaci¨®n de la identidad nacional. Fue la burgues¨ªa la que apoy¨® y se benefici¨® del franquismo. Artur Mas, dirigente del partido nacionalista conservador, antepuso, por cierto, su proyecto profesional (preparando oposiciones) a su compromiso con Catalu?a (como tambi¨¦n hizo otro superpatriota de signo contrario, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar). Es sorprendente ahora su osad¨ªa de dudar de la catalanidad de Jos¨¦ Montilla, quien desde su juventud y en momentos muy dif¨ªciles para Catalu?a, luch¨® por ella.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la UPF.
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