La ausencia de reformas y la subida de impuestos hunde la popularidad de Prodi
La confianza de los italianos en su Gobierno ha ca¨ªdo 20 puntos, seg¨²n las encuestas
El Gobierno de Romano Prodi naci¨® hace s¨®lo cuatro meses, pero ya empieza a renquear. El aumento de los impuestos, la falta de reformas visibles y el malestar general del pa¨ªs, heredado de anteriores Gobiernos, han provocado una fuerte ca¨ªda en la popularidad de Prodi y de la coalici¨®n de centro-izquierda en el poder en Italia. Las disensiones internas tampoco ayudan. El centro-derecha de Silvio Berlusconi, envalentonado por los sondeos, que le dan una ligera ventaja, prepara movilizaciones populares y sue?a con un pr¨®ximo retorno a las urnas.
Las dificultades a las que deb¨ªa enfrentarse Prodi eran evidentes desde el principio. Gan¨® las elecciones por un suspiro de 24.000 votos, obtuvo una mayor¨ªa de tres esca?os en el Senado y asumi¨® unas cuentas p¨²blicas desastrosas y una econom¨ªa estancada. Su amplia coalici¨®n, por otra parte, solamente se manten¨ªa unida por la voluntad de acabar con Silvio Berlusconi. Il Professore no se hac¨ªa ilusiones. Probablemente no esperaba, sin embargo, que las dificultades empezaran tan pronto.
Un sondeo publicado el domingo por La Repubblica, un diario cercano a Prodi, reflejaba un descontento generalizado. La confianza en el Gobierno, que rozaba el 58% en julio, hab¨ªa ca¨ªdo 20 puntos, hasta el 38%. Por primera vez en a?os (las encuestas tienden a minusvalorar a Berlusconi por el fen¨®meno del "voto inconfesable"), un sondeo indicaba que el centro-derecha aventajaba al centro-izquierda en intenci¨®n de voto: 50,3% frente a 49,7%. Y pr¨¢cticamente todas las decisiones adoptadas hasta ahora por Prodi obten¨ªan el rechazo de la opini¨®n p¨²blica, contraria al indulto de presos comunes, a la misi¨®n militar en L¨ªbano y, sobre todo, al aumento de los impuestos contenido en la Ley de Presupuestos.
La ley presupuestaria deb¨ªa ser severa por fuerza. Lo exig¨ªan Bruselas y los mercados financieros, preocupados por el aumento de la deuda nacional y el d¨¦ficit presupuestario. Se contaba en cualquier caso con que, adem¨¢s de un aumento de los impuestos, empezara a acometerse la reforma de la Administraci¨®n y se recortara el gasto p¨²blico. Seg¨²n el proyecto de ley inicial, sin embargo, los ingresos del Estado aumentar¨¢n en 33.400 millones de euros, y los gastos, en 13.000 millones, de los que m¨¢s de 3.000 ser¨¢n destinados a mejorar los sueldos de los funcionarios y a crear nuevas plazas en la Administraci¨®n. S¨®lo los sindicatos apoyan sin fisuras estos presupuestos. The Economist, la revista econ¨®mica londinense que el centro-izquierda jaleaba cada vez que arremet¨ªa contra Berlusconi, acusa ahora a Prodi de haberse entregado a los sindicatos y a la izquierda radical.
Sin proyecto
El gran problema de los presupuestos, m¨¢s all¨¢ del apret¨®n fiscal (sube el impuesto sobre la renta para las rentas familiares superiores a los 70.000 euros brutos, sube el impuesto de circulaci¨®n, sube el impuesto de sucesi¨®n), es la falta de novedades. Los italianos no han percibido a¨²n cu¨¢l es el proyecto pol¨ªtico del centro-izquierda. Las t¨ªmidas liberalizaciones prometidas en los sectores del taxi, las farmacias y la abogac¨ªa siguen en el aire, No hay reformas sociales ni objetivos definidos.
M¨¢s de la mitad de los italianos creen que el Gobierno de Prodi no durar¨¢ toda la legislatura. Esa percepci¨®n se agudiza por los enfrentamientos en el interior del centro-izquierda. Los ministros de Justicia, Clemente Mastella, y de Infraestructuras, Antonio di Pietro, se insultaron p¨²blicamente la semana pasada y se exigieron mutuamente la dimisi¨®n. La ministra de Asuntos Comunitarios, Emma Bonino, acus¨® a la presidenta de la regi¨®n napolitana, Sandra Lonardo (esposa del ministro Mastella), de malgastar fondos p¨²blicos con viajes a Nueva York, y Lonardo reclam¨® a su vez la dimisi¨®n de Bonino. Se trata de escaramuzas que, por el momento, no amenazan la estabilidad gubernamental (aunque ya se han registrado derrotas importantes en el Senado), pero proyectan una imagen de descontrol en el Ejecutivo.
Silvio Berlusconi, entre tanto, ha decidido pasar a la ofensiva. Asegura que sus sondeos personales, los ¨²nicos que predijeron fielmente el pr¨¢ctico empate electoral de mayo, le otorgan ahora una ventaja de seis puntos. Y quiere llevar a la calle el descontento de las clases medias con manifestaciones contra las subidas de impuestos. "Organizaremos una gran marcha en el momento en que haga m¨¢s da?o al Gobierno, Italia debe rebelarse", afirma Il Cavaliere.
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