"No contemplo el regreso a la primera l¨ªnea pol¨ªtica, al menos en esta legislatura"
El ex ministro de Defensa Jos¨¦ Bono atiende a EL PA?S a las siete de la tarde de ayer, despu¨¦s de un d¨ªa en el que ha tenido que aclarar que no aceptar¨¢ la propuesta de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para encabezar la candidatura al Ayuntamiento de Madrid.
Su aclaraci¨®n, que algunos de los principales dirigentes socialistas conocieron escuchando la radio, ha causado un fuerte malestar en las filas del PSOE, que albergaron esperanzas de que Bono terminara aceptando el puesto tras escucharle en la ma?ana del martes cuando habl¨® con un grupo de periodistas.
Ahora, el ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha intenta deshacer todos los malentendidos y reflexiona sobre la candidatura socialista a la plaza municipal m¨¢s codiciada de toda Espa?a, Madrid.
"Aunque me agrade la propuesta por lo que tiene de consideraci¨®n hacia m¨ª, ya comuniqu¨¦ hace m¨¢s de un mes que no podr¨ªa aceptar"
"Admito que los deseos de unos y quiz¨¢ mi torpeza al expresar mi lealtad al partido pudieron trasladar una falsa percepci¨®n de la realidad"
"Mi cese como ministro y la no aceptaci¨®n de la candidatura a la alcald¨ªa de Madrid s¨®lo sorprenden a quien no me conoce"
Pregunta. ?Ser¨¢ usted candidato del Partido Socialista Obrero Espa?ol en las elecciones a la alcald¨ªa de Madrid?
Respuesta. Cuando el 7 de abril pasado ces¨¦ como ministro tom¨¦ dos decisiones: una, apartarme de la primera l¨ªnea de la actividad pol¨ªtica y otra, no aceptar responsabilidades que me limitaran seriamente la vida familiar. Durante un tiempo prolongado, al menos, deseo que sea as¨ª. He dicho varias veces que no soy de Madrid y no vivo en Madrid. Aunque me agrade la propuesta por lo que tiene de consideraci¨®n hacia mi persona, ya comuniqu¨¦ hace m¨¢s de un mes que no podr¨ªa aceptar. Mi ¨²nica preocupaci¨®n a este respecto es que la negativa a aceptar se pudiera interpretar como desprecio y quiz¨¢ esta circunstancia hizo que me expresara en mis declaraciones del pasado mi¨¦rcoles en t¨¦rminos que algunos concibieran esperanzas en una candidatura que no ten¨ªa fundamento real.
P. ?Cu¨¢ndo le inform¨® a Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n del PSOE, que usted no ser¨ªa candidato?
R. La respuesta es bien concreta: el d¨ªa 2 de septiembre en el restaurante Allar y, m¨¢s recientemente, el mi¨¦rcoles pasado, d¨ªa 10, despu¨¦s de una conferencia de Pepe Blanco en el hotel Ritz de Madrid.
P. Usted y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, analizaron la situaci¨®n en el palacio de la Moncloa el pasado lunes 8. ?El asunto qued¨® zanjado?
R. El Presidente conoce muy bien mi disposici¨®n y mis limitaciones desde que acept¨® mi dimisi¨®n como ministro de Defensa y todas las conversaciones que hemos mantenido han estado condicionadas por esta posici¨®n. Nunca acept¨¦ la propuesta pero siempre quise que la negativa se entendiera en t¨¦rminos de absoluta lealtad a su persona y a su proyecto.
P. Sin embargo, en sus declaraciones del pasado mi¨¦rcoles, dos d¨ªas despu¨¦s de entrevistarse con el Presidente, usted expres¨® una posici¨®n ambigua que alent¨® renovadas expectativas. ?O no es as¨ª?
R. Admito que los deseos de unos y quiz¨¢ mi torpeza al expresar mi lealtad con el partido, pudieron aliarse y trasladar en la ¨²ltima semana una falsa percepci¨®n de la realidad.
P. Pero es un hecho que en todas sus manifestaciones publicas antes del pasado mi¨¦rcoles usted fue tajante, ?Por qu¨¦ ese cambio?...
R. He reiterado en todas las ocasiones la imposibilidad de aceptar esa propuesta, es verdad. Cuando el martes no negu¨¦ la posibilidad con la rotundidad de otras ocasiones anteriores es porque cre¨ªa que estaba suficientemente claro, y porque, lo reconozco, pens¨¦ que era m¨¢s amable con los t¨¦rminos que utilic¨¦ y no daba pie a que se pudiera entender mi postura como despreciativa.
P. ?Y quiz¨¢ para dar tiempo a buscar una alternativa?
R. Y tambi¨¦n para dar tiempo a que se hicieran a la idea los que hab¨ªan trabajado de buena fe con la hip¨®tesis contraria, de modo que pudiesen iniciar el proceso org¨¢nico de selecci¨®n de un candidato.
P. Despejado, por as¨ª decir, el tema de la Alcald¨ªa de Madrid, ?cu¨¢l es el tiempo que usted va a necesitar para regresar a la pol¨ªtica?
R. Yo no me he ido de la pol¨ªtica y en ella pienso estar mientras viva, pero no contemplo el regreso a la primera l¨ªnea en un tiempo considerable, al menos en esta legislatura.
P. Y si en lugar de un puesto de primera l¨ªnea le hubiesen ofrecido un cargo de representaci¨®n, ?hubiese aceptado?
R. No me parece prudente jugar a los futuribles. Dec¨ªa Baltasar Graci¨¢n, que es prudente resolver los problemas cuando vienen pero no lo es salir a la b¨²squeda de los problemas por venir.
P. Hay perplejidad en el PSOE y en Madrid. Existe frustraci¨®n porque todo esto se ha cocinado a espaldas de las bases...
R. Como nunca consider¨¦ la posibilidad de mi candidatura no me plante¨¦ tampoco el tr¨¢mite estatutario previsto para su proclamaci¨®n. En cualquier caso, me consta que el primer celoso guardi¨¢n de las garant¨ªas de los militantes socialistas se llama Rodr¨ªguez Zapatero.
P. ?No es un drama que el partido PSOE no tenga candidato en Madrid?
R. El PSOE tendr¨¢ el mejor candidato para que Madrid apueste por el progreso.
P. ?Acaso Bono no lo era?
R. Era una posibilidad que algunos cre¨ªan adecuada pero hay muchas posibilidades y con m¨¢s capacidades que yo.
P. ?Se da cuenta de que se ha convertido en un gran politico enigm¨¢tico? Se fue en abril del Gobierno y vuelve a apartarse ahora. ?No es as¨ª?
R. No por virtud pero s¨ª por car¨¢cter soy un libro abierto. Mi cese como ministro y la no aceptaci¨®n de la candidatura a la Alcald¨ªa de Madrid solo sorprendan a quien no me conocen. Adem¨¢s, a veces, son m¨¢s necesarias las explicaciones de quien ocupa un puesto en el que cree que no debe estar que las de quien dimite o no acepta una candidatura. No es una tragedia dejar la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica. Yo he comprobado que despu¨¦s de la pol¨ªtica hay vida. Y la vida es m¨¢s importante que la pol¨ªtica.
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