La prueba nuclear norcoreana acelera la reforma de la pol¨ªtica japonesa de Defensa
El primer ministro Abe quiere alejar a su pa¨ªs del "pacifismo defensivo" vigente desde 1945
La prueba nuclear norcoreana impulsar¨¢ y ampliar¨¢ los cambios en la pol¨ªtica de Defensa japonesa que pretende acometer el primer ministro, Shinzo Abe, porque reforzar¨¢ su plan de alejar a Jap¨®n del "pacifismo defensivo" al que se vio abocado tras su derrota en la II Guerra Mundial, afirman los analistas. Tambi¨¦n le servir¨¢ para su fin de intentar lograr para Jap¨®n un mayor papel en la seguridad regional e internacional, coherente con su condici¨®n de segunda potencia econ¨®mica del mundo, primera de Asia y la democracia m¨¢s estable de ese continente.
La prueba at¨®mica pone en cuesti¨®n el tradicional antimilitarismo de Jap¨®n y aunque no acabe conduciendo a la fabricaci¨®n de armas at¨®micas, como ha garantizado esta semana el primer ministro, podr¨ªa convertirse en un "gran impulso para Abe y su pol¨ªtica", afirma Yasunori Sone, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Pol¨ªtico de la Universidad de Keio, en Tokio.
Nadie discute que la llamativa acci¨®n norcoreana da argumentos a los halcones japoneses, encabezados por Abe, que hace tiempo abogan porque su pa¨ªs recupere su soberan¨ªa, especialmente, en cuestiones de Defensa. "Hemos entrado en una era nueva y m¨¢s peligrosa", advirti¨® Abe nada m¨¢s conocerse la prueba nuclear norcoreana.
El primer ministro, quien debe gran parte de su popularidad a su en¨¦rgica posici¨®n contra la dictadura comunista norcoreana, quiere comenzar en sus tres a?os de mandato a "reescribir con nuestras manos" la Constituci¨®n impuesta a Jap¨®n por Estados Unidos tras la II Guerra Mundial, y que entr¨® en vigor en 1947.
Esos cambios deber¨ªan permitir que Jap¨®n pueda participar en operaciones militares internacionales. Hasta ahora, Tokio s¨®lo ha desplegado tropas en Irak pero en "misi¨®n humanitaria y de reconstrucci¨®n, no de combate". Con las reformas, Abe quiere convertir la Agencia Nacional de Defensa en un aut¨¦ntico ministerio y a las Fuerzas de Autodefensa en un verdadero ej¨¦rcito. Estas modificaciones cuentan en mayor o menor medida con respaldo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n japonesa.
Abe se propone tambi¨¦n otorgar mayor peso a las decisiones del primer ministro en materia de Defensa, y abrir el camino para abolir en un futuro pr¨®ximo el hist¨®rico art¨ªculo 9 de su Constituci¨®n, origen del actual Jap¨®n pacifista. El art¨ªculo 9 establece que Jap¨®n "renuncia a la guerra para siempre, abole sus Fuerzas Armadas y se compromete a no restaurarlas nunca". Esta disposici¨®n supuso la creaci¨®n de una Reserva Policial de 70.000 efectivos, rebautizada como Fuerza de Seguridad en 1952, y dos a?os m¨¢s tarde pas¨® a llamarse Fuerzas de Autodefensa, que ahora suman 240.000 hombres.
50.000 soldados de EE UU
A pesar de esas limitaciones y de la protecci¨®n y la fuerte presencia militar de Estados Unidos -50.000 soldados- en sus bases en el archipi¨¦lago nip¨®n, el presupuesto japon¨¦s anual de Defensa es de los m¨¢s altos del mundo, 33.202 millones de euros, cifra que es un 60% superior a la de China, con una sexta parte de su poblaci¨®n y un territorio mucho menor.
A ello se suma el que Jap¨®n, al igual que Corea del Sur, est¨¢ bajo el paraguas nuclear estadounidense, como salvaguardia frente a una eventual agresi¨®n, Por eso, y aunque la prueba norcoreana supondr¨¢, seg¨²n Abe, un cambio en la seguridad del noreste asi¨¢tico, no parece que Jap¨®n vaya a modificar su pol¨ªtica contraria a la posesi¨®n de armas nucleares.
Jap¨®n, el ¨²nico pa¨ªs que ha sido atacado con bombas at¨®micas -Hiroshima y Nagasaki en 1945-, es el tercer productor mundial de energ¨ªa nuclear -tras EE UU y Francia- pues posee 55 instalaciones at¨®micas y prev¨¦ la construcci¨®n de otras ocho. Aunque las armas at¨®micas son tab¨² en Jap¨®n, algunos analistas no descartan que Tokio pudiera autorizar a Estados Unidos a desplegar armas nucleares en sus bases en el archipi¨¦lago, lo que ser¨ªa un cambio radical de su doctrina.
Los efectos de la prueba at¨®mica norcoreana en la opini¨®n p¨²blica japonesa pueden tardar en aparecer, como ocurri¨® en 1998 cuando Corea del Norte lanz¨® un misil intercontinental experimental que sobrevol¨® Jap¨®n, originando una primera reacci¨®n de mutismo de las autoridades, a la que sigui¨® un giro en la actitud de ciudadanos que comenzaron a exigir mayor seguridad y que acab¨® con un mayor presupuesto de Defensa y con un viraje hacia la derecha de su pol¨ªtica.
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