Clara Campoamor

Despu¨¦s de 75 a?os, los espa?oles empiezan a volver a o¨ªr hablar de Clara Campoamor, la gran pol¨ªtica que consigui¨® el sufragio universal en las Cortes Constituyentes de la Segunda Rep¨²blica mediante la concesi¨®n del derecho al voto a las mujeres. Sin embargo, falta mucho para que se le haga justicia. A¨²n no se cuenta entre los muchos bustos y cuadros de personajes que figuran en los salones del Congreso de los Diputados. Pero m¨¢s grave me parece que no se le haya devuelto la voz arrebatada entonces. Pocas personas saben que Clara Campoamor escribi¨® en 1936 un libro titulado Mi pecado mortal: el voto femenino y yo. Bajo este t¨ªtulo tan ilustrativo, la autora cuenta todo el debate parlamentario de 1931 en torno al voto femenino y c¨®mo ella, despu¨¦s de su gran triunfo, fue literalmente expulsada de la vida pol¨ªtica espa?ola. Este libro ha sido reeditado dos veces: una en 1981 por Lasal-Ediciones de les dones y otra en 2001 por el Instituto Andaluz de la Mujer. Ambas ediciones han sido marginales y actualmente, a pesar de la claridad, amenidad y actualidad de sus reflexiones, sigue sin poderse comprar, ni siquiera encargar, en las librer¨ªas m¨¢s importantes. En su introducci¨®n se puede leer: "Yo sab¨ªa que el tiempo justificar¨ªa todas mis tesis, y a¨²n esperaba un poco ingenuamente que al operarse esta justificaci¨®n mis conciudadanos se inclinar¨ªan ante el fallo y de m¨ª se apartar¨ªa su rencor". Las tesis de Clara Campoamor han sido ampliamente justificadas, pero su rehabilitaci¨®n hist¨®rica no se producir¨¢ hasta que la impulsen las instituciones generales y las grandes editoriales, en lugar del pu?ado de mujeres sin poder que vienen empe?¨¢ndose hasta ahora.