La ¨²ltima excursi¨®n

Los m¨¢s j¨®venes rozan los 85 a?os y el de m¨¢s edad cumplir¨¢ 101 esta Navidad. Son miembros de la Asociaci¨®n de Antiguos Carabineros de Catalu?a, una entidad fundada en 1981 y que se ha disuelto hace 15 d¨ªas. "Con la cantidad de a?os que tenemos todos, no hay otra salida", se lamenta Carlos Anthony, el presidente, de 89 a?os.

La mayor¨ªa de ellos ingresaron en el Cuerpo de Carabineros durante la Guerra Civil para luchar en el lado republicano. Con la victoria de Franco, la condici¨®n de carabinero dej¨® de existir y algunos se incorporaron a la Guardia Civil, otros lo pasaron mucho peor. Tras la muerte del dictador, ya jubilados, se pusieron en contacto unos con otros y crearon la asociaci¨®n. Hab¨ªa entonces m¨¢s de 2.000 socios. Ahora quedan 245.

"Con la cantidad de a?os que tenemos, no hay otra salida", dice Carlos Anthony, el presidente, de 89 a?os

En la sede de la asociaci¨®n, situada en el edificio de la UGT en la Rambla de Barcelona, se respira historia por todos los rincones. Entre carpetas, archivadores, retratos de ilustres sindicalistas y banderas republicanas, reposa un ordenador Pentium que Anthony maneja con pasmosa facilidad. Al lado, un viejo aparato para tomar la presi¨®n cubierto de polvo.

"En nuestros archivos figuran todos los nombres de carabineros, guardias de asalto y militares de tierra, mar y aire que lucharon por la Rep¨²blica. Es un material muy valioso", asegura el presidente. ?Qui¨¦n se quedar¨¢ con todo esto? "Habr¨¢ que d¨¢rselo a la Generalitat o a alguien que sepa cuidarlo".

Los ex carabineros se citaron, el ¨²ltimo jueves de septiembre, para decirse adi¨®s, durante una excusi¨®n a Tarragona. ?sa fue la ¨²ltima de las casi 50 salidas que ha organizado la asociaci¨®n en sus 25 a?os de historia. Acudieron unos veinte miembros que, junto a asistentes y familiares, formaron un entra?able grupo de m¨¢s de 30 personas. Visitaron el centro de la ciudad y comieron en Cambrils. El men¨²: entremeses de marisco, fritada de pescado, helado con chocolate caliente, caf¨¦ y copa. Todo ello acompa?ado con vino y cava.

El viaje sirvi¨® para rememorar, una vez m¨¢s, sus an¨¦cdotas favoritas. "?ramos j¨®venes y est¨¢bamos convencidos de que ganar¨ªamos la guerra. Confi¨¢bamos en que Francia o Inglaterra nos echar¨ªan una mano", coment¨® Joan Romero, de 86 a?os.

?ngel S¨¢nchez, de 91 a?os, que llevaba consigo un tel¨¦fono m¨®vil de ¨²ltima generaci¨®n, cont¨® los mejores chistes con una lucidez extraordinaria. "Los colecciono, tengo 60 o 70 manuscritos a la espera de pasarlos a m¨¢quina cuando tenga tiempo". El final de la guerra le pill¨® en la Seu d'Urgell. Tras cruzar la frontera con Francia, decidi¨® volver el mismo d¨ªa porque "en Bourg-Madame s¨®lo hab¨ªa un prado con vacas y nieve".

Fernando Olba, el m¨¢s viejo de todos, barcelon¨¦s nacido en 1905, no quiso perderse la excursi¨®n. Tras "haber conocido todas las guerras", ese jueves camin¨® sin bast¨®n y ni siquiera requiri¨® ayuda para subir al autocar. Su secreto: "Vivir sin fumar y sin medicamentos. Lo fundamental es el vino y el carajillo despu¨¦s de comer".

Fue el secretario de la asociaci¨®n hasta 2002. Lo dej¨® al cumplir los 97 a?os. En los a?os treinta, antes de convertirse en carabinero ayudaba a su padre, un sastre barcelon¨¦s, y era voluntario de la Cruz Roja. La faena de modisto le facilit¨® el acceso al Cuerpo de Carabineros "gracias a un coronel al que le hac¨ªa los trajes". Se pas¨® la guerra haciendo guardias d¨ªa y noche. Tras la derrota, se puso a coser de nuevo. "Trabaj¨¦ muy duro, a veces a escondidas, porque ten¨ªa dos hijos y no pod¨ªa permitirme abandonar Barcelona". Con una mirada sincera y curtida, asegura que lo ¨²nico que desea ahora es "paz y tranquilidad". No es para menos.