El Nobel de los pobres

El orgullo que manifest¨® Muhammad Yunus, de 66 a?os, ayer al recibir la noticia de que hab¨ªa ganado el Premio Nobel de la Paz lo compartir¨¢ con las 6,6 millones de personas pobres de Bangladesh, casi todas de ellas mujeres, que han recibido pr¨¦stamos del banco que ¨¦l mismo cre¨® hace 30 a?os. Porque el Grameen Bank, galardonado conjuntamente con Yunus por el jurado, tiene la particularidad de que considera a los clientes como due?os -o "socios", como les llama Yunus- del banco.

Nadie se ha hecho rico, ni siquiera Yunus, pero con pocas excepciones las mujeres de Bangladesh que han recibido microcr¨¦ditos no s¨®lo han logrado salir de la cruel pobreza que azota este pa¨ªs de 147 millones de habitantes, sino que han visto como sus vidas, y las de sus hijos, han sido imbuidas de esperanza y dignidad.

Las mujeres de Bangladesh han visto sus vidas imbuidas de esperanza y dignidad

"El desarrollo desde abajo hace adem¨¢s que la democracia gane posiciones", dijo el jurado

"Estoy muy feliz, es realmente una gran noticia para toda la naci¨®n", dijo Yunus, que repetidamente ha declarado su fe en la posibilidad de acabar con la pobreza en el mundo. Yunus, un hombre brillante pero a la vez humilde en su manera de ser, dijo que le costaba creer la noticia. "El Nobel de la Paz es lo m¨¢s grandioso, simplemente fant¨¢stico", declar¨® "el banquero de los pobres". "Dar¨¢ un nuevo impulso a nuestro movimiento y a la lucha contra la pobreza en todo el mundo". Dijo que el premio deber¨ªa ser celebrado no s¨®lo en Bangladesh sino entre todas las personas que han recibido un microcr¨¦dito, fen¨®meno que ¨¦l invent¨® y que se ha extendido a m¨¢s de 100 millones de personas en 130 pa¨ªses, entre ellos Espa?a.

Yunus debe de ser el primer banquero en recibir el Premio Nobel de la Paz. Pero tambi¨¦n es el primer banquero en llevar a cabo lo que ha supuesto una revoluci¨®n en el sector financiero: conceder pr¨¦stamos a gente pobre sin garant¨ªas; bas¨¢ndose exclusivamente en el respeto y la confianza, no en contratos firmados. Y lo extraordinario es que a lo largo de los 30 a?os desde que cre¨® desde la nada un banco que ahora tiene 20.000 empleados y que ha generado 18 empresas m¨¢s (una de ellas, la operadora de tel¨¦fonos m¨®viles m¨¢s grande del sur de Asia), el porcentaje de incumplimiento en los pr¨¦stamos ha sido inferior al 1,5 %. Salvo en tres de los ejercicios, Grameen ha tenido siempre beneficios anuales, todos ellos reinvertidos en el banco, que no ha dejado de crecer, que tiene m¨¢s de 2.000 sucursales en 70.000 aldeas (Grameen significa aldea en bengal¨ª) y cuya sede en la capital de Dhaka es una imponente torre de 21 pisos.

El programa m¨¢s reciente del banco ha sido concebido para los m¨¢s pobres de los pobres. Las mendigas bengal¨ªs, 80.000 de las cuales han recibido peque?os pr¨¦stamos (alrededor de los 15 o 20 Euros) a lo largo de los ¨²ltimos tres a?os.Fue con ejemplos como ¨¦ste en mente que el comit¨¦ noruego que concede el Nobel explic¨® ayer que hab¨ªa premiado "los esfuerzos para promover el desarrollo social y econ¨®mico desde abajo".

"No podr¨¢ alcanzarse una paz duradera hasta que una gran parte de la poblaci¨®n mundial encuentre la manera de salir de la pobreza. Los microcr¨¦ditos constituyen una de las formas de conseguirlo. El desarrollo desde abajo sirve adem¨¢s para que la democracia y los derechos humanos ganen posiciones", se?al¨® el jurado, que a?adi¨®: "Los cr¨¦ditos para gente pobre sin respaldo financiero parec¨ªan una idea imposible desde su humilde inicio hace tres d¨¦cadas. Yunus, a trav¨¦s del Banco Grameen, ha convertido los microcr¨¦ditos en un importante instrumento en la lucha contra la pobreza".

Visto en persona, Yunus es un individuo que dista mucho de la solemnidad que emite el comunicado del jurado del Nobel. Lleva a cabo su misi¨®n con total seriedad, con un compromiso casi religioso. Pero no transmite ni la distancia reverencial de un cardenal, ni la pomposidad del magnate. Es un acad¨¦mico distinguido, que fue profesor universitario de econom¨ªa hasta entender que la teor¨ªa econ¨®mica convencional no resolv¨ªa los problemas m¨¢s apremiantes de su pa¨ªs, no s¨®lo uno de los m¨¢s pobres sino m¨¢s densamente poblados del mundo. Tambi¨¦n es un genio de los negocios, que si hubiera dedicado el mismo entusiasmo y el esfuerzo que ha dado al Grupo Grameen a un negocio cuyo objetivo fuera meramente obtener beneficios, ser¨ªa hoy uno de los personajes m¨¢s ricos del mundo. Ayer anunci¨® que dedicar¨¢ el premio (1,1 millones de euros) a la creaci¨®n de un hospital para pobres y de una compa?¨ªa de elaboraci¨®n de alimentos baratos y de calidad.

Pero la realidad es que no s¨®lo es un hombre sencillo, cuyo desnudo despacho en el horno de ciudad que es Dhaka ni siquiera tiene aire acondicionado, sino que es abierto y simp¨¢tico, dispuesto siempre a regalar una risa c¨®mplice. La seriedad se ve en sus ojos cuando habla de la causa de los pobres. No es tan conocido como algunos anteriores premios Nobel de la paz, como un Nelson Mandela o un Desmond Tutu. Pero transmite tanta grandeza como cualquiera de ellos.