Una Roma de andar por casa
Juli¨®briga evoca la intimidad de la vida diaria de hace dos mil a?os
El m¨¦rito de la Domus romana de Juli¨®briga, que abri¨® sus cancelas en 2003 en Campoo de Enmedio, a las puertas de Reinosa (Cantabria), es que nos hace sentir, dos mil a?os despu¨¦s, la realidad cotidiana de unos seres de carne y hueso entre sus cachivaches dom¨¦sticos. Es la reconstrucci¨®n minuciosa de una de las viviendas de la ciudad romana. Cuando uno entra en el patio central o impluvium, cerrado por un atrio columnado, s¨®lo espera ver salir al ama de casa a hacer los recibimientos; es una estatua lechosa de Diana la que da la bienvenida. Los aposentos que se abren al patio central: cocina y despensa, comedor, alcobas, larario o capilla familiar, todo est¨¢ dispuesto, no como un decorado, sino con una riqueza y autenticidad que sobrecogen. Han tenido, adem¨¢s, el acierto de no recurrir a ninots o mu?ecotes para ambientar: el visitante es el morador real y at¨®nito de este hogar redivivo.
La Domus, recreaci¨®n de una casa romana, y un museo con objetos originales destacan en la visita al yacimiento arqueol¨®gico c¨¢ntabro.
Esta visi¨®n intimista condiciona la mirada sobre la ciudad desparramada por los prados vecinos. Enterrada todav¨ªa en su mayor parte: s¨®lo el 5% est¨¢ excavado, y buena parte del casco urbano permanece sepultada bajo el pueblo actual de Retortillo. Pero puede verse el arranque de algunos barrios, calles y casas (la llamada La Llanuca debi¨® de ser, a juzgar por las pilastras conservadas y sus mil metros de planta, mucho m¨¢s grandiosa y refinada que la propia Domus). Y est¨¢, sobre todo, el foro, la plaza mayor, sobre el cual se dispuso, en ¨¦poca medieval, un cementerio (se ven los enterramientos) y se levant¨® una iglesia rom¨¢nica, actual ermita, con su portada al uso.
Y es que Juli¨®briga sigui¨® suerte pareja a muchos otros poblamientos romanos. Fundada tras las guerras c¨¢ntabras (a?os 29 a 19 antes de Cristo), recibi¨® su nombre en atenci¨®n a la gens Iulia, la familia adoptiva del emperador de turno, Augusto. Y su funci¨®n era, evidentemente, afianzar el poder de los nuevos amos, facilitar la romanizaci¨®n de aquellos valles, paso natural entre la meseta y los puertos del Cant¨¢brico. Debi¨® de tener cierta importancia, ya que es citada por autores como Plinio. Tras alcanzar su apogeo a finales del siglo I y principios del II, fue languideciendo hasta su total despoblaci¨®n en el siglo III. S¨®lo en el XVIII, el padre Enrique Fl¨®rez localiz¨® su emplazamiento.
Lo que antes era un mont¨®n de pedruscos a flor de tierra ha cambiado mucho en los ¨²ltimos tiempos. La visita tiene ahora algo de aventura. En el piso alto de la Domus se ha instalado un breve museo con objetos originales y un centro de interpretaci¨®n donde se pasa un audiovisual. Adem¨¢s, los gu¨ªas dirigen acciones l¨²dicas, sobre todo con los colegios, como talleres de cer¨¢mica, juegos romanos de mesa o visitas teatralizadas para los m¨¢s peque?os. El visitante puede llevarse una lucerna o vasija de terra sigilata hecha en esos talleres, pero se lleva sobre todo una sensaci¨®n, al salir de la Domus y del pueblo, de implicaci¨®n personal, como de haber estado visitando a los abuelos.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- El yacimiento se encuentra junto al pueblo de Retortillo (Cantabria), a unos cinco kil¨®metros de Reinosa por la CA-370. Las excavaciones son de libre acceso. Horario para la Domus: de 10.30 a 13.30 y de 16.00 a 19.00. Para concertar visitas de grupo: 626 32 59 27. Precio: 3 euros; escolares, 1,50 (libre con la entrada a la villa y termas romanas de Camesa Rebolledo y al centro de interpretaci¨®n del Rom¨¢nico de Villacantid, cerca de Reinosa).- www.culturadecantabria.com.
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