El secreto de 'Impetuoso' y 'Pegaso'
Filmados en aguas de Mallorca dos buques italianos hundidos por su tripulaci¨®n en 1943
Tres inodoros blancos son los ¨²nicos elementos inalterados bajo el mar, de una historia apenas conocida de la Segunda Guerra Mundial ocurrida en aguas mallorquinas, en la Espa?a no beligerante.
En 63 a?os, nada se ha prendido a las porcelanas de dos torpederos de la Marina de Italia, de 90 metros de eslora, que fueron hundidos, de noche y sin ruido, por sus comandantes en septiembre de 1943. Sus tripulaciones, 624 hombres, alcanzaron, muchos a nado, la costa de Pollen?a. Hasta 1945, los marinos estuvieron refugiados en Espa?a.
El Impetuoso y el Pegaso, sus restos erosionados por la presi¨®n, algas y corales, reposan a cien metros de profundidad, de costado, en el canal de Menorca, a diez millas de Mallorca. Desconcertados por la rendici¨®n de Italia, perseguidos por sus afines alemanes, sin noticias de Roma y de los aliados, los dos comandantes decidieron que sus modernos nav¨ªos no tendr¨ªan otra bandera, ni participar¨ªan en m¨¢s combates: desaparecer¨ªan bajo las aguas.
Los dos barcos formaban parte de una flota italiana que iba a entregarse a los aliados cuando fue atacada por la aviaci¨®n de los nazis
Mar¨ªa March, ?scar Espinasa y ?lvaro Villalonga, submarinistas de la fundaci¨®n Mar Balear, han ubicado y filmado los pecios, con mucho riesgo: "Al dar con ellos nos emocionamos, y, en la oscuridad, al descender, casi chocamos con uno. A tanta profundidad apenas ves hasta que la retina se adapta. Son dos inmensas moles, espectaculares".
Las citas vagas de coraleros, pescadores y la tradici¨®n oral desvelaron el hecho raro y poco heroico, ocurrido en los primeros a?os de plomo de Franco. Con luminosas im¨¢genes se saca a flote La ¨²ltima misi¨®n, un documental de Rub¨¦n Casas y Antonio Lara, que compite en el festival de Antibes.
La cinta reconstruye la peripecia naval y da voz emocionada a tres testigos, marinos italianos supervivientes. Las escenas del t¨¦trico paisaje submarino tienen protagonismo de impacto junto a la recreaci¨®n de la ¨²ltima batalla real de los dos barcos.
En su ¨¦poca, la prensa no registr¨® el naufragio provocado -abrieron los grifos de fondo-, ni el desembarco en la costa espa?ola de 600 italianos, sin buques. Hambrientos -com¨ªan boniatos-, quedaron concentrados seis meses en un cuartel de Andratx y un a?o en el balneario catal¨¢n de Caldes de Malavella.
La noticia de guerra naval del 9 de septiembre de 1943 fue el ataque y hundimiento por las fuerzas de Hitler del acorazado Roma, barco insignia italiano, en el que hubo 1.300 muertos. El 3 de septiembre, Italia se hab¨ªa sometido al armisticio de los aliados, y el d¨ªa 8 el general Eisenhower hizo p¨²blica la rendici¨®n y transferencia inmediata de la Marina italiana.
El Impetuoso y el Pegaso, el d¨ªa 9, escoltaban al grandioso Roma. La flota iba a entregarse: vir¨® desde C¨®rcega hacia el norte de ?frica, la aviaci¨®n nazi les atac¨® e hizo estallar al acorazado. Las naves de apoyo derribaron aviones alemanes, recogieron n¨¢ufragos y heridos y buscaron aguas neutrales. Cuatro buques recalaron en Mah¨®n. Los dos cazatorpederos entraron en la bah¨ªa de Pollen?a, donde se les dej¨® desembarcar a los heridos, pero no repostar. Las naves se alejaron y los comandantes decidieron echarlas a pique. Guido Pfeiffer y Flory Cal¨° han escrito que fue un acto "desesperado, ambiguo y doloroso".
De madrugada, en apenas 50 minutos, el mar se trag¨® a los dos barcos al alba del d¨ªa 12. El marinero Ferrentino evoca c¨®mo cientos de n¨¢ufragos llegaron dispersos al litoral, unos en botes, otros sobre restos de puertas, rescatados por pescadores locales y muchos nadando. "Nos disparaban desde tierra y grit¨¢bamos 'tripulaci¨®n', en catal¨¢n, lengua de Cerde?a". "No m¨¢s guerra, no m¨¢s guerra", celebraba el ex soldado Baiola. Catalina Flexas, de Andratx, se ennovi¨® y carte¨® con Mario, uno de los militares. Conserva una prenda del uniforme y las misivas del joven n¨¢ufrago enamorado.
El mar tap¨® un suicidio naval. Los buzos March, Espinasa y Villalonga anotan que "es muy delicado tocarlos o entrar en los barcos, una burbuja puede romper su cubierta. Un casco de artillero se convirti¨® en polvo nada m¨¢s cogerlo. Hay material b¨¦lico intacto, torpedos, cargas de profundidad".
Entre los restos de hierro barbado por incrustaciones se ven langostas y se ocultan morenas. Existen varios miles de pecios, testigos de derrotas, hoy, alrededor de Baleares. "Un enigma ha sido desvelado" dicta con tono grave Miguel Bos¨¦, el narrador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.