Nuevos medios, nuevas campa?as
El uso de Internet en la campa?a electoral catalana ha empezado a ser significativo. Si como parece, hay ya m¨¢s lectores de versiones electr¨®nicas de peri¨®dicos que de ejemplares en papel, la cosa es seria. Las webs de los partidos empiezan a tener un aire profesional muy alejado del que luc¨ªan en la anterior campa?a. Como acostumbra a pasar, los contenidos m¨¢s aparentemente serios (programas electorales) son los m¨¢s dif¨ªciles de encontrar. Im¨¢genes, frases, noticias de todo tipo, sazonan y facilitan la visi¨®n de lectores m¨¢s acostumbrados a la cadencia de los v¨ªdeos de MTV que a los sesudos art¨ªculos de opini¨®n. Dec¨ªa hace poco el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore que la televisi¨®n hab¨ªa provocado un efecto perverso al suprimir de hecho el debate democr¨¢tico, la posibilidad de deliberaci¨®n y discusi¨®n en un medio muy unilateral en su manera de comunicar. Internet permite resituar el debate y el contraste de ideas otra vez en primer plano. Pero el peso de la fractura digital sigue funcionando, y m¨¢s en un pa¨ªs como ¨¦ste en el que los niveles educativos (vinculados directamente al uso frecuente y habitual de Internet) son deplorables si hablamos de los mayores de 45 a?os, que son, adem¨¢s, los que m¨¢s votan. En ese contexto, la televisi¨®n contin¨²a siendo el medio dominante. Ello comporta que el dinamismo del intercambio intelectual, que tiene gran potencialidad en Internet, no sea a¨²n todo lo significativo que puede llegar a ser.
El profesor Pierre Rosanvallon afirmaba en Le Monde: "Por primera vez existe un medio masivo de comunicaci¨®n que ha suprimido la diferencia entre la expresi¨®n privada y p¨²blica, individual y colectiva". Lo que falta por ver son los canales de agregaci¨®n de las opiniones en la red, ya que una de las caracter¨ªsticas m¨¢s significativas del juego democr¨¢tico es la construcci¨®n de identidades colectivas que act¨²an en ese contexto pluralista. Internet corre el riesgo de simplificar esa agregaci¨®n de voluntades, convirtiendo el debate en corrientes de simpat¨ªa m¨¢s o menos estructuradas.
?Existe realmente un debate pol¨ªtico en la red sobre las elecciones catalanas?. Corren v¨ªdeos alternativos a los de CiU, algunos notablemente ingeniosos (http://www.youtube.com/watch?v=e0khtNdmsB0&eurl=). Surgen webs disfrazadas de confidenciales, cuyo sesgo pol¨ªtico es tan evidente que o bien reiteran lo que uno piensa o caricaturizan en exceso al adversario. Circulan porras sobre resultados, e im¨¢genes divertidas de este o aquel candidato. Pero, en general, las fuentes o son directamente los partidos o bien les son muy cercanas. Ello, si bien facilita la difusi¨®n de los argumentarios de cada qui¨¦n, al mismo tiempo segmenta mucho el debate y la deliberaci¨®n. Este es uno de los problemas de Internet, la tentaci¨®n de escoger a tus interlocutores. Pero, nadie duda de que abre much¨ªsimo las posibilidades de actuaci¨®n e intervenci¨®n de cualquier individuo o pol¨ªtico. Internet ya es un medio de agitaci¨®n y debate pol¨ªtico, pero con consecuencias a¨²n poco predecibles.
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