M¨¦xico poselectoral
El pa¨ªs le debe a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO) el haber puesto el tema de la pobreza en el centro de la agenda nacional. La pobreza es el fantasma que recorre la historia de M¨¦xico, por lo menos desde que Alejandro von Humboldt nos describi¨®, en 1801, como el pa¨ªs de la desigualdad. Un mendigo sentado en una monta?a de oro. Un pe¨®n ensombrerado y envuelto en sarape durmiendo la siesta eterna. Todos estos lugares comunes de la insuficiencia nacional encontraron en la campa?a de L¨®pez Obrador exactamente eso: espacio y comunidad, plaza y masa. ?No es hora de convertir lo ganado en la calle en lo ganable en el foro?
El fantasma de la pobreza nos espanta de noche y lo olvidamos al despertar. No han faltado los clarinazos al amanecer. En la era de la Ilustraci¨®n mexicana, la Reforma Liberal, Ignacio Ram¨ªrez se pregunt¨®: "?Qu¨¦ hacemos con los pobres?", y Julieta Campos, un siglo m¨¢s tarde, retom¨® el t¨ªtulo y el tema en un libro capital para entender al M¨¦xico invisible. Para Campos, es necesario enfatizar las soluciones desde abajo, la salud econ¨®mica de aparceros, ejidatarios, campesinos, peque?os comerciantes, empresarios medios, propietarios medios y peque?os, trabajadores de f¨¢brica, habitantes de los barrios, con sistemas de cr¨¦dito local e inversiones b¨¢sicas en educaci¨®n, salud y comunicaciones.
No dice otra cosa Carlos Slim en apoyo a una pol¨ªtica de ascenso econ¨®mico que, s¨®lo ella, puede crear una sana econom¨ªa de mercado: "La pobreza no crea mercado". Y no es otro el mensaje de Bill Clinton, cuando, en el centro mismo de la Iniciativa Global que lleva su nombre, sostiene que la pobreza extrema puede ser eliminada mundialmente en un par de d¨¦cadas. Bastar¨ªa una contribuci¨®n del 0,5% del producto interno bruto de los pa¨ªses ricos en un mundo donde s¨®lo el 20% de la poblaci¨®n mundial recibe el 80% del ingreso mundial y tres mil millones de seres humanos -la mitad de la poblaci¨®n de la tierra- vive en grados diversos de pobreza.
Hay varios modelos de pol¨ªtica izquierdista en Am¨¦rica Latina y L¨®pez Obrador, tocando el resorte fundamental de la lucha contra la pobreza, har¨¢ bien en orientar y hacer p¨²blicas sus ideas pr¨¢cticas sobre un asunto que no es, lo repito, s¨®lo nuestro sino mundial. La diferencia de AMLO con Bachelet, Lula y Ch¨¢vez es que AMLO est¨¢ en la oposici¨®n y ahora tiene que decidir qu¨¦ clase de oposici¨®n ser¨¢ la suya.
Porque la protesta callejera, el mitin multitudinario y la invocaci¨®n a "el pueblo" acabar¨¢n por gastarse. L¨®pez Obrador es una figura respetable de la izquierda, pero no es la izquierda entera. En la izquierda est¨¢n Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, Carlos Monsiv¨¢is, Amalia Garc¨ªa, L¨¢zaro C¨¢rdenas Betel. La izquierda mexicana, tantas veces condenada a ser confeti del carnaval pol¨ªtico, alcanz¨® a partir de los a?os ochenta y el liderazgo, entre otros, de Heberto Castillo, Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, Porfirio Mu?oz Ledo, Jes¨²s Ortega y Pablo G¨®mez, la posici¨®n de alternativa pol¨ªtica responsable.
Parte de la responsabilidad consiste en atenerse a los resultados del voto: ?hubo fraude el 2 de julio? ?S¨®lo lo hubo en las urnas presidenciales, mas no en las que eligieron a senadores, diputados y municipios perredistas? ?Es fraudulento el TRIFE (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci¨®n)? ?Preferimos las elecciones determinadas por el tapadismo, el dedo presidencial y la hegemon¨ªa pri¨ªsta? ?No ha demostrado el TRIFE una y otra vez, su imparcialidad en numerosas elecciones locales y estatales? ?A qu¨¦ hora se convirti¨® el TRIFE en marioneta de Los Pinos o del PAN? ?Hubiera sido descalificado el TRIFE por AMLO si le otorga el triunfo a AMLO?
Preguntas que palidecen ante los hechos. La izquierda tiene hoy una presencia pol¨ªtica mayor que nunca desde la presidencia de L¨¢zaro C¨¢rdenas del R¨ªo. La pugna personal entre Vicente Fox y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ocurre en un ring sin ¨¢rbitro que s¨®lo ellos ocupan. Fuera del ring, la izquierda gana poder y no veo a sus senadores, diputados y alcaldes renunciando a sus puestos para embarcarse en una campa?a permanente al grito de "al diablo las instituciones" y "c¨¢llate, chachalaca".
El M¨¦xico incluyente y democr¨¢tico, por m¨¢s imperfecciones que ostente, requiere hoy otro lenguaje y otra actitud. La izquierda tiene que verse y organizarse como un movimiento pol¨ªtico permanente, no como una algarada circunstancial. La izquierda tiene que potenciar su presente en funci¨®n de su futuro como aut¨¦ntica alternativa de poder en beneficio de todos los ciudadanos y de todas las clases, propiciando el ascenso del que habla Lagos m¨¢s que el descenso que practica Ch¨¢vez. La izquierda tiene que trascender el liderazgo personalista de AMLO a fin de ser m¨¢s incluyente y encarrilar el poderoso verbo y la magn¨¦tica presencia del tabasque?o a tareas compartidas con los izquierdistas que no son ni sus partidarios ni sus s¨²bditos.
Hay un largo camino por delante. Lo cierto es que a Lula, a Lagos y a Bachelet, a Evo Morales y a Tabar¨¦ les tom¨® tiempo, paciencia y organizaci¨®n llegar al poder. Ellos dan cuenta de una izquier
da latinoamericanamuy diversificada, nada monol¨ªtica, a la cual espero que un d¨ªa acceda M¨¦xico. El reverso de esta medalla es el Bocazas Ch¨¢vez, a quien no considero de izquierda, sino un fascista pasajeramente rico y que divierte a sus colegas.
S¨®lo que Ch¨¢vez no tiene frontera terrestre con los EE UU de Am¨¦rica. S¨®lo M¨¦xico, en Iberoam¨¦rica, la tiene. Y no s¨¦ si por provincianismo o por c¨¢lculo, L¨®pez Obrador jam¨¢s -o rara vez- ha criticado a los gringos. Vecindad fatal. ?C¨®mo atender¨¢ el presidente electo, Felipe Calder¨®n, la relaci¨®n entre M¨¦xico y los EE UU?
Felipe Calder¨®n se parece al t¨ªtulo de la pel¨ªcula brit¨¢nica La soledad del corredor de fondo. El arranque de su candidatura fue mal visto por el presidente Fox, partidario de Santiago Creel. El ala derecho-paleol¨®gica del PAN (Acci¨®n Nacional) tampoco lo vio con demasiada simpat¨ªa. Pero hoy todos quieren acercarse al nuevo sol presidencial, con el prop¨®sito de arrinconarlo en penumbras de intereses que no se conllevan con la luz, por peque?a que sea, que debe irradiar la instituci¨®n presidencial.
Porque Calder¨®n no puede ni debe recibir como galard¨®n al desacreditado Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. No le hace falta ser proclamado prematuramente presidente electo por Elba Esther Gordillo. Debe trascender estos apoyos y otros igualmente interesados. ?l sabe muy bien que debe ser presidente de todos los mexicanos, no de tales o cuales intereses especiales. Lo malo es que el margen de maniobra de Calder¨®n sea tan reducido y ello por varios motivos.
El primero es el estrecho resultado de la elecci¨®n presidencial. Aun con plena certeza acerca de la legitimidad de la elecci¨®n, 0,5% de ventaja es muy poca ventaja. El radicalismo l¨®pezobradorista habla de fraude, buena parte de la izquierda habla de desencanto y toda la izquierda confronta una decisi¨®n: seguir amagando a Calder¨®n con un "no pasar¨¢" callejero u organizar una fuerza permanente de oposici¨®n m¨¢s all¨¢ de la coyuntura electoral.
La derecha aznarista, el corporativismo, la Confederaci¨®n Patronal, jerarcas de la Iglesia: todos quieren llevar a Calder¨®n como agua, bendita, o non-sancta, a su molino. Dividido entre la izquierda que lo rechaza y la derecha que lo seduce, Calder¨®n ha empezado a responder como debe. ?l no le agradece la presidencia a ning¨²n grupo especial, sino a los ciudadanos que votaron por ¨¦l y al pueblo al que va a representar a partir del 1? de diciembre. Como Angela Merkel. Como Romano Prodi.
Pero esta postura no disuelve la monta?a de problemas. El segundo, despu¨¦s de la legitimidad, es la operaci¨®n administrativa. La primera prueba de calidad del gobierno de Calder¨®n ser¨¢ el nombramiento de su gabinete. Se habla mucho de un equipo ministerial de transici¨®n. M¨¢s importante es reunir un gabinete de calidad.
Para Calder¨®n, la integraci¨®n del gabinete ser¨¢ el primer paso para trascender la pugna electoral y darle semblanza de seriedad y eficacia a su administraci¨®n.
El segundo paso ser¨¢ la manera como Calder¨®n establezca una nueva relaci¨®n con un Congreso plural, pleitero pero, espero que no, pendejo. Asoman algunas cabecitas desacreditadas del PRI y el Verde. Truenan, antes del rel¨¢mpago, algunos rayos perredistas. Calder¨®n tendr¨¢ que negociar reformas con el Congreso que tiene. Fox fracas¨® porque no tuvo un negociador efectivo antes las C¨¢maras. Calder¨®n no puede darse ese lujo. Viene del Congreso, lo conoce y lo entiende. Pero necesita un negociador de primera dedicado a tratar con las C¨¢maras a fin de pasar las reformas urgentes en materia de seguridad p¨²blica, recursos hidr¨¢ulicos, electricidad y petr¨®leo, fiscalidad y reforma pol¨ªtica: reelecci¨®n de legisladores, segunda vuelta de las presidenciales.
Gran desaf¨ªo. Ineludible reto para encaminar a M¨¦xico hacia un r¨¦gimen de justicia y prosperidad que sepa enfrentarse a los gigantescos problemas que son el narcotr¨¢fico, la pobreza, la violencia, las bandas juveniles, la enajenaci¨®n urbana y, al cabo, la enajenaci¨®n del campo y del trabajo.
La arrogante, ciega y arbitraria decisi¨®n norteamericana de ir cerrando la frontera con M¨¦xico habr¨¢ de ser el principal dolor de cabeza -a la vez internacional e interno- del presidente Calder¨®n. Dentro de dos a?os, habr¨¢ cambio en la Casa Blanca. Se ir¨¢ una desprestigiada junta ultraderechista y vendr¨¢, probablemente, una administraci¨®n republicana m¨¢s esclarecida y un presidente fronterizo, el hoy senador John McCain, de Arizona, promotor junto con su colega Edward Kennedy de la ley de migraci¨®n laboral m¨¢s sensata y m¨¢s opuesta a la monstruosa ley Sensenbrenner.
Calder¨®n habr¨¢ de lidiar con una espada de dos filos. El externo, en relaci¨®n a los EE UU, sus necesidades de trabajo y el trato dado a los inmigrantes mexicanos. Y el interno, a medida que la frontera se cierre y se caliente y M¨¦xico deba proporcionar ocupaci¨®n a medio mill¨®n de trabajadores cada a?o, encerrados detr¨¢s de la cortina de nopal.
El trato con los EE UU promete ser uno de los m¨¢s dif¨ªciles de nuestra historia, sobre todo porque muchos temas de la relaci¨®n depender¨¢n de lo que hagamos los mexicanos en M¨¦xico, m¨¢s de lo que hagan los gringos en los EE UU. Una lecci¨®n fundamental de nuestra historia es que con Washington s¨®lo se negocia de pie y mir¨¢ndoles a los ojos. La genuflexi¨®n s¨®lo merece desprecio y fracaso.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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