Robinho se impone a los prejuicios

Desde que Fabio Capello fich¨® por el Madrid, el club ha discriminado la plantilla de modo que Ronaldo, Robinho, Cicinho, Guti y Helguera ingresaron en la lista de los prescindibles, Reyes fue considerado un jugador que no merec¨ªa una oferta de "un euro", y sobre Casillas pes¨® el prejuicio de que se trataba de un portero de menos de 1,90. La victoria sobre el Steaua (1-4) el martes pasado, en Liga de Campeones, result¨® el mejor partido del Madrid en lo que va de temporada y desacredit¨® muchas de las primeras impresiones del entrenador italiano sobre sus jugadores. El caso de Robinho, el h¨¦roe de Bucarest, es el m¨¢s notable.

Hace una semana, el director general de f¨²tbol madridista, Pedja Mijatovic, no descartaba la posibilidad colocar a Robinho en el primer mercado que lo cotizara a buen precio. Mijatovic, seg¨²n fuentes del club, actuaba por orden de Capello, que no ve¨ªa al brasile?o en su sistema. El italiano esgrim¨ªa su latiguillo: "No sabe jugar sin bal¨®n".

A Capello le gustan los futbolistas que juegan sin bal¨®n. Haciendo honor a sus vocaciones, consider¨® prioritarios a Cannavaro, que corta y cierra, a Emerson, que mantiene la posici¨®n, a Diarra, que corre 15 kil¨®metros por partido, a Van Nistelrooy, que fija a los centrales, y a Ra¨²l, el genio de la aparici¨®n contra el sentido de la jugada. Con esta materia prima el Madrid no consigui¨® jugar a nada reconocible. Perplejo, Capello rebusc¨® en el banquillo. Que Robinho fuera el jugador m¨¢s h¨¢bil con el bal¨®n en los pies le convirti¨® en una figura inc¨®moda. Capello s¨®lo lo us¨® en ¨²ltima instancia. Esper¨® al martes para darle la titularidad por primera vez.

Pocos jugadores brasile?os han conseguido con 22 a?os hacer lo que hizo Robinho en su primera temporada europea. Lleg¨® al Madrid en 2005 y se adapt¨® a un equipo y a un club sacudidos por la inestabilidad. Fue titular en 31 partidos de Liga -s¨®lo superado por Casillas, Roberto Carlos y Ramos- y anot¨® ocho goles, uno menos que Zidane y seis menos que Ronaldo, los otros dos goleadores. Durante sus primeros meses en el vestuario, en el entorno del presidente, Florentino P¨¦rez, se consolid¨® la sospecha de que Ra¨²l, el capit¨¢n, no se esforzaba para hacerle la vida m¨¢s llevadera al reci¨¦n llegado. Ante el vac¨ªo de los menos hospitalarios de la plantilla, Robinho se refugi¨® entre sus compatriotas, Baptista, Ronaldo, Cicinho y Roberto Carlos. Se fortaleci¨® en el gheto.

Este a?o, el delantero inici¨® su segunda temporada en Madrid como si la primera no contase. Para Capello -que eligi¨® a Ra¨²l como lugarteniente y consejero- Robinho fue poco m¨¢s que un desconocido. Le mand¨® al banquillo por detr¨¢s de Ra¨²l, Beckham, Guti, Reyes y Cassano. Pero el postergado trep¨® desde el fondo del pozo. Lo hizo con esp¨ªritu sereno. "Hay que tener paciencia y la oportunidad va a llegar", repet¨ªa. "Yo estoy seguro de que aprovechar¨¦ mi ocasi¨®n. Tengo calidad para ganarme un puesto y debo demostrar m¨¢s".

Contra el Steaua, el martes, Robinho cogi¨® a un Madrid medio abatido y lo transport¨® de vuelta al f¨²tbol de verdad. Con el bal¨®n en los pies.