Montilla compara a Mas con Berlusconi por firmar sus compromisos ante las c¨¢maras
El candidato del PSC dice que los partidos minoritarios "son complemento, pero no alternativa"
Pese a que las encuestas electorales no son favorables al Partit dels Socialistes y que en tales circunstancias todos los manuales de estrategia electoral aconsejan sacudir a los votantes con propuestas atrevidas, el PSC ha decidido no tomar esta v¨ªa. Todo lo contrario. Los primeros cuatro d¨ªas de campa?a electoral se han caracterizado por el bajo perfil de los actos de Jos¨¦ Montilla, tanto en las formas como en el contenido. Todo ello con un ¨²nico objetivo, aseguran sus colaboradores: dejar que Converg¨¨ncia i Uni¨® muestre su "prepotencia" y su "mal estilo de hacer pol¨ªtica" y se ponga en contra una parte de su electorado.
En sus ¨²ltimas intervenciones, como la de ayer en Granollers (Vall¨¨s Oriental), el candidato socialista se ha limitado a contraponer este estilo con el suyo: "solvente y basado en hechos". Todo ello combinado con alguna pulla como la de ayer a Artur Mas, a quien compar¨® con el l¨ªder de la derecha italiana, Silvio Berlusconi, por su necesidad de firmar ante las c¨¢maras sus compromisos con la ciudadan¨ªa. Para Montilla, el compromiso adoptado por Mas ante notario como garant¨ªa de que cumplir¨¢ con su programa s¨®lo denota "falta de credibilidad" y record¨® que "s¨®lo otro pol¨ªtico europeo ha hecho algo parecido: Silvio Berlusconi". Montilla se refer¨ªa al compromiso con la ciudadan¨ªa que Berlusconi firm¨® con gran pompa y entre focos en la campa?a electoral de 2001.
La estrategia socialista para estas elecciones s¨®lo ha tenido dos ingredientes hasta el momento: La explicaci¨®n con cuentagotas de sus propuestas y la amplificaci¨®n de las tropel¨ªas de sus rivales convergentes. Todo para que los duros ataques de los convergentes tengan un efecto bumer¨¢n para la federaci¨®n nacionalista.
Ayer estaba previsto que Pasqual Maragall se sumara a la campa?a. El presidente de la Generalitat deb¨ªa ofrecer una conferencia de prensa junto con el candidato socialista para, por una parte, mostrar unidad ante los maragallistas desencantados y, por otra, replicar con hechos al pol¨¦mico DVD de CiU contra el tripartito. Pero no pudo ser. V¨ªctima de una gripe, el presidente de la Generalitat tuvo que anular este acto. Para evitar suspicacias, el Departamento de Presidencia se apresur¨® en confirmar mediante una nota oficial el "s¨ªndrome febril de etimolog¨ªa gripal" de Maragall. A falta del presidente, el PSC, reclut¨® a otros tres maragallistas de pro para comparecer junto a Montilla: el ex secretario general del Gobierno y hermano del presidente, Ernest Maragall y las consejeras Montserrat Tura y Marina Geli. En su presencia, Montilla se declar¨® "avergonzado" por el trato que el DVD convergente da al presidente catal¨¢n.
El candidato socialista tambi¨¦n aprovech¨® su intervenci¨®n en Granollers para pedir el voto ¨²til de la izquierda. De sus antiguos socios de Esquerra Republicana y los actuales de Iniciativa per Catalunya afirm¨®, sin citarlos, que "son complementos, pero no alternativa".
La fiebre de los mensajitos
En los ¨²ltimos d¨ªas, muchos catalanes habr¨¢n visto como en la pantalla de su tel¨¦fono m¨®vil aparec¨ªa una caricatura de Artur Mas roci¨¢ndose con laca y manipulando un DVD. Una imagen sat¨ªrica que llegaba al m¨®vil al paso de un autocar de color rojo, con el logotipo del PSC y con una fotograf¨ªa de Jos¨¦ Montilla en la carrocer¨ªa.
Se trata de la ¨²ltima filigrana tecnol¨®gico-publicitaria del PSC: enviar mensajes electorales mediante el sistema bluetooth, que hoy llevan ya incorporado la mayor parte de tel¨¦fonos m¨®viles. Y lo hace desde el peque?o repetidor que est¨¢ en el autocar de campa?a del partido habilitado para transportar a los periodistas de un acto electoral a otro.
Al paso del veh¨ªculo, todos los tel¨¦fonos m¨®viles de la zona con el sistema bluetooth activado, reciben el mensaje. El receptor puede admitirlo o rechazarlo. Y, una vez en su m¨®vil, puede propagarlo gratuitamente entre amigos y conocidos. Se trata de un capricho tecnol¨®gico en opini¨®n de unos, y de la versi¨®n moderna del boca a oreja a juicio de otros.
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