Oliver & Benji
- El oliverismo. Una campa?a electoral se parece a un partido de f¨²tbol de la escuela Oliver & Benji en que entre jugada y jugada puede pasar -zzzz- todo un d¨ªa. Un pollo -Oliver- dice algo. Al otro d¨ªa otro pollo -Benji-, se escandaliza y le responde. El otro Oliver est¨¢ al quite del pase. Y as¨ª. La cosa no da para mucho. Afortunadamente, tampoco se le exige mucho. Una campa?a electoral es, as¨ª, una zona temporal especial, como las navidades o las rebajas. A unos ciudadanos a) les enloquece, a otros b) les aburre. Mientras que otros ni a) ni b). Es decir, no tienen ni un duro.
Bueno. Oliver y Benji, pases dilatados, aburrimiento, etc¨¦tera. En eso aparecen los debates electorales televisivos e imponen cierta velocidad humana al asunto. Todo lo que se dicen los pol¨ªticos en un plat¨® es, por fin, a tiempo real. Es decir, a tiempo real televisivo. El tiempo real televisivo es diferente al tiempo real a secas. Pasa m¨¢s r¨¢pido. Oliver y Benji, si se aplica un tiempo televisivo estricto, se pueden volver majaras en la tele.
- La espera entre jugadas. Hola. TV-3. Aqu¨ª, esperando que vengan los jugadores. El aspecto de TV-3 es el de cualquier otro edificio p¨²blico a estas horas. Cuatro gatos. Dos, fumando donde a¨²n es legal. No obstante, se observan algunas rarezas propias de cuando hay debate electoral. Hay un par de mossos vigilando la cosa, no sea que cuando lleguen los pol¨ªticos Xin Xan les ense?e el culet-culet. Hay un grupo de periodistas de la casa con camiseta reivindicativa. Protestan porque los informativos del periodo Oliver-Benji / electoral se realizan con los mismos criterios de reparto proporcional de tiempo que los espacios de propaganda electoral gratuita. Es decir, protestan porque los informativos son espacios de propaganda electoral gratuita. La protesta ha pasado el control ISO del Colegio de Periodistas. Un colegio que, junto con el de los Ni?os de San Ildefonso, siempre me ha despertado expectativas agradables. Focos. Chorrocientos periodistas de a pie y chorrocientos periodistas gr¨¢ficos. Y en eso empiezan a llegar los jugadores. Cada uno con una po¨¦tica de la llegada. Cada uno con una jugada paralizada de Oliver y Benji en trance de llegar.
- Jugadas. Por lo general, los pol¨ªticos llegan despacio. Como avanzan despacio los coches de colorines de los chicanos, las se?oritas vestidas para liarla y, todo lo contrario, Oliver y etc¨¦tera. El primero en llegar es Saura, ¨²nico en desviarse para darle la patita a los periodistas que protestan en silencio. "Estic completament d'acord amb vosaltres". Luego se va pitando. Llega Piqu¨¦. Hay personas que caminan pisando huevos, y hay personas que caminan esquiv¨¢ndolos. Quiz¨¢s ese ¨²ltimo es el estilo de Piqu¨¦. Din¨¢mico, sube banda, dribla a todo el mundo mientras estrecha la mano y, z¨¢s, ya est¨¢ indoor.
Carod es el ¨²nico en llegar en coche al punto en el que los otros han llegado caminando. Es llamativo el gusto que le ha pillado al coche protooficial, esa herramienta que tantos disgustos le ha ocasionado. Montilla llega acompa?ado de lo que algunos periodistas y todos los diccionarios califican como aparato. Caminan casi al mismo paso y con la misma cara, lo que indica que, po¨¦ticamente, igual est¨¢n pensando en lo mismo. La cosa se humaniza un tanto cuando Manuela de Madre se les acerca y los mata a besos. Manuela de Madre siempre est¨¢ besando. Es la Oliver o el Benji de los besos. Llega Mas, con una cara de amar a Catalu?a que tira de espaldas. Tanto amor unidireccionado le impide hacer compadreo con extra?os a su llegada. Nota: en el s¨¦quito de all-stars de Mas, uno de los m¨¢s numerosos, est¨¢ un hijo de Pujol. El que gasta patillas. Son inmensas. Tanta (por la) patilla, igual es una met¨¢fora no calculada de toda una ¨¦poca.
- La espa?olizaci¨®n del juego
Sala de prensa. Por pantalla gigante vemos c¨®mo los chicos de TV-3 est¨¢n prepar¨¢ndolo todo. Los periodistas comemos canap¨¦s como para una boda. Los jefes de prensa de los candidatos hablan relajados entre s¨ª. Como quien habla del curro. Bueno, de hecho hablan del curro. El relajo de los jefes de prensa contrasta con la tensi¨®n transmitida, cada d¨ªa, a los medios. Jugadas largas, crispadas, tensas, a velocidad vegetal. Es decir, jugadas espa?olas. De hecho, la campa?a se ha espa?olizado tanto que la derecha recurre al miedo al futuro y la izquierda al miedo a la derecha, dos denominaciones de origen Spain. Y, al parecer, las dos ¨²nicas jugadas de este partido Oliver & etc¨¦tera. ?Es real tanta tensi¨®n? Empieza el debate. A ver si es real en esa realidad y tiempo paralelos que es la tele. Ya me dir¨¢n.
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