Incontinencia asesina
Me encuentro en el peri¨®dico con el anuncio del premio Talentos al mejor relato, patrocinado por el Banco Santander Central Hispano. Se trata del banco que tiene a bien cobrarme -y, ¨²ltimamente, aumentarme- la hipoteca, as¨ª que le echo un vistazo. El anuncio en cuesti¨®n muestra la fotograf¨ªa de tres post-it, uno al lado de otro, en los que alguien ha escrito un recado. La gracia est¨¢ en que el recado no es escueto y apresurado, sino extenso y po¨¦tico. Por eso, a la derecha del anuncio, un texto indica: "Hay un lugar mejor para tus historias". Y, un poco m¨¢s abajo: "No te cortes. Saca todo lo que llevas dentro, pero hazlo en el lugar m¨¢s adecuado".
Ya que el recado en cuesti¨®n se nos presenta como un ejemplo de literatura, creo que no est¨¢ de m¨¢s leerlo con el detalle que se merece. Dice as¨ª: "Ha llamado Carlos. Ese compa?ero tuyo de tez morena y ojos cansados que conoc¨ª en el and¨¦n de la estaci¨®n aquel d¨ªa gris de invierno. Al decirle que no estabas pareci¨® quedarse mudo. El silencio hizo rebotar mi voz por el auricular cuando le pregunt¨¦ si quer¨ªa que te dejase alg¨²n recado. Reaccion¨® de un modo fr¨ªo y distante. Con voz grave y profunda insisti¨® en que le llamases al m¨®vil lo antes posible".
Retoques sint¨¢cticos para convertir en inmortal el anuncio de una entidad bancaria
Desde luego, el autor de este an¨®nimo texto es un genio. Qu¨¦ estilo tan lleno de fuerza. La historia engancha y no puedes soltarla hasta el final. Pero incluso una obra maestra de esta envergadura necesita cuatro retoques estil¨ªsticos y sint¨¢cticos que la conviertan en inmortal. (Si los Imparables o Joyce los necesitan, este autor no ser¨¢ menos). Ya se sabe que a los cerebros en constante ebullici¨®n se les pasan por alto los detalles m¨¢s banales.
La obra -de momento podemos llamarla as¨ª- cambia de tiempo verbal a mitad de la narraci¨®n. Empieza dici¨¦ndonos que "ha llamado Carlos", que me parece que es pret¨¦rito perfecto de indicativo. Pero al cabo de unas l¨ªneas, se pasa al -creo- pret¨¦rito indefinido de indicativo, y nos dice que el tal Carlos "pareci¨® quedarse mudo". Habr¨ªa que unificar los tiempos, porque si no, el lector incauto pensar¨¢ que cuando Carlos "pareci¨® quedarse mudo" fue en ese d¨ªa gris en la estaci¨®n, y no ahora que ha llamado.
Poner un punto y seguido despu¨¦s de "ha llamado Carlos" demuestra una gran personalidad, pero, por el bien de los lerdos lectores, tal vez ser¨ªa mejor poner coma o abrir par¨¦ntesis. De este modo podr¨ªamos dar cabida a la magna descripci¨®n de Carlos. Por el mismo motivo, tambi¨¦n pondr¨ªa coma despu¨¦s de "al decirle que no estabas" y despu¨¦s de "con voz grave y profunda". Tambi¨¦n repasar¨ªa los adjetivos, que, en un alarde de originalidad, se agrupan todo el rato de dos en dos. La voz es grave y profunda, la reacci¨®n es fr¨ªa y distante... Son geniales, s¨ª. Pero a m¨ª, que ya sufr¨ª leyendo Cerca del r¨ªo Piedra me sent¨¦ a llorar, del gran Paulo Coelho, me ha parecido algo reiterativo ver todo el rato dos adjetivos que, total, dicen casi lo mismo.
Tambi¨¦n retocar¨ªa la ingeniosa frase "el silencio hizo rebotar mi voz por el auricular". Cuando le preguntas a alguien si quiere dejar alg¨²n recado, lo normal es que te escuche en silencio. Pero para el perspicaz escritor, este silencio es tan, tan intenso que hace rebotar su voz "por el auricular". Aqu¨ª me pierdo, porque no se hizo la miel para los asnos. Debe de ser una met¨¢fora. Pero en todo caso, ?la voz rebota? Y si Carlos no hubiese estado en silencio, ?ya no rebotar¨ªa? En fin. Tambi¨¦n le dar¨ªa unas vueltas a la oraci¨®n "insisti¨® en que le llamaras" porque no es exacta. Insistir es "repetir o hacer hincapi¨¦ en algo" y Carlos no lo ha hecho.
Pero, sin duda, lo m¨¢s exquisito del relato es lo del d¨ªa gris en la estaci¨®n y los ojos cansados del protagonista. Es tan po¨¦tico, tan valiente y tan novedoso que se me ha revuelto el est¨®mago y he estado a punto de vomitar de emoci¨®n. Ni Joaqu¨ªn Sabina se atreve a unir los conceptos "d¨ªa gris" m¨¢s "invierno" m¨¢s "estaci¨®n". Por eso, estoy de acuerdo en que hay un lugar mejor para las historias del autor de esta obra maestra. Y ese lugar es azul como el mar, azul como unos ojos enamorados de mujer. Ese lugar posee una boca que engulle sin cesar, golosa y ¨¢vida... Me refiero al contenedor de papel, por si no se me hab¨ªa captado.
moliner.empar@gmail.com
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