El Papa apoy¨® el proceso de paz tras la mediaci¨®n del obispo Uriarte ante el Vaticano
El prelado vasco act¨²a como interlocutor entre Roma y las partes implicadas en el fin de la violencia
El pasado 5 de abril, Benedicto XVI proclam¨® en la Plaza de San Pedro, ante miles de personas: "Os invito a rezar para que todos intensifiqu¨¦is vuestros esfuerzos por consolidar los horizontes de paz que parecen abrirse en el Pa¨ªs Vasco y en toda Espa?a, y a superar los obst¨¢culos que puedan presentarse". Detr¨¢s de esta manifestaci¨®n p¨²blica de apoyo al proceso de paz en Euskadi, materializada a las dos semanas del alto el fuego permanente de ETA, estaban el presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola y obispo de Bilbao, Ricardo Bl¨¢zquez, y el obispo de San Sebasti¨¢n, Juan Mar¨ªa Uriarte. Ambos informaban detalladamente al Vaticano, desde mucho tiempo atr¨¢s, de los avances que se produc¨ªan en el camino hacia la paz en el Pa¨ªs Vasco y del apoyo de la Iglesia vasca a dicho proceso.
Reid y Segura supieron por Antza que ETA decidi¨® dejar la violencia a finales de 2003
El cardenal Etchegaray simpatiza con el proceso, pero declin¨® en 2004 ejercer de mediador
Eguiguren y Otegi conversaron con Reid y Segura antes de iniciar su di¨¢logo en 2002
Dos d¨ªas antes de la intervenci¨®n del Papa, el 3 de abril, Uriarte, que act¨²a como interlocutor con los principales agentes del proceso de fin de la violencia, se reuni¨® en el Vaticano con el secretario para las relaciones con los Estados, monse?or Giovanni Laiolo. En la entrevista se fragu¨® el aval del Vaticano al apoyo de la Iglesia vasca al proceso de paz. Adem¨¢s del cauce habitual de la Conferencia Episcopal, Bl¨¢zquez, Uriarte y los obispos vascos contaban desde tiempo atr¨¢s con un canal propio en el Vaticano, el cardenal vasco-franc¨¦s, Roger Etchegaray, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz en la etapa de Juan Pablo II, y hoy hombre cercano a Benedicto XVI.
El cardenal Etchegaray es un experto en negociaciones espinosas. En marzo de 2003 fue enviado por Juan Pablo II a Irak para entrevistarse con Sadam Husein para tratar de evitar la guerra. Los partidos vascos tambi¨¦n utilizan el canal de Etchegaray para enviar sus impresiones al Vaticano. En mayo de 2004, fue tanteado por socialistas y batasunos como mediador en las futuras conversaciones entre el Gobierno y ETA. Pero, pese a simpatizar con un final dialogado de la violencia, rechaz¨® la propuesta por no querer implicar al Vaticano en un compromiso tan pol¨ªtico.
Frente a esa situaci¨®n, Uriarte era bien conocido por su compromiso con el final de la violencia. Bajo el Gobierno del PP y siendo obispo de Zamora, en la anterior tregua de ETA, en septiembre de 1998, fue visitado por el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Mart¨ª Flux¨¢, para que mediara en aquel proceso finalmente frustrado. Uriarte particip¨® en el encuentro entre el Gobierno y ETA, celebrado en Vevey (Suiza), en mayo de 1999, acompa?ado de su brazo derecho y delegado de pastoral social en el Obispado de Bilbao, Joseba Segura. Fue la ¨²nica reuni¨®n que llegaron a celebrar el Gobierno y ETA, pues la tregua indefinida que abri¨® aquel proceso se rompi¨® seis meses despu¨¦s.
Fuentes cercanas a Uriarte comentaron posteriormente la "enorme desconfianza" existente en aquella reuni¨®n entre los representantes del Gobierno y ETA. Estos ¨²ltimos -Mikel Antza, Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alba y Vicente Goikoetxea- tem¨ªan que los detuvieran y los del Gobierno -Ricardo Mart¨ª Flux¨¢, Javier Zarzalejos y Pedro Arriola-, que la banda les atacara.
A Uriarte y Segura les correspondi¨® jugar un papel no s¨®lo de notarios, sino de mediadores, y de "limar desconfianzas y asperezas". Tambi¨¦n animaron al Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en aquel proceso, a acercar presos de ETA a las c¨¢rceles vascas para contribuir a "distender" el proceso. Fueron escuchados.
Pero Uriarte se encontr¨® con la sorpresa de que su papel como mediador fue desvelado p¨²blicamente por Mayor Oreja en el oto?o de 1999, poco antes de la ruptura de la tregua por parte de ETA. Para ¨¦l fue un mal s¨ªntoma y una prueba del desinter¨¦s del Gobierno por continuar con aquel proceso.
Uriarte mantuvo tambi¨¦n reuniones con los dirigentes socialistas antes y despu¨¦s del encuentro del Gobierno del PP con ETA as¨ª como con Zapatero, tras la dimisi¨®n de Joaqu¨ªn Almunia como secretario general del PSOE.
Tras el fallido proceso de paz de 1998-99, el brazo derecho de Uriarte, Joseba Segura, mantuvo el contacto con el dirigente de ETA, Mikel Antza, al que conoci¨® en la reuni¨®n de Vevey. Segura, pese a la ruptura de la tregua de ETA en noviembre de 1999, sigui¨® los contactos no s¨®lo con la banda sino con l¨ªderes de Batasuna y los partidos vascos.
En esa tarea, Segura estuvo acompa?ado por el sacerdote redentorista irland¨¦s, Alec Reid, al que conoci¨® en Belfort (Irlanda del Norte), tras el acuerdo de Stormont de 1998, que despej¨® el camino de la paz en aquel pa¨ªs.
Reid desempe?¨® un papel importante en las conversaciones entre el l¨ªder del Sinn Fein, Gerry Adams, y el del partido moderado y cat¨®lico SDLP, John Hume, y en la declaraci¨®n de Downing Street, de 1993, or¨ªgenes del proceso de paz en Irlanda del Norte.
Segura aprovech¨® para Euskadi el referente de Reid, por su vinculaci¨®n con los republicanos irlandeses y ser catalizador del proceso de paz en su pa¨ªs, dada la influencia que el nacionalismo irland¨¦s ha ejercido en el nacionalismo vasco, sobre todo en el m¨¢s radical. En 2000, rota ya la tregua, Reid se instal¨® en la Casa de Espiritualidad de Bego?a (Bilbao), con el consentimiento del obispo de Bilbao.
Reid y Segura hicieron un discreto trabajo en la sombra en los a?os duros, posteriores a la ruptura tregua de ETA entre 2000 y 2004. Adem¨¢s de mantener un hilo con ETA, hablaron con todos los partidos vascos. Trataron de convencer al mundo de ETA de la inutilidad de la violencia y de la soledad estrat¨¦gica en la que ¨¦sta situaba a Batasuna, cuyos l¨ªderes estaban traumatizados, tras la ruptura de la tregua y su ilegalizaci¨®n posterior.
La funci¨®n sacerdotal de Reid y Segura garantizaba a sus interlocutores una discreci¨®n que facilitaba la sinceridad en unos momentos muy dif¨ªciles y con los puentes rotos. "En aquellos a?os duros, con ETA matando, l¨ªderes de Batasuna pod¨ªan confiarse a un cura y decirle que deseaban el final de la violencia o representantes socialistas manifestarse por un final dialogado", dice Carlos Garc¨ªa Andoin, coordinador federal de cristianos socialistas.
Reid y Segura, por su relaci¨®n con Mikel Antza, saben que la direcci¨®n de ETA decidi¨® dejar la violencia a fines de 2003, seis meses despu¨¦s del ¨²ltimo asesinato de la banda. Pero la decisi¨®n de ETA tarda dos a?os m¨¢s en hacerse p¨²blica, con el alto el fuego del 22 de marzo de 2006. Otegi, tambi¨¦n sab¨ªa de la decisi¨®n de ETA, por eso dijo de modo tan rotundo el 11 de marzo de 2004 que ETA no hab¨ªa sido la autora del atentado masivo.
El alto el fuego de ETA tarda dos a?os porque necesita tiempo para consultarlo a sus bases y propiciar las condiciones del mismo con los socialistas, reci¨¦n llegados al Gobierno. No obstante, desde un tiempo antes, en 2002, el presidente del PSE, Jes¨²s Eguiguren, y el l¨ªder de Batasuna, Arnaldo Otegi -ambos han conversado reiteradamente con Segura y Reid- inician conversaciones informales que ser¨¢n el germen de los contactos entre Gobierno y ETA, de julio y noviembre de 2005, que abrieron paso al alto el fuego.
Segura sac¨® como conclusi¨®n de la tregua de 1998 que ETA no estaba madura para cesar con la violencia. Recientemente dijo que si en 1998 muchos votantes de Batasuna no entendieron la ruptura de la tregua, hoy ser¨ªa Batasuna la que no aceptar¨ªa el regreso a la violencia por decisi¨®n de unos pocos.
En esta tregua, Uriarte y Bl¨¢zquez trabajan en la sombra en dos mundos distintos y, a veces, hostiles, el de las v¨ªctimas y el de los presos de ETA, con el objetivo de la reconciliaci¨®n y el fin del terrorismo. En cumplimiento de esa tarea humanitaria, hace d¨ªas, Uriarte pidi¨® a Instituciones Penitenciarias atenci¨®n al preso de ETA, I?aki de Juana Chaos, en huelga de hambre. Actu¨® en nombre de la familia del preso y fue escuchado.
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