Las memorias de Schr?der levantan ampollas
Merkel carece de liderazgo y Bush es un fundamentalista, dice el ex canciller
Una lluvia de cr¨ªticas por parte de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) se le ha venido encima al ex canciller Gerhard Schr?der, de 62 a?os, por decir que a su presidenta, la canciller Angela Merkel, le falta liderazgo. "T¨ªpico Schr?der, ya le conocemos: arrogante y presuntuoso", contraatac¨® el secretario general del partido hermano, la Uni¨®n Socialcristiana (CSU), Markus S?der. Merkel no quiso hacer comentarios.
"Falta liderazgo. Eso crea en la CDU una decepci¨®n incre¨ªble", dijo Schr?der al semanario Der Spiegel con ocasi¨®n de la publicaci¨®n de sus memorias, tituladas Decisiones, que se presentan el jueves. Merkel es en realidad una de las personas que menos aparecen en el libro, al contrario que el primer ministro b¨¢varo Edmund Stoiber, su ex colaborador Oskar Lafontaine, los sindicatos y el presidente de EE UU, George W. Bush.
Al b¨¢varo Stoiber le atribuye falta de ambici¨®n pol¨ªtica y miedo a asumir retos
Sobre este ¨²ltimo confiesa cierta desaz¨®n por el hecho de que sus decisiones pol¨ªticas est¨¦n guiadas por su fe religiosa. Esto "reforz¨® mi escepticismo pol¨ªtico" frente a ¨¦l, dice. Schr?der compara la interferencia de la religiosidad de Bush en su pol¨ªtica con las teocracias isl¨¢micas. "Si las dos partes pretenden estar en posesi¨®n de la ¨²nica verdad v¨¢lida, apenas habr¨¢ margen para soluciones pac¨ªficas".
A Stoiber le atribuye falta de ambici¨®n pol¨ªtica y miedo a asumir retos. Schr?der describe c¨®mo, tras acordarlo con el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, le ofreci¨® suceder a Romano Prodi al frente de la Comisi¨®n Europea, que Stoiber rechaz¨®. "En el fondo de su coraz¨®n me parece una persona prudente, si no miedosa, que evita cualquier desaf¨ªo que no sepa que puede ganar. Y esa seguridad s¨®lo la tiene en Baviera", argumenta.
En el caso de Oskar Lafontaine, ex compa?ero de partido y ministro de Finanzas a sus ¨®rdenes durante los primeros meses de su Gobierno, Schr?der se limita a explicar su propia teor¨ªa sobre el comportamiento de su colaborador: su negativa a presidir el partido socialdem¨®crata (SPD) en 1987, su renuncia a presentarse a las elecciones como candidato en 1998 y su posterior dimisi¨®n en marzo de 1999. Lafontaine, explica Schr?der, rehuye la responsabilidad de Gobierno porque se siente m¨¢s c¨®modo en la oposici¨®n.
En la entrevista publicada por el semanario junto con extractos del libro, Schr?der asegura que no regresar¨¢ a la pol¨ªtica. Sobre su empleo como presidente del consejo de vigilancia del consorcio entre Gazprom, E.ON y BASF para la construcci¨®n de un gasoducto en el B¨¢ltico, Schr?der se?ala que dado que el gasoducto se construir¨¢ en inter¨¦s de Alemania, "yo en realidad hab¨ªa esperado muchos elogios, pero veo que eso era esperar demasiado".
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