Los residuos urbanos como paisaje
Daniel Canogar organiza una ruta art¨ªstica por los desechos dentro del festival Basurama
La monta?a de chatarra del almac¨¦n Hermanos L¨®pez, el hipermercado de desguace de autom¨®viles La Torre, unas naves de recogida y reciclado de papel de Fuenlabrada, la planta de compostaje y biometanizaci¨®n de Pinto, el punto limpio de Valdemoro... Estos lugares, a los que ning¨²n turista en Madrid ir¨ªa, fueron ayer escalas del Tour de la basura, un safari con objetivos art¨ªsticos (los sociol¨®gicos o filos¨®ficos los guardaba cada participante) promovido por el festival Basurama, que se celebra desde el pasado septiembre en La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2; www.lacasaencendida.com).
"En las periferias de las grandes urbes se acumulan toneladas de muebles, coches, ordenadores, pilas, juguetes... Hay un nuevo paisaje excremental. Para conocer una cultura se pueden explorar sus basuras; ya hay arque¨®logos especializados", plantea el organizador del Tour de la basura, Daniel Canogar (Madrid, 1964),
"Para conocer una cultura se puede explorar sus basuras", asegura Canogar
vicepresidente de Artistas Visuales Asociados de Madrid (AVAM) y autor de una intervenci¨®n de personajes reptantes sobre la puerta de Alcal¨¢ durante la primera Noche en Blanco de Madrid.
Explorador convencido de las posibilidades art¨ªsticas de la basura, Canogar intenta contagiar esa idea a los participantes del taller Basura, paisaje y memoria, que desde el pasado lunes lleva a cabo en La Casa Encendida.
Tras una semana de clases, con mucha pr¨¢ctica y teor¨ªa la justa, los participantes en el taller de Canogar para Basurama 06 tendr¨¢n que haber acabado un proyecto que ser¨¢ exhibido en una exposici¨®n el 2 de diciembre.
El mismo lunes, pre¨¢mbulo de la ruta madrile?a del residuo, Canogar mand¨® a su grupo a la calle, a buscar elementos para crear una obra de arte. Primera tarea: dise?ar una mesa de pic-nic, plegable y transportable.
Mismamente entre Pinto y Valdemoro, sobre una lona reciclada de una valla publicitaria, se desplegaron unas peculiares mesas: un pl¨¢stico transparente embutido en los propios comensales con bandejas de fruta para contener las viandas; cajas de cart¨®n como una mesa mochila; dos persianas viejas sujetas por paraguas y dos bidones encajados en un tablero de papel, con bandejitas de joyero a modo de manteles.
Antes de generar y recoger basurilla, entre olivos y con vistas al vertedero de Pinto, los viajeros hab¨ªan hecho escala en "los grandes hitos del circuito madrile?o del desguace, entre las carreteras de Toledo y Andaluc¨ªa", explicaban en el bus de la basura Rub¨¦n, Alberto y Manu, tres de los nueve integrantes del colectivo Basurama. Lo componen "proyectos de arquitecto", veintea?eros que en 2001 se plantearon en la Universidad "un divertimento" que ha desembocado en una cumbre anual sobre dise?o, arquitectura, urbanismo y reciclaje.
Rastrear las basuras en los barrios madrile?os no es algo nuevo para los componentes de Basurama, tienen hasta un contacto que facilita "obra para artistas" en uno de los 20 Puntos Limpios de la regi¨®n, pero en el safari de ayer estaban tan entusiasmados como los novatos.
"?La de cosas que se habr¨¢n vivido en estos coches! ?Cu¨¢ntas parejas habr¨¢n hecho el amor? ?Qu¨¦ m¨²sica escuchar¨ªan los conductores?", comentaban en Desguaces La Torre, con cientos de autom¨®viles de todas las marcas y tama?os. Contemplaban los cad¨¢veres transportados por las gr¨²as a las naves de matanza o tumbados en la llamada playa del almac¨¦n, donde mec¨¢nicos y particulares escarbaban en busca de piezas, destornillador en mano. "Esto es como el cerdo, no se tira nada", dec¨ªa Alberto, viendo una naturaleza muerta que resucita en veh¨ªculos de toda Europa.
La segunda parada fue en un complejo de recogida de papel del pol¨ªgono Cobo Calleja de Fuenlabrada. Camiones con remite de distintos municipios de la regi¨®n vomitaban su carga sin cesar en Carpa. All¨ª se recibe diariamente un mill¨®n de kilos de papel. Trabajadores espa?oles procesan material de aqu¨ª y tambi¨¦n de Francia y de Portugal, en una empresa multinacional sueca que exporta papel reciclado incluso a China. "El ciclo de la basura es as¨ª de internacional", se o¨ªa comentar en el safari, antes de zambullirse en el olor del residuo nacional.
"En Madrid producimos diariamente un kilo y medio de basura. Somos cinco millones de habitantes, as¨ª que imaginaos las toneladas: 7.500", dec¨ªa la portavoz del Centro de Tratamiento de Pinto, donde el bus de Basurama se cruzaba con autocares de escolares en viaje pedag¨®gico por el mundo del reciclaje. Si el desguace de coches era cosa de hombres, eran mujeres las que separaban los elementos del basurero. Y por la misma raz¨®n que en la nave del papel: "Son las que mejor seleccionan", esgrimen sus jefes.
Un apocal¨ªptico almac¨¦n de chatarra que est¨¢n desmantelando junto a Barajas fue el fin de trayecto del bus de la basura. "Parece Mad Max", suger¨ªa un viajero. Ten¨ªa en su memoria una imagen cinematogr¨¢fica de desechos. Canogar sonre¨ªa: ah¨ª estaba el quid de su taller.
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