Lugares de desencuentro
Achaca el autor a la divisi¨®n sindical
y las pretensiones hegem¨®nicas de ELA
el bloqueo que se produce en los principales
¨®rganos de di¨¢logo social.En los ¨²ltimos d¨ªas hemos asistido a la posible muerte anunciada de Hobetuz, la Fundaci¨®n vasca para la Formaci¨®n Continua. El ¨²ltimo acto esc¨¦nico de una incomprensible deriva que se ha convertido casi en una obra tragic¨®mica no ha sido otro que el de el abandono por parte del representante de ELA de la presidencia de la instituci¨®n, con el objetivo de eludir las responsabilidades derivadas del cargo en un escenario en el que no existe ni convocatoria ni gesti¨®n de planes de formaci¨®n por parte de Hobetuz y ante la incertidumbre sobre su futuro que la actual situaci¨®n puede generar entre los de la fundaci¨®n. Pero la crisis de Hobetuz no es ajena a la que afecta al conjunto de las instituciones sociolaborales de la comunidad aut¨®noma.
Los ¨®rganos de encuentro de los agentes sociales y econ¨®micos son consustanciales a un sistema democr¨¢tico
Las relaciones entre los sindicatos vascos pasan por el peor momento de nuestra reciente historia
Para CC OO de Euskadi los ¨®rganos de encuentro de los agentes econ¨®micos y sociales son consustanciales a un sistema democr¨¢tico, porque impulsan y refuerzan la participaci¨®n de sindicatos y empresarios en la vida econ¨®mica y social de un pa¨ªs. Por eso, la creaci¨®n, dentro de nuestro entramado institucional, de entes consultivos y de participaci¨®n como el Consejo Econ¨®mico y Social (CES), el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) y Osalan fue reconocer la importancia de la opini¨®n de la sociedad civil organizada en la vida pol¨ªtica. Adem¨¢s, la constituci¨®n del CRL, all¨¢ por el a?o 1981, no s¨®lo fue una iniciativa pionera en el conjunto del Estado, sino que fue una de las se?as de identidad de nuestro autogobierno, y m¨¢s en concreto, de su desarrollo social.
El Consejo Econ¨®mico y Social Vasco (CES), el Consejo de Relaciones laborales (CRL) y Osalan son instituciones que se crearon por ley formal, con vocaci¨®n de permanencia y tratan de materias econ¨®micas y socio-laborales. En el caso del CES, tiene como tarea b¨¢sica la funci¨®n consultiva y la realizaci¨®n de estudios de iniciativa propia sobre cuestiones econ¨®micas y sociales. El CRL, adem¨¢s de esas mismas funciones referidas a temas sociolaborales, tiene como funci¨®n principal el de ser un ¨®rgano de encuentro y di¨¢logo permanente entre las organizaciones sindicales y las confederaciones empresariales. Osalan, a su vez, es un ¨®rgano tripartito en el que tambi¨¦n participa el Gobierno vasco para el di¨¢logo social en materia de siniestralidad laboral. Todos ellos son, por tanto, instrumentos necesarios para profundizar en la democracia participativa.
Sin embargo, a nadie se le oculta que desde hace unos a?os estas instituciones est¨¢n en crisis y son pr¨¢cticamente inoperantes o, al menos, claramente ineficaces. Porque incumplen una parte importante de sus funciones y, en el caso del CRL y Osalan, tambi¨¦n el objetivo definido como primordial en las leyes que lo regulan, que no es otro que el de ser ¨®rganos de encuentro y di¨¢logo permanente. Y cuando estos ¨®rganos no funcionan tienen el riesgo de quedar deslegitimados. Pero, adem¨¢s, tiene otra consecuencia: que la participaci¨®n de los sindicatos en la vida socioecon¨®mica del pa¨ªs quedar¨¢ muy reducida y nos pondr¨¢ en una situaci¨®n de claro d¨¦ficit democr¨¢tico. La situaci¨®n de crisis de estas instituciones nos perjudica principalmente a los sindicatos y, consiguientemente, a los trabajadores y trabajadoras.
Varias son las causas que nos han llevado a esta situaci¨®n. En primer lugar, la instrumentalizaci¨®n que de las instituciones hacen algunas organizaciones, que act¨²an por intereses esp¨²reos y ajenos al inter¨¦s general o a los intereses de los trabajadores. En segundo lugar, la profunda divisi¨®n que atraviesan las relaciones entre los sindicatos, que pasan por el peor momento de nuestra reciente historia democr¨¢tica. En tercer lugar, las malas relaciones en el ¨¢mbito de la negociaci¨®n entre patronal y sindicatos, que es lo mismo que decir que las relaciones laborales est¨¢n en grave crisis. Y finalmente, por el modelo de funcionamiento de estas instituciones, que tiene un sistema de adopci¨®n de acuerdos que conceden el derecho de veto a la patronal y a ELA.
Adem¨¢s, en lo que al CRL se refiere, otra causa a?adida es el desacuerdo que se arrastra en relaci¨®n con las transferencias pendientes en determinadas materias del ¨¢mbito laboral y de la protecci¨®n social reguladas en nuestro ordenamiento jur¨ªdico. Centr¨¢ndonos en el CRL, parece evidente que, como ¨®rgano de encuentro y di¨¢logo permanente entre sindicatos y patronal con el objetivo de alcanzar acuerdos interprofesionales, ha sido un sonoro fracaso.
Ahora, tras la crisis creada por la dimisi¨®n de su presidente, est¨¢bamos ante una oportunidad ¨²nica para reflexionar a fondo sobre el futuro de la instituci¨®n, pero a ello no ayuda nada la actitud de ELA, unilateral y prepotente, de suspender su participaci¨®n en el consejo por tiempo indefinido. Es una decisi¨®n que afecta a terceros y que se pretende sostener en causas y hechos que no son imputables al CRL. S¨®lo desde esta l¨®gica puede entenderse la actitud del sindicato nacionalista de negarse a participar en reuniones entre los sindicatos y el Gobierno vasco para intentar pactar un plan estrat¨¦gico contra la siniestralidad.
Estas instituciones no pueden estar al albur y los caprichos de una organizaci¨®n como ELA, que tiene la obsesi¨®n de patrimonializar las instituciones que son de todos. Y de esto tendr¨¢n que tomar buena nota el Parlamento vasco y el lehendakari.
Eduardo Garc¨ªa Elosua es responsable de Pol¨ªtica Institucional de CC OO de Euskadi.
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