La coca¨ªna es la principal causa de ingreso en centros de desintoxicaci¨®n
La coca¨ªna ya es la primera causa de ingresos en centros de tratamiento contra la drogadicci¨®n, seg¨²n los datos que expuso ayer Domingo Comas, presidente de la Fundaci¨®n Atenea Grupo Interdisciplinar sobre Drogas (GID). De las 7.682 personas que ingresaron en una de las 119 comunidades terap¨¦uticas que exist¨ªan en Espa?a en 2005, un 38,7% consum¨ªa esta sustancia. Le siguen la hero¨ªna (un 24,9% de los ingresos), y el alcohol (el 22,5%). Estos datos se refieren a la sustancia principal de abuso, ya que en muchos casos existe un policonsumo.
El cambio de patr¨®n desde los ochenta, cuando exist¨ªan menos de 50 centros y la droga m¨¢s consumida era la hero¨ªna ha obligado a estas comunidades terap¨¦uticas a adaptarse, indic¨® Comas. Las estancias son actualmente m¨¢s cortas, porque la desintoxicaci¨®n de la coca¨ªna o del alcohol dura menos.
Ello lleva a tasas de ¨¦xito del 40% al 60%, muy superiores a las conseguidas con la hero¨ªna, y ello a pesar de que en esta sustancia exist¨ªa un tratamiento m¨¦dico -la metadona- que no ha sido descubierto todav¨ªa para la coca¨ªna. En el caso de la tercera sustancia que m¨¢s ingresos causa, el alcohol, s¨ª existen f¨¢rmacos aversivos, que hacen que quien los toma sienta repulsi¨®n cuando bebe.
De los ingresados, un 8,5% ya hab¨ªa estado en uno de estos centros antes, y un 3,4% era menor de edad, dijo Comas. Los tratados son en su mayor¨ªa hombres, porque algunos centros no admiten mujeres en sus estatutos -los menos- o porque las descartan en el proceso de admisi¨®n. S¨®lo 3 de los 119 centros son exclusivamente femeninos. Otra causa de esta diferencia est¨¢ en la dificultad de encontrar centros preparados para mujeres con sus hijos.
Los datos han sido recogidos en el libro Comunidades terap¨¦uticas en Espa?a. En ¨¦l se indica que, en contra de lo que la gente cree, en casi la mitad de los casos los centros de tratamiento no son la ¨²ltima opci¨®n. Un 45% de los afectados accede a ellos de forma directa, sin pasar por los circuitos terap¨¦uticos habituales, como la atenci¨®n ambulatoria. Algunos de los que entran directamente en estas comunidades son poblaci¨®n reclusa, enviada hasta ah¨ª por los jueces, seg¨²n pusieron de manifiesto los asistentes a la mesa redonda que sigui¨® a la presentaci¨®n del libro.
"Este hecho es el mayor problema de las comunidades terap¨¦uticas hoy d¨ªa", dijo Comas. A veces, los jueces dictaminan ingresos de hasta cinco a?os en centros que, primero, no est¨¢n pensados como lugares de retenci¨®n, y, segundo, cuentan con programas que duran seis u ocho meses, un tiempo muy inferior a la condena, lo que crea un desajuste.
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