Pol¨ªticos, futbolistas y famosos italianos est¨¢n entre las v¨ªctimas del espionaje fiscal
Los datos de Berlusconi tambi¨¦n fueron escudri?ados por funcionarios y militares
Romano Prodi y su esposa no fueron las ¨²nicas v¨ªctimas de un grupo de funcionarios sin escr¨²pulos. Los datos fiscales del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y de sus hijos Marina y Piersilvio; los del presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano; y de su antecesor, Carlo Azeglio Ciampi; los de los vicepresidentes del Gobierno, Massimo d'Alema y Francesco Rutelli, y los de futbolistas como Francesco Totti y Alessandro del Piero fueron tambi¨¦n escudri?ados con frecuencia, de forma ilegal, por funcionarios de Hacienda y militares de la Guardia de Finanzas.
El en¨¦simo esc¨¢ndalo italiano relacionado con el espionaje empuj¨® ayer a una de las v¨ªctimas, Piero Fassino, secretario general de los Dem¨®cratas de Izquierda, a exigir un relevo inmediato de los m¨¢ximos dirigentes de los servicios secretos. En realidad, las irregularidades descubiertas en la central de datos del Ministerio de Hacienda y las investigaciones sobre m¨¢s de 127 funcionarios y militares presuntamente deshonestos, por el supuesto delito de "acceso abusivo a un sistema inform¨¢tico protegido", carec¨ªan de conexi¨®n, por el momento, con los servicios secretos.
Pero las agencias de informaci¨®n estatales ya hab¨ªan sufrido un gran descr¨¦dito por asuntos anteriores (la cooperaci¨®n clandestina con la CIA en el secuestro del im¨¢n radical Abu Omar, en pleno centro de Mil¨¢n, la masiva red de espionaje desarrollada por directivos de Telecom Italia, las escuchas ilegales a periodistas), y el relevo, de todas formas, se daba por descontado.
El descubrimiento de que curiosear en las declaraciones de la renta de los pol¨ªticos era, como m¨ªnimo, un entretenimiento muy difundido entre los funcionarios de Hacienda result¨® muy oportuno para el Gobierno de Romano Prodi, que pudo esgrimir algo m¨¢s o menos parecido a una conspiraci¨®n en unos momentos en que su debilidad y los rumores sobre una hipot¨¦tica crisis gubernamental alcanzaban las portadas de los peri¨®dicos.
Paolo Cento, subsecretario de Econom¨ªa, coment¨® que en Italia se respiraba "un clima chileno, afortunadamente sin tanques", en referencia al golpe de Estado de Augusto Pinochet. Todo el centro-izquierda procur¨® hinchar el asunto, aunque sin llegar a la exageraci¨®n de Cento. El ministro del Interior, Giuliano Amato, fue de los pocos en hacer gala de estoicismo: "Todos sabemos que en Italia el sistema de protecci¨®n de datos reservados es un colador", dijo.
Mientras tanto, Silvio Berlusconi, que pod¨ªa presumir de ser el principal damnificado porque no s¨®lo hab¨ªan sido objeto de indiscreciones sus cuentas, sino tambi¨¦n las de sus dos hijos mayores, segu¨ªa ri¨¦ndose. "Todo esto es una trola, un montaje para distraer la atenci¨®n del p¨²blico", manifest¨®. Su ex ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, bajo cuyo mandato se realizaron las incursiones inform¨¢ticas, insisti¨® en que no exist¨ªa ninguna trama pol¨ªtica tras el caso: "Basta con que un funcionario tenga 10 minutos libres ante el ordenador para que empiece a fisgonear en los archivos de personajes famosos", dijo. El hecho de que entre las v¨ªctimas hubiera futbolistas como Totti y Del Piero y bailarinas de televisi¨®n como Giorgia Palmas reforzaba la tesis del simple fisgoneo.
Pero Prodi ha sufrido algo m¨¢s que la curiosidad de unos funcionarios desocupados. Sus operaciones patrimoniales, entre ellas una donaci¨®n a sus hijos que le permiti¨® ahorrarse impuestos, salieron a la luz en plena campa?a electoral y fueron profusamente utilizadas por los medios afines a la derecha. No hab¨ªa nada ilegal, pero la filtraci¨®n de datos personales parec¨ªa demostrar que al menos alguno entre los funcionarios y guardias investigadores hab¨ªa utilizado con fines pol¨ªticos los datos de Hacienda.
"Limpieza profunda"
El presidente de la C¨¢mara de Diputados, Fausto Bertinotti, exigi¨®, como Piero Fassino, "una limpieza profunda" en los servicios de espionaje. El asunto de Hacienda podr¨ªa quedar en nada, pero otros esc¨¢ndalos anteriores s¨ª estaban claramente relacionados con el poderoso Servicio de Inteligencia Militar (Sismi): el jefe operativo fue uno de los encausados por el sistema de espionaje masivo, con miles de v¨ªctimas, de Telecom Italia. Sigue sin saberse qui¨¦n lo cre¨® y dirigi¨®. Tambi¨¦n en una sede del Sismi aparecieron recientemente carpetas de 2001, a?o de la llegada de Berlusconi al poder, con una lista de "enemigos", varios de ellos dirigentes del centro-izquierda.
El director del Sismi, Nicol¨® Pollari, deber¨ªa haber sido ya destituido, ante los acontecimientos. Parad¨®jicamente, Romano Prodi ha renovado la cobertura del secreto de Estado sobre las posibles conexiones clandestinas de Pollari con los secuestros ejecutados en Europa por agentes de la CIA en los ¨²ltimos a?os.
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