Testamento intelectual de 'mister Lisboa'

EL PASADO D?A 7, MIGUEL SEBASTI?N codirig¨ªa en Barcelona un seminario de economistas latinoamericanos, previo a la cumbre que los mandatarios de la regi¨®n celebrar¨¢n en Montevideo. Apenas unas jornadas despu¨¦s, el d¨ªa del Pilar -ahora lo hemos sabido-, ZP hablaba con ¨¦l de la alcald¨ªa de Madrid. Y poco m¨¢s adelante, el 18, se reun¨ªa con un grupo de periodistas para explicarles la actualizaci¨®n del Programa Nacional de Reformas de Espa?a, aprobado por el Consejo de Ministros e inmerso en la Estrategia de Lisboa, de la UE.

No corresponde aqu¨ª valorar la presencia de Sebasti¨¢n al frente de la lista de los socialistas madrile?os a las elecciones municipales. S¨®lo constatar¨¦ tres circunstancias: primera, es uno de los escasos economistas notables que han dado el salto a la pol¨ªtica pura; segunda, la anomal¨ªa del proceso de selecci¨®n, en el que para nada han participado los militantes del lugar, lo que es un curioso contraejemplo de democracia participativa. Y tercera, una creencia: quien piense que Sebasti¨¢n se va a dar por derrotado, ante la dificultad de la misi¨®n encomendada, se equivoca de cabo a rabo.

La renta 'per c¨¢pita' espa?ola est¨¢ en el 98,8% de los niveles medios de bienestar de la UE, y la tasa de empleo ha alcanzado el 99,3% de la media comunitaria. La productividad sigue siendo el mayor lastre econ¨®mico

La principal inc¨®gnita es qui¨¦n sustituir¨¢ a Sebasti¨¢n en La Moncloa, en sus distintos trabajos: qui¨¦n elaborar¨¢ los papeles econ¨®micos que ha de leer el presidente; qui¨¦n susurrar¨¢ en los o¨ªdos de ZP las tendencias que luego ¨¦ste esparce ante sus interlocutores, o qui¨¦n recibir¨¢ a los empresarios que entienden que hay que acudir al poder para contarle sus pr¨®ximas operaciones corporativas, o insinuar a esos empresarios cu¨¢les de las mismas ser¨ªan bien o mal vistas (en relaci¨®n a esto ¨²ltimo, en el debate presupuestario con Solbes, el l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, denomin¨® a Sebasti¨¢n, sin mencionar su nombre, como "Rasput¨ªn").

Y m¨¢s significativo: qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo coordinador para la elaboraci¨®n del Programa Nacional de Reformas (mister Lisboa), para lo que fue nombrado Sebasti¨¢n en la primavera de 2005, cuando el Consejo de Europa acord¨® dar un nuevo impulso a la Agenda de Lisboa del a?o 2000 (conseguir que Europa fuese la zona m¨¢s competitiva del planeta para el a?o 2010). Precisamente, la ¨²ltima comparecencia de Sebasti¨¢n ante la prensa, antes de ser elegido candidato municipal, fue para dar cuenta de la marcha de ese programa en el ¨²ltimo a?o. Esa actualizaci¨®n del PNR deviene en algo as¨ª como el testamento intelectual que el economista en cuesti¨®n deja en La Moncloa.

Los dos objetivos prioritarios de pol¨ªtica econ¨®mica enunciados en el PNR son los de alcanzar en 2010 la plena convergencia de Espa?a en renta per c¨¢pita con la UE, y lograr en ese mismo a?o una tasa de empleo del 66%, tres puntos por encima de la media europea. El balance presentado por Sebasti¨¢n incide en el hecho de que en 2005 se aceler¨® el crecimiento de nuestra econom¨ªa, el empleo y la velocidad de convergencia con Europa. Se creci¨® al 3,5% (m¨¢s del doble de la media eruropea); se gener¨® empleo a raz¨®n de 900.000 puestos de trabajo netos anuales; la renta per c¨¢pita sigui¨® avanzando hasta el 98,8% de los niveles medios de bienestar comunitarios, y la tasa de empleo de 15 a 64 a?os super¨® el 63%. Este elevado dinamismo de la econom¨ªa espa?ola ha tenido continuidad en 2006: la tasa de empleo ha alcanzado el 64,7% en el segundo trimestre de este a?o, y el crecimiento se sit¨²a en el 3,7%, dos d¨¦cimas m¨¢s que en el a?o precedente (el secretario de Estado de Econom¨ªa, David Vegara, ha insinuado que puede estar m¨¢s pr¨®ximo al 4%). El determinante b¨¢sico del avance en renta per c¨¢pita fue la tasa de empleo, que ha alcanzado el 99,3% de la media comunitaria.

El mayor lastre de la econom¨ªa espa?ola sigue siendo el mismo que encontraron los socialistas en 2004: la productividad del trabajo, que ha drenado un punto porcentual a la convergencia econ¨®mica. Por ¨²ltimo, el factor demogr¨¢fico apenas contribuy¨® a la convergencia econ¨®mica, pese a la entrada de inmigrantes en el grupo de poblaci¨®n en edad de trabajar.