Vivir y convivir
El pasado d¨ªa 24 de octubre coincidieron en EL PA?S dos art¨ªculos, que b¨¢sicamente conven¨ªan en criticar el programa electoral de CiU en inmigraci¨®n, firmados por Joan Subirats y Josep Ramoneda respectivamente, mucho m¨¢s consistente el primero que el segundo, que se limita a desgranar los cl¨¢sicos t¨®picos de la izquierda bienpensante. Como sea que en el de Subirats se nos alude personalmente, adem¨¢s de que plantea distintos e interesantes interrogantes, parece conveniente que hagamos un repaso al conjunto de pol¨ªticas p¨²blicas que propone CiU en esta candente cuesti¨®n.
En primer lugar, hay que se?alar que el programa de CiU incorpora un conjunto de propuestas distintas a la que ha merecido, l¨®gicamente, la atenci¨®n prioritaria de los medios de comunicaci¨®n, y que la suma de todas ellas da coherencia e identidad al proyecto que sometemos a la consideraci¨®n de la ciudadan¨ªa.
En materia de inmigraci¨®n hay que ahondar en las propuestas, entrar a fondo en el debate y no simplificar de forma maniquea
Entre las que tienen como objetivo dificultar la inmigraci¨®n irregular y abrir puertas que faciliten la legal, significamos la necesidad de orientarnos, progresivamente pero de forma decidida, hacia la contrataci¨®n en origen, para lo que la Generalitat debe disponer de una red de oficinas de selecci¨®n, contrataci¨®n y formaci¨®n en los pa¨ªses de los que proceden los principales flujos inmigratorios. Mientras las personas que desean o necesitan emigrar esperan su oferta de trabajo, puede procederse a realizar un breve periodo de formaci¨®n laboral, social y cultural, tambi¨¦n en origen, que facilite el primer acceso.
Asimismo, hay que adecuar las demandas reales del mercado de trabajo a las previsiones que el Gobierno hace de las necesidades de mano de obra extranjera. La disparidad actual no hace m¨¢s que favorecer la inmigraci¨®n irregular al cerrar las puertas a la contrataci¨®n regular.
Es indispensable, igualmente, un mayor control de las fronteras y que la Uni¨®n Europea se implique plenamente en esta vigilancia. Nuestra propuesta incorpora la colaboraci¨®n de los Mossos d'Esquadra en la vigilancia de los puestos fronterizos que hay en Catalu?a y, por supuesto, la lucha contra las organizaciones mafiosas que trafican con seres humanos, como prioridad absoluta en la ¨®rbita policial. El incremento de los inspectores de trabajo y la sanci¨®n a los empresarios que vulneren las normas sobre contrataci¨®n de extranjeros cierran este primer eje, basado en que una buena parte de la inmigraci¨®n irregular no existir¨ªa si no hubiese en paralelo un mercado de trabajo irregular.
En cuanto a los procesos de integraci¨®n, deben ser m¨²ltiples y diversos, incrementando la inversi¨®n social para evitar el efecto exclusi¨®n de los aut¨®ctonos y, en cualquier caso, por la convicci¨®n de la necesidad de fortalecer el Estado de bienestar. La formaci¨®n se configura como otro de los pilares b¨¢sicos de este proceso: profesional, cultural, escolar, ling¨¹¨ªstica, etc¨¦tera, que facilite lo que se denomina el "ascensor social", que puede ayudar a evitar que se consolide un modelo de exclusi¨®n social como el franc¨¦s.
Informaci¨®n, di¨¢logo y conocimiento mutuo son indispensables aunque, como sucede con la cooperaci¨®n para el desarrollo, sus efectos son perceptibles sobre todo a medio y largo plazo.
En cuanto al debatido contrato de derechos y deberes, parte en todo caso del principio de voluntariedad. Catalu?a es una naci¨®n sin Estado que no dispone, por tanto, de los mecanismos cohesionadores propios de esta instituci¨®n jur¨ªdica. Nuestra propuesta, que encaja plenamente con el entramado jur¨ªdico actual, propone que los conceptos de enraizamiento que recogen la Ley de Extranjer¨ªa y el propio C¨®digo Civil, y que determinan la agrupaci¨®n familiar, la obtenci¨®n de la nacionalidad espa?ola y, posiblemente, la obtenci¨®n de la residencia permanente, se objetiven a partir de la acreditaci¨®n de determinados indicadores: contrataci¨®n en origen, participaci¨®n social, conocimiento de las lenguas y la cultura, etc¨¦tera. Que adem¨¢s ¨¦sta integraci¨®n pueda significar el poderse acoger a determinados beneficios adicionales no hace sino operar sobre un objetivo final deseable.
Hablamos de una propuesta que responde a la misma preocupaci¨®n expresada en las ¨²ltimas semanas por los laboristas brit¨¢nicos de Blair: reforzar el sentimiento de identidad compartida para hacer frente a las desigualdades sociales, encontrar el equilibrio entre la diversidad cultural y la integraci¨®n social de las comunidades musulmanas, defender los valores comunes de la sociedad brit¨¢nica. Planteamientos que se extienden por otros Estados miembros de la Uni¨®n Europea y que incorporan la preocupaci¨®n por el conocimiento del alem¨¢n, el holand¨¦s, el dan¨¦s o el sueco, convencidos de que el fracaso escolar, las mayores tasas de paro y la exclusi¨®n social de las personas inmigradas, o de sus hijos y nietos, tienen que ver tambi¨¦n con el poco conocimiento del idioma de sus sociedades de acogida.
Se trata de decidir c¨®mo queremos vivir juntas personas con or¨ªgenes distintos y no fomentar la separaci¨®n entre comunidades obligando a las personas inmigradas y sus familias a vivir exclusiva y permanentemente en sus identidades originarias.
No simplifiquemos de manera maniquea las propuestas de los partidos en materia de inmigraci¨®n. Nuestra sociedad no lo merece. Ahondemos en las propuestas y entremos a fondo en el debate que la sociedad catalana esta reclamando en materia migratoria desde hace tiempo. El discurso autocomplaciente ya no sirve.
Estamos convencidos de que Josep Ramoneda y Joan Subirats desean con nosotros no convertir Catalu?a en una confederaci¨®n de etnias y religiones.
Carles Campuzano es diputado en el Congreso por CiU y ?ngel Miret es secretario de Inmigraci¨®n y Cooperaci¨®n de CDC.
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