Los desaf¨ªos del presidente
Lula afrontar¨¢ en el segundo mandato los mismos problemas del primero: econom¨ªa, educaci¨®n, corrupci¨®n y reforma agraria
El izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva dispondr¨¢ de otros cuatro a?os para enfrentarse a varios desaf¨ªos, algunos de los cuales ya formaban parte de las promesas electorales efectuadas antes de llegar a la presidencia de Brasil en 2003 y otros derivados de situaciones producidas durante su mandato.
- Educaci¨®n. A pesar de lo prometido, Lula no ha conseguido modificar un sistema educativo profundamente desigual, que condena a las clases m¨¢s pobres al fracaso escolar y beneficia a los ciudadanos m¨¢s acomodados a la hora de acceder a la Universidad. El problema estriba en la baj¨ªsima calidad de la ense?anza primaria y secundaria p¨²blica, la que frecuentan los alumnos con menos recursos. ?stos ven muy complicado su acceso a la ense?anza universitaria, precisamente por la escasez de conocimientos.
En paralelo, la ense?anza universitaria p¨²blica es de gran calidad, pero a ella acceden mayoritariamente los alumnos que vienen de la ense?anza privada, a los que, adem¨¢s, la universidad les sale mucho m¨¢s barata que el periodo escolar en centros privados.
- Sanidad. Al igual que en la ense?anza, la diferencia entre la sanidad p¨²blica y la privada es abismal. Lula ha prometido m¨¢s recursos para la segunda, tanto en medios, como en personal y en remuneraci¨®n a los m¨¦dicos. Un ejemplo puesto por el mismo presidente durante la campa?a: un pediatra de la sanidad p¨²blica apenas recibe del Estado unos 40 c¨¦ntimos de euro por cada ni?o que atiende en su consulta.
- Corrupci¨®n. La larga campa?a electoral para la presidencia, con sus dos votaciones, ha puesto de lado la urgente reforma que Lula tiene que realizar en su propia formaci¨®n, el Partido de los Trabajadores (PT), un partido que ha tenido cuatro presidentes, desde que el ex sindicalista ocupa el Palacio de Planalto, salpicados todos ellos por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y financiaci¨®n que afectan al partido. Lula debe adem¨¢s, tal y como piden algunos pesos pesados del PT como Tarso Genro, acabar con la confusi¨®n creada en los ¨²ltimos a?os entre Estado y PT.
El mandatario brasile?o debe renovar una estructura de partido focalizada en el Estado de S?o Paulo y darle un car¨¢cter m¨¢s nacional. La reforma es urgente, puesto que Lula ya no puede presentarse a otro mandato y el PT tiene apenas cuatro a?os para limpiar su imagen y consolidar a otro candidato presidencial.
- Reforma pol¨ªtica. El actual sistema electoral genera un Congreso muy fragmentado, donde la fuerza mayoritaria se suele ver obligada a negociar con multitud de partidos la aprobaci¨®n de las leyes. O anima a utilizar el atajo de los sobornos, tal y como hizo el PT. Lula quiere reformar la elecci¨®n de manera que no haya una atomizaci¨®n del Congreso que entorpezca la labor del Ejecutiva. Por ejemplo, en el Senado elegido en estas elecciones, el PT y sus aliados ni siquiera llegar¨¢n a tener la mitad de los esca?os. En total tendr¨¢n 39 de 81 senadores. Otro dato significativo: el partido con mayor¨ªa en el Congreso, el derechista Partido Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), no ha presentado candidato a la presidencia. El problema es que para convertir en una realidad la reforma, Lula necesita el apoyo de la oposici¨®n, algo que se presenta complicado porque el Congreso es la caja de resonancia de los esc¨¢ndalos del PT y uno de los focos de peligro para la popularidad del presidente.
- Reforma agraria. Es una de las principales promesas con las que Lula accedi¨® a la presidencia de Brasil y una las primeras causas que fueron motivo de deserci¨®n de algunos colaboradores. Lula prometi¨® repartir tierras a unas 400.000 familias durante su primer Gobierno, pero diversos sectores, entre ellos el Movimiento de los Sin Tierra (MST), le acusan de haber sido muy lento en este reparto y le han dado la espalda en estas elecciones.
- Reactivaci¨®n econ¨®mica. Con un crecimiento econ¨®mico de 2,5% -el menor del continente a excepci¨®n de Hait¨ª- y una inflaci¨®n en torno al 4%, el presidente deber¨¢ tratar de incrementar el crecimiento en un momento de coyuntura internacional que, seg¨²n los expertos, para Brasil es el mejor en los ¨²ltimos 70 a?os. La reactivaci¨®n econ¨®mica no s¨®lo servir¨¢ para disminuir la cifra de 30 millones de pobres, sino para dar un respiro a una clase media muy castigada y que en esta segunda vuelta ha sido cortejada por los dos candidatos.
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