La toma de Oaxaca por la polic¨ªa acaba con un muerto y 50 detenidos
Las fuerzas federales llegaron hasta el centro de la ciudad sin encontrar apenas resistencia
Poco despu¨¦s de la una de la tarde (nueve de la noche, hora peninsular espa?ola), efectivos de la Polic¨ªa Federal mexicana entraron en la ciudad de Oaxaca. Al principio de su avance apenas encontraron resistencia de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que llam¨® a la poblaci¨®n a no enfrentarse a las tropas y a concentrarse en la plaza del Z¨®calo, en el coraz¨®n de la ciudad. Camiones y tanquetas avanzaron lentamente removiendo las numerosas barricadas instaladas. Los peores enfrentamientos se produjeron en el centro hist¨®rico y acabaron con al menos un muerto y 50 detenidos.
A un lado, efectivos de la Polic¨ªa Federal pertrechados de cascos, escudos, porras y armas largas, y resguardados por tanquetas antidisturbios. Enfrente, vecinos de los distintos barrios, j¨®venes y adultos, que encaraban a los uniformados con banderas y globos blancos, ense?as mexicanas y consignas contra la intervenci¨®n policial. Esa era la escena ayer en los principales puntos de acceso a la capital de Oaxaca, que amaneci¨® rodeada por un numeroso contingente policial enviado por el Gobierno de Vicente Fox para restablecer el orden despu¨¦s de cinco meses de conflicto. Los l¨ªderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), organizaci¨®n que encabeza la revuelta, hicieron llamamientos a no enfrentar a la polic¨ªa y convocaron a la resistencia pac¨ªfica "sin caer en provocaciones".
Por la ma?ana, uno de los veh¨ªculos que transportaba a los polic¨ªas federales hacia Oaxaca sufri¨® un accidente, causando la muerte de uno de los agentes.
Desde primera hora, los seguidores de la APPO salieron a la calle para ponerle las cosas dif¨ªciles a la fuerza de intervenci¨®n federal, y sembraron la ciudad de barricadas. En su avance hacia el centro de la ciudad, las fuerzas federales encontraron poca resistencia, aunque se produjeron incidentes aislados, con la quema de algunos veh¨ªculos.
Sin embargo, las cosas comenzaron a poner feas y la tensi¨®n aument¨® cuando la polic¨ªa lleg¨® hasta la plaza del Z¨®calo, el coraz¨®n del casco hist¨®rico, donde se hab¨ªa concentrado el n¨²cleo duro de la APPO. Fue en esa zona donde, seg¨²n uno de sus dirigentes, se produjeron los enfrentamientos que acabaron al menos con un muerto entre los rebeldes y 50 detenidos. Pero, poco a poco, las fuerzas policiales lograron hacerse con el control de la mayor parte de la ciudad.
A la medianoche del domingo hab¨ªa expirado el ultim¨¢tum dado por el Gobierno Federal para que la APPO despejara plazas, calles y edificios p¨²blicos, que fue rechazado. Pasaban las horas y la situaci¨®n permanec¨ªa estancada. Los helic¨®pteros sobrevolaban la ciudad y los efectivos de la Polic¨ªa Federal y del Ej¨¦rcito no avanzaban. Salvo contadas excepciones, los seguidores de la APPO concentrados en las barricadas no exhib¨ªan una actitud agresiva a pesar de la extrema tensi¨®n que se vivi¨® en la ciudad el viernes, con cuatro muertos y numerosos heridos.
"Si avanzan los vamos a dejar pasar. No tenemos armas", dec¨ªa Mariana Leyva, vecina de Santiago Etla, a 20 kil¨®metros del centro de la capital, donde el primer cord¨®n humano cerraba el paso a una numerosa columna de los federales. Su compa?era, Soledad, enfermera, sosten¨ªa un cartel contra Ulises Ruiz, el denostado gobernador. "Si no nos hubiera atacado el 14 de junio, aqu¨ª no habr¨ªa pasado nada", dec¨ªa la mujer, al recordar el fracasado operativo policial de hace cuatro meses y medio para desalojar a los maestros en huelga.
"Ulises tiene que irse", gritaban los integrantes de la valla humana que cerraba el paso a la Polic¨ªa Federal. "Les dejaremos entrar, porque no podemos enfrentar un dispositivo tan grande", dec¨ªa otro vecino, "pero el movimiento de resistencia no se va a acabar". Ser¨¢ un repliegue t¨¢ctico para evitar un ba?o de sangre, aseguraban los dirigentes de la APPO. La cordura que predominaba ayer entre los insurrectos oaxaque?os estaba amenazada por el temor a la presencia de provocadores, como los que actuaron el viernes por la tarde. Un ataque armado en cualquier punto de la ciudad podr¨ªa forzar una respuesta violenta de la Polic¨ªa Federal.
En una de las avenidas de la capital oaxaque?a, miembros de la APPO retuvieron en una barricada a 12 soldados del Ej¨¦rcito Mexicano que viajaban de paso rumbo a la base militar de Miahuatl¨¢n donde, seg¨²n explicaron que deb¨ªan presentarse para someterse, hoy lunes, a un examen de entrenamiento. Algunos de los presentes los acusaron de espionaje y propusieron lincharlos. Minutos despu¨¦s, dirigentes de la APPO se presentaron para interrogar a los militares y decidir "qu¨¦ hacer con ellos".
La retirada de la APPO fue un hecho la noche del s¨¢bado a domingo. Las barricadas quedaron en manos de reducidos grupos de adultos, viejitos y ni?os indefensos, que ante la presencia de periodistas se deshac¨ªan en explicaciones sobre las calamidades del pueblo oaxaque?o. En barriadas como la colonia Morelos, grupos de vecinos dec¨ªan que pasar¨ªan la noche en blanco para defender, simb¨®licamente, su barricada.
Una amalgama de grupos
La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) sali¨® a la luz p¨²blica despu¨¦s del desafortunado operativo policial del 14 de junio para desalojar a los maestros huelguistas concentrados en el Z¨®calo de la capital del Estado. Una amalgama de organizaciones y grup¨²sculos de distinto origen y tendencia se cobijan ante el frente opositor oaxaque?o, que ha hecho de la salida del gobernador Ulises Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), su bandera.
El Frente Popular Revolucionario, el Consejo Ind¨ªgena Oaxaque?o, el Frente Amplio de Lucha Popular y la Organizaci¨®n Ind¨ªgena de Derechos Humanos de Oaxaca son algunos de los grupos que integran la APPO. Seg¨²n un documento del Gobierno federal y diversas fuentes consultadas, los l¨ªderes de algunas de las organizaciones que act¨²an hoy bajo el paraguas de la APPO administraban buena parte de los fondos que destinaba anualmente el Gobierno estatal para proyectos de desarrollo, que en m¨¢s de un caso no llegaban a su destino.
Junto a dirigentes de dudosa credibilidad, la APPO representa tambi¨¦n a sectores populares de Oaxaca que s¨®lo reclaman un Gobierno decente. Se trata de ciudadanos an¨®nimos para quienes la organizaci¨®n se presenta como una v¨ªa para encauzar sus reivindicaciones.
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