"Andersen odiaba a los ni?os"
Robert Lepage ha sido el primero que de manera abierta y rotunda ha incorporado las m¨¢s modernas y avanzadas tecnolog¨ªas al teatro. Este director de teatro, ¨®pera, cine y circo, actor, escen¨®grafo, dise?ador y dramaturgo, nacido en Quebec en 1957, se ha convertido en el gran innovador de la escena con sus impactantes montajes. El ¨²ltimo de ellos, The Andersen project, lo estrenar¨¢ en Espa?a, dentro del Festival de Oto?o, en el Teatro de Madrid del 4 al 6 de noviembre.
Fue un encargo para el segundo centenario del nacimiento del cuentista dan¨¦s. A otros creadores se les pidi¨® que revisitaran un cuento del escritor, pero a Lepage se le indic¨® que hablara de Andersen. Una experiencia que a Lepage le ha conmovido hasta el punto de interpretar ¨¦l solo el espect¨¢culo, con el apoyo de Ex Machina, su compa?¨ªa multidisciplinar, que fund¨® en 1994. El viaje en solitario ya lo hab¨ªa hecho en otras ocasiones. Las dos ¨²ltimas, La cara oculta de la luna (2000) y su versi¨®n de Hamlet, a la que llam¨® Elsinor (1995), surgieron a ra¨ªz de las muertes de su madre y de su padre, respectivamente.
"La radio despierta im¨¢genes, no las muestra, y deja espacio abierto para la imaginaci¨®n"
En esta ocasi¨®n, el impacto le llega desde dentro. "Lo que subyace es la ni?ez, tema en Andersen muy importante, al margen de que tambi¨¦n descubr¨ª en ¨¦l, a trav¨¦s de sus diarios personales, algo ambiguo, oscuro y curiosas obsesiones sexuales".
Una vez m¨¢s, Lepage encuentra la cara oculta de algo, de alguien. "Me atrajo no porque quisiera hacer algo escandaloso, sino porque me interesaba la paradoja, y descubr¨ª que Andersen odiaba a los ni?os, que hab¨ªa sido v¨ªctima de la crueldad de ellos y sent¨ª una conexi¨®n profunda con ¨¦l en ese aspecto".
Una vez aclarado ese extremo, era obvio preguntarle si se ha visto como un patito feo convertido en cisne. R¨ªe a carcajadas, y dice: "Feo no, pero de peque?o me sent¨ªa diferente, distinto, no ten¨ªa vello en el cuerpo y los ni?os eran muy crueles conmigo; y no es la ¨²nica cosa que creo compartir con Andersen, tambi¨¦n hay en com¨²n alguna que otra obsesi¨®n y me fascina haber encontrado la explicaci¨®n de por qu¨¦ sus cuentos, aunque po¨¦ticos y llenos de fantas¨ªa, son tan crueles y el destino de sus personajes est¨¢ tan cargado de crueldad".
En La sombra, un cuento corto de Andersen y de los m¨¢s bellos que escribi¨®, el autor hace una despiadada cr¨ªtica a sus mentores y con ello a esos mecenas que viven "a la sombra" de los verdaderos creadores en una sociedad que en ocasiones da la espalda a los aut¨¦nticos artistas. Lepage se ha confesado a veces un poco harto de la cultura oficialista: "S¨ª que hay una identificaci¨®n con Andersen ah¨ª, y con sus viajes, una gran fuente de inspiraci¨®n para su trabajo, lo que conecta con mi experiencia personal; ¨¦l sufr¨ªa porque en su pa¨ªs no se le reconociera como merec¨ªa; de ah¨ª que viajara a grandes centros europeos para contar con aprobaci¨®n y apoyo, porque en su casa nunca le tomaron muy en serio", dice al tiempo que apunta otro paralelismo: "En Quebec, en Norteam¨¦rica en general, los artistas tenemos que viajar a Europa para contar con la bendici¨®n de cr¨ªticos y artistas europeos, de otra forma no te reconocen en casa; puede parecer un problema superficial o banal, pero es importante y lo fue m¨¢s a¨²n para Andersen, ya que en ¨¦l fue un conflicto crucial y sirve para comprender el sufrimiento y la frustraci¨®n que padeci¨®".
La dr¨ªade ( hada de los ¨¢rboles) es uno de sus cuentos largos inspirado en los viajes de Andersen a Par¨ªs, y especialmente el de 1867, cuando asisti¨® a la Exposici¨®n Universal de aquel a?o. El dan¨¦s vino a decir que las nuevas tecnolog¨ªas, que descubre en esa exposici¨®n, se utilizar¨¢n para expresar cosas m¨¢gicas. Pero Lepage recuerda que Andersen se da cuenta r¨¢pidamente de que "se trataba de una ¨¦poca que no le quer¨ªa a ¨¦l".
A quien s¨ª quiere este tiempo es a Lepage. Utiliza las modernas tecnolog¨ªas para hablar de cosas m¨¢gicas, para explorar dentro de s¨ª mismo y para investigar en el esp¨ªritu humano. Como en todos sus espect¨¢culos, en The Andersen project, donde utiliza m¨²sicas de Donizetti, Grieg, Sarah McLachlan y Offenbach, enfrenta romanticismo con modernidad, pasado con presente, arte reconocido y arte underground. Se trata de un aut¨¦ntico Lepage al que ha llegado, como siempre, perdi¨¦ndose previamente: "El caos es importante si se quiere crear algo nuevo", dice este creador que piensa que la radio es el medio m¨¢s visual: "Despierta im¨¢genes, no las muestra, las desencadena en la cabeza y deja espacio abierto para la imaginaci¨®n".
En su futuro inmediato est¨¢ Lipsynch -un proyecto que llegar¨¢ a durar nueve horas y estrenar¨¢ en febrero-; Rake's Progress, de Stravinski, para la ?pera de Bruselas, y una nueva pel¨ªcula.
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