Permiso de paternidad intransferible
El Parlamento est¨¢ debatiendo la primera Ley de Igualdad entre hombres y mujeres. Esta ley se propone establecer las metas de igualdad y dar pasos importantes en su consecuci¨®n. En el centro de estas dos tareas nos encontramos con el Permiso de Paternidad Intransferible.
La actual desigualdad entre los permisos de maternidad y paternidad es una de las discriminaciones expl¨ªcitas que a¨²n persisten en nuestro ordenamiento jur¨ªdico. Esta desigualdad procede de una ¨¦poca hist¨®rica anterior,en la que la sociedad consideraba que a las mujeres les correspond¨ªa el trabajo dom¨¦stico y de cuidados, mientras que los hombres deb¨ªan ser los sustentadores de la familia.
La situaci¨®n ha cambiado: la sociedad de hoy, donde las mujeres han alcanzado ya la igualdad en formaci¨®n y derechos civiles, sabe que ellas son tan sobradamente aptas para todo tipo de trabajo asalariado como los hombres son aptos para el trabajo dom¨¦stico. Uno de los muchos indicadores de este cambio de mentalidad es que un 83,3% de la ciudadan¨ªa se define ya por el permiso de paternidad (bar¨®metro del CIS de marzo de 2006).
La legislaci¨®n de Seguridad Social espa?ola, sin embargo, a¨²n no considera que los hombres tengan las mismas obligaciones respecto al cuidado puesto que no les contempla, en principio, como sujetos de derecho a prestaciones para ello. El padre, eso s¨ª, tendr¨¢ derecho a la prestaci¨®n de maternidad si la madre muere. ?Significa esto que mientras la madre viva el padre no tiene semejante responsabilidad? Y la madre empleada puede cederle al padre (empleado y con las cotizaciones necesarias) hasta 10 de las 16 semanas de su permiso. Pero ?por qu¨¦ el padre no tiene derecho a sus 10 semanas propias? ?Por qu¨¦ no tiene derecho a sus 16 semanas, ya que se le conceden a la madre, aunque una parte de ellas tenga que emplearlas en su recuperaci¨®n f¨ªsica?
La total igualdad entre los permisos de maternidad y paternidad es necesaria para combatir la discriminaci¨®n que actualmente sufren las mujeres en el mercado de trabajo. Mientras las mujeres se ausenten m¨¢s y tengan m¨¢s responsabilidades en el cuidado de menores y dependientes, los empresarios seguir¨¢n dise?ando sus plantillas en masculino y colocando a las mujeres en los trabajos menos cualificados.
El permiso de paternidad les exigir¨ªa organizarse para prescindir temporalmente de sus gestores y directivos varones, y ¨¦sa es precisamente la primera condici¨®n para que las mujeres puedan acceder a esos puestos.
En otro momento hist¨®rico fue posible establecer pol¨ªticas diferenciales para que las mujeres cuidaran de los hijos por un tiempo sin perder totalmente su inserci¨®n laboral. Pero en el mundo actual de los mercados de trabajo desregularizados esta v¨ªa es altamente costosa e ineficaz. En Espa?a, con las tasas de temporalidad y precariedad que padecen las mujeres, la situaci¨®n es especialmente grave. ?Qu¨¦ empresario va a querer hacer contratos indefinidos a las mujeres si cada vez tienen m¨¢s obligaciones con ellas y menos obligaciones con los hombres? Los planes de igualdad no conseguir¨¢n contrarrestar las desigualdades introducidas por las supuestas ventajas ofrecidas a las mujeres. La ¨²nica soluci¨®n es, pues, que los hombres se impliquen en la misma medida. Para ello, la ley debe conceder a cada persona los mismos derechos individuales e intransferibles, pues la experiencia demuestra que ¨¦sta es la forma de que los hombres puedan disfrutarlos.
En la implantaci¨®n progresiva de un permiso de paternidad intransferible, igual en duraci¨®n y forma al de maternidad, hoy es posible empezar por establecer un tal permiso de cuatro semanas. Este permiso deber¨ªa ser obligatorio para que los trabajadores se lo pudieran tomar sin coacciones, igual que lo son las primeras seis semanas del de maternidad por la misma raz¨®n. Los ocho d¨ªas que figuran en el Proyecto de Ley de Igualdad podr¨¢n contribuir a un entorno m¨¢s amable con la madre y a un mayor disfrute del evento, pero no contribuir¨¢n a resolver el problema del cuidado en una familia donde la mujer tenga que incorporarse a su puesto de trabajo.
El permiso de cuatro semanas es posible presupuestariamente, ya que su coste no llegar¨¢ a los 500 millones de euros anuales que, en una primera estimaci¨®n posteriormente revisada, preve¨ªa el Ministerio de Trabajo por una semana. Adem¨¢s, Espa?a gasta en licencias parentales, seg¨²n datos de Eurostat, solamente un 0,7% del PIB, muy por debajo del 1,5% de la media de la Uni¨®n Europea de los Quince. Y lo m¨¢s importante es el an¨¢lisis coste-beneficio de la medida pues, como repiten las autoridades nacionales e internacionales, la igualdad no solamente es una necesidad de equidad sino de eficiencia econ¨®mica. As¨ª que no hay en 2007 argumentos presupuestarios ni econ¨®micos en contra del permiso de paternidad intransferible de cuatro semanas. Aunque los hubiera, seguir¨ªa siendo necesario para combatir esta desigualdad ante la ley, pero afortunadamente no los hay.
El permiso de paternidad intransferible de cuatro semanas es posible pol¨ªticamente, ya que goza de un abrumador consenso social. No solamente lo reclaman los sindicatos, las organizaciones feministas, juveniles, de padres y madres de alumnos, de hombres por la igualdad, etc¨¦tera, sino que casi todos los partidos con representaci¨®n parlamentaria, incluyendo al PSOE y al PP, han votado ya a favor de ¨¦l en alg¨²n momento, aunque a¨²n nunca simult¨¢neamente. Las dos ¨²ltimas veces, en esta legislatura, el rechazo se argument¨® con que la medida ir¨ªa posteriormente incluida en la Ley de Igualdad.
Aqu¨ª est¨¢ la Ley de Igualdad y esta es la oportunidad para que sus se?or¨ªas sean art¨ªfices de una reforma que la sociedad espa?ola est¨¢ esperando y que se?alar¨¢, por primera vez en la pr¨¢ctica, la v¨ªa de la igualdad en la conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar.
Mar¨ªa Pazos Mor¨¢n es portavoz de la Plataforma C¨ªvica por el Permiso de Paternidad Intransferible.
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