La tercera reforma

El Congreso aprob¨® ayer la "minirreforma" fiscal propuesta por el Gobierno con el apoyo expl¨ªcito de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Qued¨® atr¨¢s la pol¨¦mica sobre la oportunidad del cambio tributario en el Impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF) y en el Impuesto sobre sociedades, puesto que las rebajas propuestas de tributaci¨®n no son una exigencia social; tambi¨¦n la controversia sobre la falta de profundidad de la reforma, muy lejos del tipo ¨²nico defendido por el PSOE durante la campa?a electoral de 2004.

La incontrovertible realidad es que, a partir del pr¨®ximo 1 de enero, los contribuyentes ver¨¢n reducido el tipo marginal m¨¢ximo del IRPF en dos puntos (del 45% al 43%), pagar¨¢n el marginal m¨ªnimo al 24% -una vez descontado el m¨ªnimo vital al tipo cero-, tendr¨¢n gravado el ahorro en el 18% -no tributan los primeros 1.500 euros en dividendos- desde el 15% anterior y sus empresas pagar¨¢n por sociedades el 32,5%, con el compromiso de pagar el 30% a partir de 2008.

Sean bienvenidos los retoques, sobre todo en cuanto que suponen una rebaja en la tributaci¨®n directa. Los c¨¢lculos dicen que los particulares y las empresas dispondr¨¢n aproximadamente de unos 4.500 millones de euros m¨¢s al a?o. Es combustible para el consumo y quiz¨¢ para la inversi¨®n, que alimentar¨¢ probablemente la caldera del crecimiento econ¨®mico. Los Gobiernos del PP bajaron m¨¢s los impuestos directos -aunque aumentaron la presi¨®n fiscal total-, porque ten¨ªan poca fe en la tributaci¨®n fiscal progresiva y necesitaban inyectar m¨¢s dinero en la corriente del consumo. El ministerio de Pedro Solbes se ha encontrado con la l¨ªnea de rebajas del IRPF pr¨¢cticamente agotada y no se ha atrevido a proponer una mayor simplificaci¨®n del impuesto; se ha conformado con reducir los tramos de cinco a cuatro.

La pr¨®xima reforma fiscal de la democracia -la que se aprob¨® ayer es la tercera- deber¨ªa reorientar radicalmente su enfoque. El objetivo prioritario debe ser la persecuci¨®n del fraude, uno de los problemas m¨¢s graves y m¨¢s escondidos de la sociedad espa?ola. Si se acaba o se reduce el volumen de dinero negro que circula por los negocios inmobiliarios o los servicios profesionales incontrolados -lo que exige un esfuerzo considerable de la Administraci¨®n P¨²blica- no s¨®lo aumentar¨¢ la equidad fiscal y bajar¨¢ la resistencia a pagar a Hacienda, sino que podr¨¢n bajarse todav¨ªa m¨¢s los impuestos de todos los contribuyentes.