El despertador del Bar?a
Rijkaard dice que dio un toque a su equipo para que pensara en Riazor
Frank Rijkaard lleva cuatro a?os en el Bar?a proyectando la imagen de un hombre sereno, educado e impasible. Pero hay alguien que le saca de quicio: Jos¨¦ Mourinho. Tras el partido ante el Chelsea, el holand¨¦s sali¨® disparado y hecho una furia hacia el c¨ªrculo central para recriminarle al colegiado que hubiera a?adido seis minutos de prolongaci¨®n que resultaron letales porque los ingleses empataron (2-2). Dio la impresi¨®n de que a Rijkaard le dur¨® la rabia, porque dos d¨ªas despu¨¦s, en el entrenamiento, oblig¨® a sus jugadores a dar cinco vueltas al campo tras reprocharles su relajaci¨®n imitando su desgana contoneando el cuerpo. Rijkaard parece haber llenado ya su cuota de disgustos y quiere romper la din¨¢mica en Riazor.
Consciente de la repercusi¨®n de su gesto, hecho ante las c¨¢maras, Rijkaard aclar¨® ayer que con ese acto ins¨®lito no quiso meter "ni una bronca" ni "dar un castigo". "Tras un empate as¨ª hab¨ªa que reaccionar y dejar de lamentarse ?Lo hice s¨®lo para que el equipo despertara ya! Y algo as¨ª pod¨ªa pasar en cualquier momento. Era mejor despertar el jueves que hoy. No es una buena interpretaci¨®n decir que estoy cambiando de actitud. Es todo m¨¢s sencillo", dijo el t¨¦cnico en una larga exposici¨®n. Y argument¨® que los castigos s¨®lo se aplican para arrancar una reacci¨®n y que ¨¦l est¨¢ satisfecho con el juego del Bar?a. "El entrenador del Chelsea
[no le llam¨® por su nombre] dijo que su equipo cuaj¨® un partido brillante y eso que ten¨ªa a todo a favor porque jugaba con once...", dijo con iron¨ªa. "Estuvimos a punto de ganar y eso quiere decir que jugamos bien".
Pero la realidad es que el Bar?a no ha alcanzado el nivel de otras temporadas, pese a ser l¨ªder en la Liga y tener comprometido, aunque dependa de s¨ª mismo, su pase a octavos de la Champions, donde comparte grupo con el Chelsea y el Werder Bremen, l¨ªderes de sus respectivas Ligas. Los azulgrana no han salido bien parados este a?o de sus grandes citas: perdieron ante el Sevilla en la Supercopa de Europa (3-0); en Madrid, (2-0); ante el Chelsea (1-0 y 1-1) y no pasaron del empate ante el Valencia (2-2) y Werder Bremen (1-1). Por eso Rijkaard necesita romper la tendencia ya ante el Deportivo, en un estadio que le trae recuerdos agridulces: el Bar?a empat¨® hace un a?o (3-3) tras ceder dos goles en los ¨²ltimos minutos. Drogba les hizo lo propio el martes en el descuento. Y en el cl¨¢sico, el Madrid marc¨® en dos momentos claves: justo al principio de ambos tiempos.
"Pues el gol de Drogba no fue por falta de concentraci¨®n. El Bar?a tiene puntos muy fuertes y ya sab¨ªamos qu¨¦ hacer para que eso no pasara ?Por qu¨¦ hay que darle vueltas a lo mismo?", se pregunt¨® Rijkaard, convencido de que la UEFA no le sancionar¨¢ porque, seg¨²n dijo, s¨®lo fue a apartar a los jugadores que se dirigieron al ¨¢rbitro y porque le habl¨® "con mucha educaci¨®n, respeto y sin ning¨²n insulto". Pero hasta el comedido Edmilson le contradijo cuando evoc¨® el empate. "Fue por una sucesi¨®n de errores. Tanto por culpa del ¨¢rbitro, por a?adir seis minutos, como nuestra. Con ese descuento, un resultado puede cambiar. Y Rijkaard", continu¨®, "es para nosotros como un padre que habla con sus hijos. Y si toca bronca, bronca". Rijkaard respeta tanto al Depor que le ha dado al viaje un trato especial. De entrada, ha convocado a todos sus jugadores, incluido uno que est¨¢ tocado y cuyo nombre no dijo. "?Por qu¨¦ tengo que dar pistas? El rival podr¨ªa darle y echarle fuera...", dijo el t¨¦cnico, que s¨®lo dispone de Saviola como delantero. Y, segundo, porque el Bar?a dormir¨¢ en A Coru?a, algo inhabitual en los desplazamientos, para que los jugadores se ahorren la paliza f¨ªsica de llegar a casa entrada la madrugada.
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