"El primer derecho de mi ni?o es ver a sus dos madres"
La lesbiana que ha logrado un r¨¦gimen de visitas para el hijo biol¨®gico de su ex pareja defiende que es por el bien del peque?o
No es carne de su carne ni sangre de su sangre, pero que nadie ponga en duda que el peque?o Miguel (nombre figurado) es el hijo de Maribel B. "Me ha llamado siempre 'mami'. Es que soy su madre", dice en la peque?a consulta de Madrid donde la mujer da masajes. Miguel naci¨® hace casi tres a?os. Su madre biol¨®gica es la ex pareja de Maribel, una mujer que, como muchas otras lesbianas en Espa?a, lo tuvo por inseminaci¨®n artificial. "Decidimos que lo hiciera ella porque es m¨¢s joven", explica Maribel, que ahora tiene 53 a?os. "Nuestra relaci¨®n, tras m¨¢s de siete a?os juntas, estaba ya consolidada, y pensamos que era el momento de ser madres".
"Nosotras ¨ªbamos a casarnos, pero la relaci¨®n se rompi¨® antes. Cuando tuvimos al ni?o, ni siquiera pod¨ªamos hacerlo, porque todav¨ªa gobernaba el PP. Si no, hubi¨¦ramos hecho como la pareja de chicas de Algeciras, que han registrado al ni?o como hijo de ambas", relata. Como no hab¨ªa un mecanismo legal, decidieron ponerle al ni?o de segundo nombre el apellido de Maribel, de manera que ¨¦ste se acostumbrara a llevar los de sus dos madres. "Lo que no puede ser es que por culpa de la ley se condene a mi hijo a ser un hu¨¦rfano legal", a?ade la mujer.
Las mujeres no se casaron cuando naci¨® el ni?o "porque todav¨ªa gobernaba el PP"
"El auto se basa en que existe una relaci¨®n materno-filial", explica la abogada
La relaci¨®n se rompi¨® el pasado verano, y Maribel se encontr¨® con que su ex -de quien no quiere decir nada malo- le imped¨ªa ver al ni?o. "Yo soy su madre tanto como ella. Cuando naci¨® yo dej¨¦ mi trabajo un 80% para ocuparme de ¨¦l. Le he cuidado las enfermedades, me he encargado de su comida, de su ropa. No me arrepiento. Como muchas parejas, llegamos a ese acuerdo, y eso es lo que hicimos", dice Maribel.
Tras la ruptura, el acuerdo salt¨® por los aires. "En agosto estuve 10 d¨ªas sin verle", cuenta. Por eso decidi¨® ir a los tribunales. Al final, un auto pionero -y provisional- de una juez de Talavera de la Reina, donde las dos madres de Miguel viven, le ha concedido un r¨¦gimen de visitas "que est¨¢ muy bien", opina Maribel: "Tres horas martes y jueves y fines de semana alternos".
Pero llegar a esta situaci¨®n -que Maribel conf¨ªa en que se haga firme- no ha sido f¨¢cil. "He perdido 14 kilos", dice. La mujer acudi¨® a una asociaci¨®n, pero no encontr¨® el apoyo que necesitaba. Al final lo consigui¨® de una abogada, Elena Le¨®n, que ha conseguido lo que nadie esperaba: un r¨¦gimen de visitas. "El auto se basa en que existe una relaci¨®n materno-filial, y en que ser¨ªa perjudicial para el ni?o que dejara de ver a quien ¨¦l considera su madre", explica por tel¨¦fono la abogada.
Tanto la letrada como su cliente insisten en ese aspecto. "No se trata de un derecho de los padres; es un derecho del ni?o. Si a m¨ª me pasa algo mi hijo no tiene derecho ni siquiera a una pensi¨®n de orfandad. Las personas mayores tenemos mecanismos para superar una ruptura, pero los ni?os son m¨¢s vulnerables. Igual que el hijo de una pareja heterosexual tiene derecho a mantener el contacto con su padre y su madre, el primer derecho de mi ni?o es ver a sus dos madres", afirma convencida Maribel.
La mujer conf¨ªa en que dentro de tres o cuatro meses, cuando se dicte sentencia, podr¨¢ seguir viendo a su hijo. "En la guarder¨ªa nos dijeron que es un 'ni?o 10'. No puede ser que porque hayamos roto se convierta en un 'ni?o 3", dice mientras ense?a orgullosa la foto de quien para ella es "el hijo m¨¢s guapo del mundo".
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