"Espa?a est¨¢ invadida por el dinero de la Camorra"
Primero llegaron las llamadas an¨®nimas; luego, las amenazas de muerte, finalmente, la escolta y el exilio de su ciudad. Todo ha cambiado para Roberto Saviano desde que public¨® su primer libro, en mayo pasado. Hasta entonces su vida era relativamente tranquila. Viv¨ªa en N¨¢poles, donde naci¨® hace 28 a?os y donde estudi¨® filosof¨ªa. Escritor y periodista, amaba recorrer las calles con su Vespa y seguir las tramas criminales. La Camorra era, y sigue siendo, su obsesi¨®n. Dedicaba su tiempo a revisar expedientes judiciales, sintonizaba por radio la emisora de la polic¨ªa para llegar al lugar del delito al mismo tiempo que los agentes. Observaba y absorb¨ªa como una esponja su entorno, la realidad de su tiempo.
"No existe en Espa?a la conciencia de que la Camorra act¨²a en el desarrollo econ¨®mico"
"Parte de Tenerife se ha edificado con dinero de los Nuvoletta, napolitanos ligados a la Cosa Nostra"
"Son napolitanos muchos de los enlaces de los camellos de las Ramblas, sobre todo de coca¨ªna"
"Bardellino prefiri¨® establecerse en Espa?a porque entonces era m¨¢s f¨¢cil sobornar a los jueces"
"No tengo elementos para decir hoy que la justicia espa?ola sea corrupta, pero hay un desinter¨¦s enorme"
"Italia lucha cien veces m¨¢s contra la Mafia que Rusia, y eso hay que grit¨¢rselo a Putin"
"No volver¨ªa a escribir 'Gomorra'. No por las amenazas,sino por la actitud de personas cercanas"
"La Mafia siciliana tiene una estructura piramidal, y la Camorra, una estructura horizontal"
"Los carteles de la Camorra ven Espa?a como los refugiados pol¨ªticos ve¨ªan antes Francia"
Una realidad que ped¨ªa ser contada. Saviano sinti¨® la necesidad de contarla. No porque pensara cambiar el mundo, sino porque para hablar de su mundo deb¨ªa hablar de la Camorra. Escribi¨® un libro duro y lleno de rabia titulado Gomorra, del que se han vendido ya 300.000 ejemplares en Italia.
En Gomorra, la experiencia del narrador es respaldada por reconstrucciones escrupulosas y datos cuyas fuentes son puntualmente citadas. Nada ha sido dejado a la imaginaci¨®n. En cada p¨¢gina, nombres, apellidos y lugares son mencionados directamente
El libro gusta a la cr¨ªtica y a los expertos, pero tambi¨¦n a los chicos de los clanes de N¨¢poles, generalmente poco habituados a leer. "Lo m¨¢s hermoso", dice, "fue ver a los camellos de Secondigliano (barrio de N¨¢poles controlado por la Camorra) con mi libro en las manos".
Los problemas de Saviano comenzaron tras una aparici¨®n p¨²blica en Casal di Principe, considerada el coraz¨®n del poder de la Camorra y que en los noventa ostent¨® el r¨¦cord mundial de homicidios por habitante. All¨ª, el 23 de septiembre, Saviano particip¨® en un acto contra la Camorra. La primera advertencia lleg¨® de un diario local, el Corriere di Caserta, que coment¨® en un editorial que el escritor no deb¨ªa haberse atrevido a hacer lo que hizo. Luego recibi¨® llamadas an¨®nimas y cartas amenazantes. Poco a poco percibi¨® el aislamiento en torno a ¨¦l y llegaron amenazas m¨¢s privadas e inquietantes, de las que prefiere no hablar. Entonces le prest¨® ayuda el Departamento Antimafia, que le asign¨® escolta permanente. Saviano dej¨® N¨¢poles y vive en el "exilio", como ¨¦l mismo define su situaci¨®n, en casa de unos amigos. No sale a la calle sin que le acompa?en dos polic¨ªas con chalecos antibalas. Pasa sus d¨ªas trabajando en el gui¨®n de la pel¨ªcula que se har¨¢ sobre Gomorra. La polic¨ªa le aconseja mantenerse alejado de su ciudad al menos por un a?o.
EL PA?S le entrevist¨® en su refugio, mientras en N¨¢poles se desataba una nueva guerra entre camorristas y se disparaba la en¨¦sima alarma por el aumento de la criminalidad mafiosa.
Pregunta. Estamos acostumbrados a pensar en la Mafia siciliana o en la Camorra napolitana como fen¨®menos lejanos y casi m¨ªticos. Su libro muestra que esos grupos criminales se cruzan con la vida de todos, no s¨®lo en Italia, sino tambi¨¦n en Reino Unido, Alemania o Espa?a.
Respuesta. El poder criminal carece de l¨ªmites. Una de las razones por las que me decid¨ª a hablar con EL PA?S es que Espa?a ha sido invadida por el dinero de la Camorra, y no entiendo que no se preste m¨¢s atenci¨®n al fen¨®meno. Puede ser que los fiscales y los especialistas est¨¦n preocupados, pero no parece que exista entre los pol¨ªticos la conciencia de que la Camorra participa en el desarrollo econ¨®mico espa?ol. En los ochenta, la Camorra fue muy activa en Espa?a. El clan de los Casalesi, en concreto, invirti¨® mucho en la Costa del Sol y en Andaluc¨ªa, donde varios hoteles y complejos tur¨ªsticos se construyeron con dinero y cemento de la Camorra.
P. ?Qu¨¦ familias est¨¢n ahora activas en Espa?a y c¨®mo llegaron ah¨ª?
R. En los ochenta, en la zona de Caserta [ciudad cercana a N¨¢poles, controlada por la Camorra], dos clanes entraron en conflicto. Por un lado, los Bardelliniani, fieles a Antonio Bardellino, y por otro, los Casalesi, fieles a Francesco Sandokan Schiavone. Esa guerra pod¨ªa seguir durante a?os, pero las dos familias llegaron a un acuerdo que preve¨ªa la cesi¨®n de algunos territorios. Los Casalesi dieron a la familia De Falco, del clan de los Bardelliniani, autorizaci¨®n para operar en Andaluc¨ªa diciendo: "Ah¨ª donde nosotros ya tenemos nuestra influencia, vosotros pod¨¦is seguir invirtiendo". El boss Antonio Bardellino fue detenido en Espa?a y, seg¨²n su expediente judicial, logr¨® corromper a los jueces, que le pusieron en libertad al cabo de poco tiempo. Prefiri¨® establecerse en Espa?a porque all¨ª, en ese momento, era m¨¢s f¨¢cil sobornar a los jueces. Por la misma raz¨®n hab¨ªa transferido a Espa?a sus actividades m¨¢s arriesgadas, como el narcotr¨¢fico. Pero hay m¨¢s. Raffaele Amato, boss muy poderoso del cartel de los Spagnoli, llamados as¨ª porque controlan el tr¨¢fico de coca¨ªna desde Espa?a, conoc¨ªa muy bien Barcelona y contaba en ella con grandes apoyos. El narcotr¨¢fico en las Ramblas es manejado por suramericanos, pero muchos intermediarios, sobre todo en coca¨ªna, son napolitanos. Seg¨²n los carabineros italianos, en este momento en Espa?a est¨¢ reorganiz¨¢ndose el clan de Secondigliano
[el barrio de N¨¢poles donde se ha registrado en los ¨²ltimos a?os una cruenta guerra camorrista]. Amato fue detenido en Espa?a y dejado en libertad.
P. ?Siguen pensando los jefes de la Camorra que la justicia espa?ola es m¨¢s c¨®moda?
R. No, creo que ahora es distinto. Ahora los fiscales ejecutan los mandatos de arresto, y cuando detienen a un mafioso, lo entregan a la polic¨ªa italiana. No tengo elementos para decir hoy que la justicia espa?ola sea corrupta. Pero percibo un desinter¨¦s enorme. No me parece que los pol¨ªticos comprendan que Espa?a es una formidable ¨¢rea de inversi¨®n e intermediaci¨®n para los grupos criminales italianos. La intervenci¨®n de los jueces podr¨ªa ser determinante para obstaculizar el crecimiento econ¨®mico de los clanes de Camorra. Todo el mundo sabe que la coca¨ªna llega por avi¨®n a Madrid, sobre todo, y desde Madrid y Barcelona los napolitanos controlan la entrada en Italia. El dinero de la coca¨ªna se lava comprando inmuebles en Espa?a.
P. ?Tienen los clanes actividad militar en Espa?a?
R. No. Hubo un boss, Giuseppe Quadrano, que intent¨® organizarla a finales de los noventa, uniendo en el sur de Espa?a una serie de criminales incapaces de organizarse. Pero ¨¦se fue el ¨²nico intento. De momento los carteles napolitanos invierten en Espa?a y hacen mediaciones, pero creo que podr¨ªan llegar a controlar militarmente el territorio. Espa?a es considerada por muchos mafiosos el mejor sitio donde esconderse sin interrumpir sus actividades. En enero de 2005, el boss de Salerno [ciudad cercana a N¨¢poles] Umberto Adinolfi fue detenido en Espa?a. El joven emergente Emiliano Zapata Misso, tambi¨¦n involucrado en la actual guerra de Camorra, fue arrestado en enero de 2006 en Roma mientras intentaba embarcar en un vuelo hacia Espa?a. En junio de 2006 fue detenido en Sitges Carmine Rispoli, considerado el cerebro del narcotr¨¢fico del clan Di Lauro, de Secondigliano.
P. ?Qu¨¦ otras actividades tiene la Camorra en Espa?a, adem¨¢s del narcotr¨¢fico?
R. Inmobiliaria, turismo y discotecas. Parte de Tenerife ha sido construida con dinero de los Nuvoletta, una familia napolitana vinculada con la Cosa Nostra siciliana. El propio Raffaele Amato frecuentaba un conocido restaurante de Barcelona del que prefiero no mencionar el nombre. Iba all¨ª sin que nadie le molestara, aunque pesara sobre ¨¦l una orden de detenci¨®n internacional. El clan disidente de los Spagnoli tambi¨¦n distribuye coca¨ªna en Barcelona. Adem¨¢s de todo esto, hay un nuevo fen¨®meno que la justicia espa?ola conoce muy bien: el tr¨¢fico de relojes Rolex. Los napolitanos controlan los robos y el tr¨¢fico de relojes Rolex en las localidades tur¨ªsticas espa?olas. No s¨®lo hay una criminalidad organizada, sino tambi¨¦n una microcriminalidad organizada, controlada por clanes italianos.
P. ?Por qu¨¦ eligen Espa?a?
R. Los carteles de la Camorra ven Espa?a como los refugiados pol¨ªticos ve¨ªan Francia. Fran?ois Mitterrand acogi¨® al ayatol¨¢ Jomeini, a los brigadistas rojos italianos y a guerrilleros palestinos: todos pod¨ªan refugiarse, a condici¨®n de que se mantuvieran en paz dentro del territorio franc¨¦s. De la misma manera los jefes de la Camorra piensan que pueden vivir en Espa?a: siguen con sus actividades, pero renuncian, con ciertos l¨ªmites, a la actividad violenta: dinero, pero sin balas.
P. Hace semanas, Vlad¨ªmir Putin dijo que los espa?oles eran corruptos y que los italianos eran mafiosos. ?Ten¨ªa raz¨®n?
R. Los grandes socios de la nueva mafia rusa son los italianos. Pero ahora Italia hace esfuerzos para luchar contra las mafias cien veces superiores a los de Rusia. Y eso hay que grit¨¢rselo a Putin.
P. ?Cu¨¢l es la diferencia entre la Mafia siciliana y la Camorra napolitana?
R. La Mafia siciliana tiene una estructura piramidal, y la Camorra, horizontal. Ambos sistemas se relacionan de manera distinta con el poder pol¨ªtico. El mecanismo mafioso es sencillo y se reduce al binomio concesi¨®n-mafia. Es decir, la Mafia, a trav¨¦s de la pol¨ªtica, obtiene contratos p¨²blicos [construcciones, recogida de basuras, hospitales, etc¨¦tera]. La Camorra, en cambio, funciona con una l¨®gica ultraliberal cuya esencia no es el apoyo pol¨ªtico. Esto hace a la Camorra m¨¢s flexible y m¨¢s imprevisible. No puede existir en la Camorra un boss que monopolice los precios, porque si lo hace, es asesinado o detenido. Un ejemplo: Sandokan Schiavone, en un momento dado, monopoliz¨® la usura, el precio del cemento y el precio de la leche. Fue detenido, llegaron otros capos y volvi¨® a bajar la leche.
P. ?Entonces en la Camorra no pueden existir jefes como Bernardo Provenzano, jefe de la Cosa Nostra durante d¨¦cadas?
R. No, es muy dif¨ªcil. Un boss que mantiene el poder hasta los 70 a?os, y adem¨¢s con ese carisma... Fue muy significativo lo de Provenzano, lo pillaron en su finca. Viv¨ªa en condiciones indecentes. A Sandokan Schiavone le encontraron tambi¨¦n en su pueblo, escondido debajo de su casa. Pero lo que ten¨ªa all¨ª no era un s¨®tano, sino un palacio.
P. No le gusta ser definido como periodista, ?por qu¨¦?
R. Yo no soy periodista porque carezco de la disciplina del cronista. Soy escritor y tengo la indisciplina del narrador, y ¨¦sta fue la clave que me permiti¨® entender ciertas cosas. El periodista tiene otros objetivos, tiene que dar la noticia y contar los detalles de lo que acaba de pasar y adem¨¢s debe respetar las exigencias de su editor. El narrador prescinde de todo eso. Yo iba a los lugares, m¨¢s que para ver las cosas, para que ellas me miraran. Y as¨ª entend¨ª, como narrador, que los l¨ªmites de esta materia no terminaban en el barrio o en la ciudad, como a menudo creen los especialistas. Me di cuenta de que la situaci¨®n que estaba observando era universal. Los sistemas econ¨®micos criminales te permiten comprender en profundidad el mecanismo econ¨®mico internacional.
P. ?Ejercen los capos de la Camorra alg¨²n tipo de fascinaci¨®n sobre usted?
R. La estructura criminal es mucho m¨¢s importante que los individuos. Pero las personalidades sencillas tienen para m¨ª, que soy narrador y no periodista, un valor literario enorme. Pienso en Augusto la Torre, el boss psicoanalista, que cuando habla cita a Lacan. En Giuseppe Misso, que escribi¨® varios libros. En Luigi Volla, llamado El Califa, que adora la pintura de Botticelli. En Sandokan Schiavone, que pose¨ªa una biblioteca enorme de libros sobre Napole¨®n... A menudo se me ha acusado de ser v¨ªctima de su fascinaci¨®n, y de alguna forma es as¨ª. Quise dejarme derrotar por el carisma de esta gente, para poder contarlo. Porque son mis mitos, los mitos del lugar donde crec¨ª. Para entender a los capos tuve que ponerme frente al espejo, m¨¢s que mirar hacia ellos.
P. ?Se ha obsesionado con la Camorra?
R. S¨ª. Yo creo que un escritor debe obsesionarse con cada uno de sus libros. Si hubiera elegido escribir sobre caballos habr¨ªa visto m¨²sculos, tendones, figuras en velocidad y met¨¢foras equinas por todas partes. Pero decid¨ª contar mi ¨¦poca y la condici¨®n humana a trav¨¦s de la Camorra. Sucede que me obsesion¨¦ con estas historias porque soy v¨ªctima de ellas, porque crec¨ª en este lugar.
P. El libro se public¨® en mayo, pero los problemas llegaron m¨¢s tarde.
R. La Camorra, como todas las organizaciones criminales, se despreocupa de quienes se limitan a reproducir documentos judiciales. Lo de Gomorra fue an¨®malo. Atrajo la atenci¨®n del p¨²blico porque cuenta la Camorra desde el punto de vista del poder y de la estructura econ¨®mica, no por las acciones puramente violentas. Eso pudo molestar a los capos. Otra diferencia con anteriores libros consiste en que Gomorra cay¨® en manos de una serie de personas pertenecientes al Sistema
[como llaman a la Camorra sus afiliados] que generalmente no leen. Fue muy bello ver a los camellos del barrio de Scampia ojeando el libro. Creo que eso se debi¨® a su fuerza literaria, porque eleg¨ª mencionar nombres y apellidos reales.
P. Si pudiera volver atr¨¢s, ?escribir¨ªa otra vez Gomorra?
R. No. Y no por las amenazas, sino por todo lo que trajeron consigo: el comportamiento de los editores y de muchas personas cercanas. La solidaridad es s¨®lo una palabra.
El sistema
Camorra es una palabra inexistente, de polic¨ªa, utilizada por los jueces, los periodistas y los guionistas. Es una palabra que hace sonre¨ªr a los afiliados a un clan (...), que prefieren emplear el t¨¦rmino Sistema. Una palabra elocuente, un mecanismo m¨¢s que estructura.
Los ni?os soldado
En el N¨¢poles de los ni?os soldado no es raro o¨ªr cerca de las cajas registradoras de tiendas y supermercados afirmaciones del tipo "pertenezco al Sistema de Secondigliano", o "al Sistema de los Quartieri". Se trata de palabras m¨¢gicas a trav¨¦s de las cuales los ni?os toman lo que quieren.
La crueldad
Raffaele Giuliano, 'boss' de Forcella, tuvo la despiadada voluntad de impregnar con una guindilla la hoja del cuchillo con el que apu?al¨® a un familiar de uno de sus enemigos, para que sufriera un dolor insoportable mientras, cent¨ªmetro a cent¨ªmetro, el arma entraba en la carne.
Guerra entre clanes
Dicen que la guerra en la Camorra se produce entre clanes, que se matan entre ellos, pero nadie sabe d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre lo que es de ellos y lo que no. Durante un conflicto, la gente intenta pasar inadvertida, reducir al m¨ªnimo su presencia. Poco maquillaje, colores neutros...
Dinero a cr¨¦dito
Los clanes no son como los bancos, que cuando alguien no paga un cr¨¦dito se incautan de todo lo que pueden del deudor. La Camorra deja que los comerciantes morosos sigan llevando sus establecimientos, y los convierte en testaferros a los que se limita a pagar un salario.
El mercado de la droga
El mecanismo de la venta de droga funciona como un reloj. Cada movimiento lleva al siguiente. Cada vez q ue lo ve¨ªa me quedaba fascinado. Los sueldos se pagan semanalmente: 100 euros para los vig¨ªas, 500 para los cajeros, 800 para los camellos y 1.000 para quienes guardan la droga.
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