La familia sostenible

En Alpedrete, a 43 kil¨®metros de Madrid, viven Marino y Ana con sus dos hijos: Maro, de 11 a?os, y Samuel, de 9. Ellos han hecho de su vida familiar un ejemplo ecol¨®gico. Cada paso que dan todos los d¨ªas al abrir el grifo, encender la luz o ver la televisi¨®n est¨¢ orientado a consumir la menor energ¨ªa posible y a contaminar lo imprescindible. "Van a pensar que somos unos repelentes", advierte Ana, "pero hay cosas que todav¨ªa no hacemos bien".

La familia Santos se estableci¨® hace 10 a?os en Alpedrete. "Antes viv¨ªamos en Valencia pero por motivos laborales nos tuvimos que mudar a Madrid", cuenta Ana. "Mi marido y yo pensamos que era mejor buscar un entorno menos duro que la ciudad para los ni?os, y nos instalamos aqu¨ª". Desde hace un mes ocupan una casa unifamiliar de dos plantas, construida hace 30 a?os y que est¨¢n reformando bajo los criterios m¨¢s ecol¨®gicos. Marino trabaja como distribuidor de productos farmac¨¦uticos y Ana siempre se ha mostrado muy interesada por el medioambiente. Ella ha apuntado a su familia al proyecto Piensa y act¨²a. Desde las familias por un consumo responsable. Esta iniciativa parte de una colaboraci¨®n entre la Uni¨®n de Asociaciones Familiares y el Ministerio de Medio Ambiente para fomentar el desarrollo sostenible desde los hogares.

En esta casa prima lo permanente frente a lo perecedero. Marino se afeita con cuchillas, pero su maquinilla jam¨¢s es desechable. Cuando ¨¦l y su mujer limpian la casa nunca tienen bayetas de usar y tirar. "Utilizamos trapos hechos con restos de s¨¢banas. Adem¨¢s de que las cosas quedan mejor, se desperdicia menos", cuentan.

Maro y Samuel, como sus padres, jam¨¢s se ba?an. "En casa s¨®lo hay ducha", explican. Ellos saben que el grifo del agua debe estar abierto lo menos posible tambi¨¦n cuando se lavan los dientes. Las cisternas de los inodoros tienen doble pulsador. "No ha sido dif¨ªcil concienciar a los ni?os; de hecho, ellos a veces son los m¨¢s rigurosos de la familia", se?ala la madre. Y para ahorrar a¨²n m¨¢s han instalado un sistema que recopera el agua de lluvia. Con ella riegan el jard¨ªn. "Apenas gastamos porque quitamos el c¨¦sped y todos los ¨¢rboles necesitan poco consumo. Son jaras y encinas", explica Ana.

Para consumir la menor cantidad posible de energ¨ªa, Marino y Ana decidieron construir un gran ventanal que da al sur en su casa con madera de pino certificada. "Con esta terraza logramos un efecto invernadero. Cuando da el sol apenas hay que encender la calefacci¨®n. Adem¨¢s, pusimos ventanas aislantes en toda la casa". En la primera planta, la calefacci¨®n es de agua que se calienta con gas natural -el menos contaminante- y est¨¢ colocada bajo el suelo. En el piso de arriba hay todav¨ªa radiadores. "Pero est¨¢n a punto de darnos el presupuesto para instalar paneles solares y, con ellos, obtener energ¨ªa para la calefacci¨®n y el agua caliente".

En la cocina, la vitrocer¨¢mica es de inducci¨®n, y la lavadora y el frigor¨ªfico, de la llamada gama A, que contamina menos. "Al comprarlos son un poco m¨¢s caros, pero a la larga compensa", subraya la mujer. "Cuando apostamos por las nuevas tecnolog¨ªas ya sab¨ªamos que de entrada tendr¨ªamos que gastar un poco m¨¢s, pero a la larga ser ecol¨®gico es econ¨®mico, adem¨¢s de contribuir al desarrollo sostenible".

Adem¨¢s, usan un perfecto sistema de separaci¨®n de basura. Tienen seis apartados en el cubo, en los que depositan: pilas, aceite com¨²n, papel y cart¨®n, envases, residuos org¨¢nicos -con los que hacen compost- y vidrio. Los objetos electr¨®nicos y los restos de pintura los llevan al punto limpio del municipio.

Todas las bombillas de las habitaciones son de bajo consumo. Las l¨¢mparas gastan as¨ª cinco veces menos que las incandescentes y tienen una vida ¨²til hasta 15 veces mayor. Si una de cada 10 familias de la Comunidad de Madrid cambiara una l¨¢mpara normal (60 W) por otra de bajo consumo, se ahorrar¨ªa el equivalente al gasto energ¨¦tico residencial de todo el municipio de Alcal¨¢ de Henares.

La familia est¨¢ estos d¨ªas especialmente concienciada en no dejar los aparatos electr¨®nicos en parada: los apagan del todo cuando los dejan de utilizar. "Se ahorra energ¨ªa, por ejemplo, apagando la tele con el bot¨®n de la pantalla en lugar de con el mando a distancia". Ana calcula que con su forma de vivir ahorran entre un 15 y 20% de energ¨ªa.

Pero el gran reto de la familia Santos es el transporte. "Utilizamos demasiado el coche, tanto para ir a Madrid como para movernos por el pueblo", confiesan. Por eso, ahora se han propuesto ir m¨¢s a pie y en bicicleta.