Esperanza y desconfianza

La reciente noticia del Gobierno en relaci¨®n con el consumo de agua de los ciudadanos, es en principio positiva y la recibimos con esperanza, pero nos asaltan algunas dudas importantes; por ejemplo: ?se castigar¨¢ con impuestos en la misma proporci¨®n a las empresas? Porque puestos a derrochar agua, los que lo hacen desmesuradamente son muchas de ellas. Por ejemplo, los campos de golf. ?Desde cu¨¢ndo tenemos tal afici¨®n a este deporte en Espa?a, para que a todas las inmobiliarias les haya dado por utilizarlos como reclamo?

Lo que m¨¢s nos asusta es que esta pol¨ªtica s¨®lo sea demagogia; nos asusta la incoherencia del Gobierno de la naci¨®n. Como lo que nos tememos que va a suceder entre las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. Aunque a¨²n no es del todo definitivo, se est¨¢ en tr¨¢mite de conceder a una multinacional minera, de capital norteamericano, el permiso para un trasvase entre ambas cuencas (por cierto, no incluido en ning¨²n plan hidrol¨®gico), s¨®lo para satisfacer las necesidades de la Mina de Aguablanca (Monesterio, Badajoz).

El temor est¨¢ muy fundado, ya que, este a?o de sequ¨ªa en que los habitantes de Monesterio han renunciado a disfrutar de su piscina municipal, este a?o, aun sin tener la concesi¨®n de aguas, ha sido construida casi completamente la conducci¨®n para dicho trasvase. Esta multinacional que funciona por la v¨ªa de los hechos consumados, con la aparente connivencia de autoridades locales, auton¨®micas y nacionales, intenta saltarse de nuevo (como ya lo hizo durante dos a?os sin esperar a la licencia de obras municipal), sin escr¨²pulo alguno, nuestra normativa legal. Esperamos que el Ministerio de Medio Ambiente sea coherente, y, en este caso, contundente, y vele m¨¢s por las necesidades de los ciudadanos que por las de unos pocos inversores extranjeros.