?Qui¨¦n teme a Andaluc¨ªa?
?Qui¨¦n teme a Andaluc¨ªa? ?Qui¨¦n se cree que desde Andaluc¨ªa se va a romper Espa?a? Nadie, ni siquiera aquellos dirigentes nacionales m¨¢s extremistas del Partido Popular que, una vez m¨¢s, pusieron en marcha una descalificaci¨®n injusta de la reforma del Estatuto. Una campa?a repleta de t¨®picos, prejuicios e ignorancia. ?En qu¨¦ romper¨ªa la unidad de Espa?a que en el pre¨¢mbulo del Estatuto andaluz se dijera -que no se dice- que el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n reconoce la realidad nacional de Andaluc¨ªa como una nacionalidad? ?Lo que no se quiere admitir es que Andaluc¨ªa tenga el mismo nivel de competencias que la que m¨¢s tenga? ?Qui¨¦n quiere impedir que Andaluc¨ªa siga creciendo en fuerza, prestigio y peso pol¨ªtico dentro de la Espa?a de las autonom¨ªas?
Ha existido en este terreno un evidente intento de manipulaci¨®n, espoleado por los sectores m¨¢s rancios y reaccionarios de la derecha centralista y por parte de los detractores de la reforma estatutaria de Andaluc¨ªa.
Se reiteraron, con milim¨¦trica precisi¨®n, los argumentos que algunos emplearon en 1980 para intentar desprestigiar a Andaluc¨ªa y al pueblo andaluz y algunos comentaristas volvieron otra vez a los mismos argumentos, considerando que Andaluc¨ªa no puede tener las mismas competencias y el mismo nivel de autogobierno que Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco.
Todos los andaluces y andaluzas nos sentimos plenamente espa?oles sin ning¨²n tipo de complejos. Y se ha demostrado que cuanto mejor sea nuestro encaje en el Estado de las autonom¨ªas, mejor para todos y todas y, por supuesto, mejor para Andaluc¨ªa y para toda la Espa?a democr¨¢tica.
Hacer un Estatuto para el siglo XXI, como se ha hecho, es crear un instrumento jur¨ªdico que impulsa el bienestar, la igualdad y la justicia social, dentro del marco de cohesi¨®n y solidaridad que establece la Constituci¨®n. Un Estatuto ambicioso que, por encima de todo, salvaguarda los intereses generales de los andaluces y las andaluzas y que, como ocurriera en 1980, nos sit¨²a en el nivel que nos corresponde por historia y por peso pol¨ªtico y demogr¨¢fico para, gracias al esfuerzo en com¨²n, seguir avanzando en la conquista de nuestras leg¨ªtimas aspiraciones: no queremos ser m¨¢s, pero tampoco menos que nadie. Se trata de un Estatuto vigoroso que no tiene nada que envidiar a ning¨²n otro.
En este casi cuarto de siglo que hemos podido codecidir nuestro futuro hemos dejado atr¨¢s el subdesarrollo. Seguimos teniendo problemas, pero hoy tenemos los mismos problemas y las mismas oportunidades que los dem¨¢s. Y tenemos, al menos, la misma capacidad y los mismos instrumentos que el que m¨¢s para afrontarlos por nosotros mismos.
Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn es alcalde y presidente del PSOE de Sevilla
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