El Ayuntamiento cierra en un a?o 18 pisos de Sant Antoni que se usaban como 'meubl¨¦s'
Los vecinos protestan por el desplazamiento de las prostitutas cerca de los colegios
Los distritos de Ciutat Vella y del Eixample de Barcelona han clausurado, en un a?o, 18 pisos que funcionaban como pensiones ilegales en la ronda de Sant Antoni. Muchos eran utilizados por las prostitutas como meubl¨¦s. Fuentes municipales se?alan que el recinto de estos pisos ha tenido un efecto no deseado: el desplazamiento de la prostituci¨®n a la parte baja de esta v¨ªa, junto al mercado. Vecinos y comerciantes denuncian que se trata de una zona de colegios y protestan porque las prostitutas abordan a muchos j¨®venes de forma un tanto violenta.
"Si se cierran pisos de la parte alta de la ronda, en el lado de Ciutat Vella, se desplazan a otros lugares de la acera del Eixample. Y viceversa. Y si hay control en los dos lados de la ronda, pues entonces se trasladan hacia el interior del Raval. Es como el juego del rat¨®n y el gato". La descripci¨®n la hace el presidente de la asociaci¨®n de vecinos de Sant Antoni, Pep Sala. En Ciutat Vella tambi¨¦n se tiene esa misma percepci¨®n: "Cuando se cierran los pisos por v¨ªa administrativa, se abren otros", apunta Gerard Cap¨®, t¨¦cnico del distrito.
Desde octubre de 2005 hasta el mes pasado se han cerrado 18 meubl¨¦s. De ellos, 13 lo hicieron de forma voluntaria al recibir la notificaci¨®n de que no ten¨ªan licencia y otros 5 fueron precintados. Actualmente hay otros 14 expedientes abiertos por id¨¦ntico motivo.
Los titulares de los contratos de alquiler son personas f¨ªsicas y los hay de todas las nacionalidades, tambi¨¦n espa?oles. "Se act¨²a a requerimiento de los vecinos, que son los que observan las constantes idas y venidas de personas y las llamadas a los interfonos a cualquier hora de la noche", a?ade Cap¨®. Los pisos suelen estar cerca de donde se produce el contacto, a unos 5 o 10 minutos caminando.
Caceroladas y pancartas
Los vecinos que est¨¢n m¨¢s molestos por este desplazamiento han colgado pancartas en sus balcones y todas las noches realizan caceroladas. Para hoy incluso han convocado una manifestaci¨®n. Se trata de caceroladas un tanto extra?as porque se hacen con sordina. Es decir, no salen a la calle, a los balcones o a las ventanas, sino que permanecen detr¨¢s de las persianas para que no se les vea. El motivo es que hay cierto temor a las mafias que controlan a parte de las prostitutas.
Los vecinos de la ronda de Sant Antoni se quejan tambi¨¦n de que la ordenanza de convivencia y civismo se ha dejado de aplicar en los ¨²ltimos meses. Denuncian que las prostitutas abordan literalmente a los j¨®venes que deben pasar por all¨ª a la salida del colegio. Pero quienes reclaman m¨¢s constancia en la aplicaci¨®n de la ordenanza son los comerciantes.
La norma municipal no persigue la prostituci¨®n -no tiene competencias-, pero s¨ª la sanciona si monopoliza el espacio p¨²blico o se desarrolla a menos de 200 metros de colegios. "Al principio hab¨ªa m¨¢s patrullas de polic¨ªa y parejas de la Guardia Urbana pidiendo documentaci¨®n. La sola presencia ya era disuasoria. En los ¨²ltimos meses, sobre todo desde septiembre, no hay tanto control, y se nota porque a media tarde est¨¢ lleno", cuenta el responsable de un negocio en la parte baja de la ronda que no quiere identificarse por temor a represalias.
Fuentes del Ayuntamiento subrayan que la Guardia Urbana sigue actuando. A 30 de agosto, las sanciones impuestas por oferta de relaciones sexuales fueron 1.317 y por demanda, 1.011. Casi dos meses y medio despu¨¦s, el n¨²mero de sanciones aproximado se sit¨²a en 3.000. En lo que se ha producido una variaci¨®n sensible es que en los primeros meses de la ordenanza las sanciones se impon¨ªan preferentemente a las mujeres y menos a los que demandaban sus servicios.
Lo cierto es que las quejas de los vecinos se han quedado en eso: en protestas m¨¢s o menos informales. Ni la Guardia Urbana ni los Mossos d'Esquadra han registrado, en los ¨²ltimos meses, ninguna denuncia sobre molestias causadas por la prostituci¨®n. La Polic¨ªa Local s¨ª admite que se han producido situaciones de cierta tensi¨®n. El portavoz de la polic¨ªa auton¨®mica tambi¨¦n reconoce que los vecinos han recriminado a distintas patrullas por "no hacer nada" para atajar el problema.
El desplazamiento de las prostitutas de Sant Antoni no ha implicado un aumento de su n¨²mero. Una noche cualquiera -por ejemplo, el martes de la semana pasada- se pod¨ªan contar alrededor de 25 prostitutas desde la plaza de la Universitat hasta el mercado. M¨¢s de la mitad se encontraban precisamente en la parte baja: desde la plaza del Pes de la Palla hasta el mercado de Sant Antoni, donde tambi¨¦n se encuentra la estaci¨®n de metro hom¨®nima y la popular cervecer¨ªa Els Tres Tombs. Aunque de muy diversa procedencia geogr¨¢fica, la mayor¨ªa de las mujeres situadas en esta v¨ªa son j¨®venes y mantienen una actitud que va desde la pasividad m¨¢s absoluta -aguardan al cliente apoyadas en un banco- hasta una cierta insistencia sobre el transe¨²nte.
"Actitud provocativa"
La parte baja de la ronda de Sant Antoni es muy comercial y, adem¨¢s, hay varios colegios en la zona. "El problema es que algunas [prostitutas] tienen cierta actitud provocativa. No se cortan nada y abordan directamente, y esto est¨¢ muy cerca de colegios", explica el mismo comerciante. A pie de calle es donde se producen los roces y tambi¨¦n los malentendidos. "Es que ahora, como no se puede fumar trabajando, salimos a la calle y a veces hay cierta confusi¨®n entre qui¨¦n es qui¨¦n. Ya me entiendes", dice la responsable de una tienda de ropa.
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