Un secundario de ¨¦xito
Joan Plaza, ayudante durante a?os de Reneses, Comas o Maljkovic, se convierte al frente del Madrid en el mejor t¨¦cnico novel de la Liga ACB
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"Mientras el resto de los clubes fichaban estrellas, nosotros hac¨ªamos un equipo". Palabra de Alex Mumbr¨², oro en el Mundial de Jap¨®n, que apela a la "humildad" para explicar el demoledor arranque del Madrid. La racha, la mejor del club en 19 a?os, salvo la excepci¨®n de la primera temporada de Boza Maljkovic, aqu¨¦lla del triple de Alberto Herreros en Vitoria que vali¨® una Liga, es producto de un c¨²mulo de circunstancias.
La principal, la contrataci¨®n de Joan Plaza, que en sus 29 a?os de carrera jam¨¢s hab¨ªa dirigido a una plantilla de enjundia. Su techo estaba en las categor¨ªas inferiores del DKV Joventut o del Tarragona en la Liga EBA. Hasta su 45? cumplea?os siempre hab¨ªa trabajado a la sombra. Siempre como el hombre de confianza, primero de Josep Mar¨ªa Izquierdo, Manel Comas y A¨ªto Garc¨ªa Reneses en Badalona, al que acaba de relevar como el mejor debutante en un banquillo en la Liga ACB. Luego recal¨® en Madrid, el a?o pasado, como segundo del propio Maljkovic.
"Hab¨ªa otras opciones con m¨¢s nombre, pero ¨¦l conoc¨ªa el equipo", explica Antonio Mart¨ªn
"Veintinueve a?os de trabajo no son gratuitos", recalca Plaza, que considera una "an¨¦cdota" haber batido el r¨¦cord de A¨ªto, que se remontaba al curso 1983-84. Antes de eso, mucho antes, los responsables del ala de baloncesto del Madrid, Antonio Mart¨ªn y Herreros, entendieron que deb¨ªan dar un giro de 180 grados. De ah¨ª, el despido de Maljkovic a mediados de julio y la consiguiente renuncia al juego de trincheras que tan bien exprimi¨® el serbio. Un juego que, con un equipo de retales, les dio el t¨ªtulo de la ACB una campa?a antes, pero que una despu¨¦s, con tantas expectativas, les dej¨® sin trofeo alguno y fuera de la Euroliga. A continuaci¨®n tantearon a Garc¨ªa Reneses, primero, y al croata Jasmin Repesa como segunda opci¨®n. Ninguna cuaj¨®. Y lleg¨® el ¨®rdago: Plaza, el ayudante de Maljkovic. "Es cierto que hab¨ªa otras opciones con m¨¢s nombre, pero Joan conoc¨ªa al equipo", explica Mart¨ªn. El director de la secci¨®n de baloncesto apunta que lo que hicieron fue "aplicar el sentido com¨²n".
"Nos preguntaron por Joan y le pusimos por las nubes", cuenta Felipe Reyes. Con el vestuario a favor, la apuesta de Ram¨®n Calder¨®n, presidente de la entidad deportiva, ha salido de vicio. "Buscaban alguien con m¨¢s cach¨¦ que yo. Otros fallaron y yo estaba aqu¨ª. El riesgo era evidente, pero supongo que pensar¨¢n que fue lo correcto", asume Plaza.
Los n¨²meros respaldan al preparador barcelon¨¦s: mejor ataque de la Liga (87,63 puntos de media), mejor defensa (70,75), primero en rebotes (36,5), recuperaciones (11,75), tapones (5,38); incluso es el l¨ªder de mates (3,25). Por algo Melchor Miralles, cabeza pensante de la secci¨®n, defini¨® al nuevo inquilino del banquillo como "id¨®neo" por su "apabullante cualificaci¨®n t¨¦cnica".
De momento, le est¨¢ sacando rendimiento a la pol¨ªtica de rotaciones, en la que todos los jugadores, salvo Aguilar y Sinanovic, pisan el parqu¨¦ m¨¢s de 10 minutos. "Si nadie est¨¢ mucho en el banquillo, el nivel del grupo aumenta", es la doctrina de Plaza, muy lejana a la de Maljkovic, que contaba con un grupo reducido de "guerreros". A minutos m¨¢s repartidos, menos cansancio y mayor rapidez en la circulaci¨®n del bal¨®n. El preparador balc¨¢nico, desde su piso en Par¨ªs, declin¨® amablemente hacer cualquier comentario a este peri¨®dico sobre el Madrid actual.
Tambi¨¦n es verdad que, al contrario del curso pasado, el Madrid cuenta con dos hombres por puesto. Si la temporada anterior Sonko y Bullock, dos bases de circunstancias, se repart¨ªan la direcci¨®n de la orquesta, en ¨¦sta hay dos organizadores puros, Ra¨¹l L¨®pez y Tun?eri. Adem¨¢s, j¨®venes como Tomas y Sinanovic van haciendo callo, aunque todav¨ªa les queda para desarrollar sus facultades. M¨¢s fino est¨¢ Mumbr¨², al que Plaza, que ya le conoc¨ªa de cadete, reclam¨® en el verano. Un inter¨¦s que provoc¨® agudas tensiones con La Penya. "Ni que fuera un asesinato", dijo entonces el entrenador madridista. Una definici¨®n de su car¨¢cter.
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