En taxi a la 'yihad'
El Gobierno afgano y la OTAN vinculan la financiaci¨®n y el reclutamiento de los terroristas suicidas con Pakist¨¢n
Hafez Daud Sha, de 21 a?os, un refugiado afgano en Pakist¨¢n, cruz¨® en septiembre pasado la frontera con Afganist¨¢n a bordo de un taxi, con otros tres aspirantes a terroristas suicidas. Las fuerzas de seguridad afganas y de la OTAN han detenido recientemente a muchos hombres como ¨¦l. Sus historias son similares, seg¨²n fuentes de las fuerzas de seguridad afganas. Y el rastro de la organizaci¨®n, la financiaci¨®n y el reclutamiento de los terroristas que han llevado a cabo un n¨²mero cada vez mayor de ataques conduce a Pakist¨¢n.
"Todos los terroristas que colocan bombas o artefactos est¨¢n conectados de una u otra forma con Pakist¨¢n", dijo un alto cargo del espionaje afgano, que exigi¨® permanecer en el anonimato. "Sus razones son mantener Afganist¨¢n desestabilizado, hacernos fracasar y mantenernos fragmentados", explic¨®. Un alto cargo militar de EE UU destinado en Afganist¨¢n coincide: "Existe la firme creencia de que la mayor parte del reclutamiento, entrenamiento y provisi¨®n de equipos para los artefactos explosivos se lleva a cabo fuera de Afganist¨¢n", dijo, tambi¨¦n a condici¨®n de no ser identificado.
Cuatro terroristas hab¨ªan estudiado juntos en la misma madraza de Pakist¨¢n
Los ataques suicidas, raros hace un a?o, son cada vez m¨¢s frecuentes en Afganist¨¢n
El Gobierno de Islamabad niega el problema e insiste en que las ra¨ªces de la insurgencia est¨¢n en Afganist¨¢n. La disputa mantiene divididos a los Gobiernos de ambos pa¨ªses. La Administraci¨®n de Bush intenta presionar para que desarrollen una mayor cooperaci¨®n en la lucha contra los talibanes, cuyos miembros han aumentado hasta los 10.000.
Hace un a?o, los artefactos explosivos improvisados al borde de la carretera y los atentados suicidas, normales en Irak, eran raros en Afganist¨¢n. Pero cada vez son m¨¢s frecuentes y m¨¢s mortales. Este a?o, se han producido m¨¢s de 90 ataques suicidas. S¨®lo entre los meses de septiembre y octubre murieron 100 personas en este tipo de atentados.
En el mismo periodo, las fuerzas afganas dicen haber capturado a 17 supuestos terroristas, dos de ellos potenciales suicidas. La OTAN afirma que ha detenido a 10 personas que planeaban ataques suicidas en las ¨²ltimas semanas. Las detenciones de Sha y de otros como ¨¦l muestran, seg¨²n fuentes afganas y de la Alianza Atl¨¢ntica, que los grupos que tratan de atentar en Afganist¨¢n siguen operando con facilidad en Pakist¨¢n.
Sha era uno de los cuatro hombres que llegaron juntos a Kabul desde Pakist¨¢n el pasado 30 de septiembre con la intenci¨®n de cometer atentados suicidas. Ese mismo d¨ªa, uno de ellos mat¨® a 12 personas e hiri¨® a 40 a la entrada del Ministerio del Interior, en el primer ataque dirigido contra civiles afganos, y no contra tropas extranjeras. Seg¨²n Sha, podr¨ªa haber sido mucho peor. ?l y sus compa?eros planeaban volarse en cuatro ataques separados en la capital afgana. No lo lograron, en parte por suerte y en parte por la vigilancia de las fuerzas de seguridad.
Con un gorro de oraci¨®n negro y una larga barba, Sha cuenta su historia en una c¨¢rcel en Kabul. Al principio, neg¨® que quisiera matarse en un atentado. "S¨®lo pensaba en hacer la yihad contra los infieles". "Escuchaba que hab¨ªa combates en Afganist¨¢n y lo ve¨ªa en los peri¨®dicos". Pero tras una hora de charla, este desempleado de 21 a?os admiti¨® que hab¨ªa intentado volarse a s¨ª mismo en Kabul, aunque no sab¨ªa d¨®nde lo iba a hacer. Tras su detenci¨®n, Sha escuch¨® que un miembro del grupo hab¨ªa logrado realizar su ataque.
"Vinieron aqu¨ª para ser m¨¢rtires", dijo de sus tres compa?eros, todos paquistan¨ªes, m¨¢s o menos de su edad y procedentes, como ¨¦l, de la ciudad paquistan¨ª de Karachi. Sha es uno de los 2,5 millones de afganos que viven como refugiados en Pakist¨¢n, y que con frecuencia acaban en las filas de los talibanes.
Los terroristas suicidas en potencia detenidos ¨²ltimamente, seg¨²n fuentes del espionaje afgano, provienen de dos claras corrientes: algunos est¨¢n vinculados a grupos extremistas paquistan¨ªes, establecidos hace tiempo y dirigidos por la inteligencia paquistan¨ª, aunque t¨¦cnicamente son ilegales. Otros est¨¢n aliados con grupos afganos, como los talibanes.
Muchos de los terroristas detenidos recientemente proven¨ªan de Pakist¨¢n o estaban dirigidos por comandantes en este pa¨ªs, seg¨²n las fuentes afganas y de la OTAN. As¨ª, dos de los miembros de una c¨¦lula suicida capturada recientemente en Kabul recibieron llamadas a sus m¨®viles durante su detenci¨®n, urgi¨¦ndoles a que hicieran explotar sus bombas. Las llamadas ven¨ªan de un comandante afgano que vive en un campo de refugiados en Peshawar (Pakist¨¢n).
Sha y sus compa?eros estudiaron en la misma madraza, Masyid-e-Nur, en un barrio obrero al noreste de Karachi. Seg¨²n Sha, estudi¨® ah¨ª cuatro a?os, hasta convertirse en hafez (el que ha memorizado el Cor¨¢n). Adem¨¢s, recibi¨® entrenamiento en un campamento militar al norte de Pakist¨¢n seis a?os antes, cuando ten¨ªa 15, aunque su padre lo niega.
Hasta hace poco, la madraza en la que estudiaron los cuatro terroristas estaba dirigida por el cl¨¦rigo Abdul Shakur Yairpuri, miembro, seg¨²n Sha, de un grupo yihadista prohibido, Harakat-ul-Muyahidin. El cl¨¦rigo lo niega, pero reconoce que es el secretario local de un grupo protalib¨¢n.
El joven asegura que el cl¨¦rigo fue quien les envi¨® en su misi¨®n suicida. Antes de ser detenidos, los cuatro compa?eros entraron juntos en Afganist¨¢n a bordo de un taxi por la ciudad fronteriza de Spinboldak. El cl¨¦rigo le hab¨ªa entregado a Sha una nota dirigida a un tal Umar, un talib¨¢n que les esperar¨ªa a su llegada a Kabul. El mensaje indicaba a Umar que proporcionara explosivos al grupo, y dec¨ªa que se entregar¨ªa el equivalente a unos mil euros a la familia de cada suicida una vez completada la misi¨®n, seg¨²n Sha.
Umar les dio un saco blanco que conten¨ªa cuatro chalecos caquis con tres bolsillos cosidos a cada lado del pecho, donde estaban colocados los explosivos. "Ten¨ªan cables que llevaban a un control remoto, y cuando pulsabas el bot¨®n explotaban", cont¨® Sha. "Los chalecos eran pesados. Hab¨ªa un mont¨®n de explosivos", a?adi¨®. Sha empez¨® a buscar un taxi. Alguien, al parecer un agente de inteligencia, se ofreci¨® a dirigirle a uno, pero le llev¨® a una sede del espionaje, donde fue detenido. Los otros tres terroristas huyeron.
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