Valle-Incl¨¢n, con ojos rusos
Concibi¨® Valle-Incl¨¢n su pentalog¨ªa Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte para que fuera representada sin soluci¨®n de continuidad? No lo creo: bastante tuvo con intentar que las piezas que la integran se estrenasen en condiciones. Gald¨®s, director del Teatro Espa?ol, rechaz¨® El embrujado, cuerpo central del Retablo. El grupo El Mirlo Blanco s¨®lo dio tres funciones de Ligaz¨®n, auto para siluetas: una en casa de los Baroja, y dos en el C¨ªrculo de Bellas Artes. La cabeza del bautista corri¨® mejor suerte. Subi¨® al Teatro Centro, y enseguida al Goya de Barcelona con Mim¨ª Aguglia, actriz italiana especializada en el g¨¦nero macabro y de grand-guignol: hizo de la Pepona una femme fatale. Entre el estreno tard¨ªo de El embrujado, en 1931, y el del programa doble con los melodramas para marionetas La cabeza del bautista y La rosa de papel, dirigidos por Jos¨¦ Luis Alonso en el Mar¨ªa Guerrero en 1967, las piezas del Retablo s¨®lo encontraron acomodo en teatros universitarios: Valle-Incl¨¢n no fue del gusto de la censura ni del de los empresarios del franquismo, a excepci¨®n de Tamayo. En 1980, el grupo independiente El Gallo Vallecano protagoniz¨® un montaje memorable de Ligaz¨®n y de La rosa de papel, con un Santiago Ramos proteico, rijoso y aguardentoso encarnando el mejor Sime¨®n Julepe de la historia. Lo vimos unos pocos afortunados: tras el estreno, Ramos peg¨® la espantada y Juan Margallo, el director, ocup¨® su lugar. Cuatro de las cinco piezas del Retablo, montadas por Jos¨¦ Luis G¨®mez, inauguraron en 1994 el Teatro de La Abad¨ªa: nada m¨¢s apropiado para poner una iglesia desacralizada bajo la advocaci¨®n de Tal¨ªa. G¨®mez dej¨® fuera El embrujado, por extensa. Ahora, la directora Irina Kuberskaia (Mosc¨², 1946) ultima la representaci¨®n integral de la pentalog¨ªa en su teatro ¨ªntimo Tribue?e, junto al parque de la Fuente del Berro, en Madrid. Este fin de semana su compa?¨ªa representa La cabeza del bautista y La rosa de papel; el pr¨®ximo Ligaz¨®n y El embrujado, y el domingo 26, las cuatro obras seguidas, durante siete horas. En primavera, Kuberskaia cerrar¨¢ el c¨ªrculo con Sacrilegio, la pieza m¨¢s breve y la ¨²nica no ambientada en Galicia.
En el Retablo, se funden el
simbolismo del primer Valle-Incl¨¢n, la estilizaci¨®n esperp¨¦ntica y el paisaje humano de las Comedias b¨¢rbaras. Kuberskaia estudi¨® en San Petersburgo con Georgi Tovstonogov, mito teatral sovi¨¦tico. Tras llegar a Madrid, en 1973, colabor¨® estrechamente con el maestro William Layton. Hace tres a?os abri¨® Tribue?e con el prop¨®sito de singularizar los cl¨¢sicos del siglo XX: esta sala quiere ser la e?e en un entorno voc¨¢lico. En el Retablo de Kuberskaia intervienen alg¨²n actor veterano, j¨®venes y alumnos suyos en proceso de formaci¨®n. M¨¢s que el resultado, importa la dimensi¨®n de un empe?o que estaba pendiente. El siguiente reto de Tribue?e tambi¨¦n est¨¢ fuera de norma. Hugo P¨¦rez, asesor musical y escen¨®grafo del Retablo, dirige Por los ojos de Raquel Meller, homenaje on¨ªrico a la reina del cupl¨¦ (del 2 de diciembre al 28 de febrero). El espect¨¢culo evoca su llegada a Barcelona, su deb¨² en las barracas del Paralelo, su triunfo en Madrid y en Par¨ªs, donde vivi¨® muchos a?os. La popularidad de Raquel Meller igual¨® a la de la Duse, Mistinguette y Josephine Baker.
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