'Castellers' de Mumbai alzan una 'pir¨¢mide' de siete pisos

Una vez al a?o, en la ciudad india de Mumbai, se conmemora el nacimiento del dios Krishna construyendo una especie de pir¨¢mides humanas similares a los castells que se levantan en Catalu?a. Miles de j¨®venes se agrupan en mandales -las colles catalanas-, de los que puede haber unos 500 en Mumbai. Un grupo de mandales particip¨® ayer en una exhibici¨®n en Vilafranca del Pened¨¨s.

Si el objetivo de las agrupaciones de castells de nuestras tierras es la autosuperaci¨®n, la de los mandales es llegar mediante el alzamiento de estas pir¨¢mides, que pueden llegar a ser de hasta ocho pisos de altura, a una olla o handi, que se coloca colgada del centro de las plazas y que, repleta de yogur, debe ser rota por el miembro que va en la parte superior, al que en la versi¨®n catalana se podr¨ªa identificar como anxaneta.

La tradici¨®n de las pir¨¢mides indias arranca de hace unos 5.000 a?os, cuando se cuenta que el dios Krishna era peque?o y una de sus muchas travesuras consist¨ªa en juntarse con sus amigos y levantar peque?as estructuras trepando entre ellos y de esa forma llegar al handi.

El pasado verano, un grupo de castellers de varias agrupaciones catalanas acudi¨® al festival del Janamashtami para conocer c¨®mo se alzaban esas estructuras. Ese encuentro se hace cada verano en Mumbai en conmemoraci¨®n de la ancestral tradici¨®n.

La visita de los castellers catalanes es lo que ahora ha propiciado la presencia de los representantes de varios castellers indios o govindas, que es como se denominan all¨ª. El encuentro, que se ha prolongado durante dos semanas, tuvo uno de sus puntos culminantes en la celebraci¨®n de una exhibici¨®n conjunta de una docena de govindas con los Castellers de Vilafranca. En la misma, los govindas levantaron una pir¨¢mide de siete pisos para romper exitosamente un handi ante la atenta mirada de cientos de aficionados castellers ansiosos de conocer esta ancestral tradici¨®n, que no resulta tan uniforme como lo es la catalana a juzgar por lo variopinto de la vestimenta de los govindas.