Vitalidad de las TIC
Las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de la comunicaci¨®n (TIC) siguen siendo los principales catalizadores de la din¨¢mica de innovaci¨®n que preside la econom¨ªa mundial: fuentes importantes del crecimiento de la renta por habitante en aquellas econom¨ªas cuyos agentes actuaron de forma consecuente con los beneficios que anticipaban. Un sector que no deja de crecer, aunque lo haga a ritmos m¨¢s moderados que los registrados en la segunda mitad de los noventa, cuando se empezaron a manifestar lo que hoy ya son evidencias incuestionables: sus efectos favorables sobre el crecimiento de la productividad de las organizaciones, privadas y p¨²blicas, y sobre el conjunto de la econom¨ªa. La OCDE anticipa para 2007 ritmos de crecimiento en la inversi¨®n en esas tecnolog¨ªas que seguir¨¢n superando al del PIB mundial, similares a los mantenidos en los ¨²ltimos tres a?os, del 6%, que ser¨¢n del 4,2% en las econom¨ªas avanzadas.
El sector supone el 9% del valor a?adido empresarial en el conjunto de la OCDE, pero en Espa?a esa cifra s¨®lo es algo superior al 6%
Estamos ante un sector que contribuye con el 9% del valor a?adido empresarial en el conjunto de los pa¨ªses integrados en la OCDE (los ¨²ltimos datos disponibles agregados son de 2003), con diferencias muy significativas entre ellos. En Finlandia, Corea, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos o Suecia, ese porcentaje es significativamente superior al promedio, mientras que en 16 de los 30 pa¨ªses que integran esa organizaci¨®n la proporci¨®n es muy inferior. En Espa?a esa cifra es algo superior al 6% que representaba en 1995; cuando en nuestro pa¨ªs excluimos los servicios de telecomunicaciones, la proporci¨®n que representan las manufacturas y los otros servicios TIC, es de las m¨¢s bajas, sin apenas incrementos significativos en ese periodo. En empleo, la posici¨®n del conjunto del sector espa?ol de TIC en 2003 era de las m¨¢s bajas, ligeramente superior a la de M¨¦xico y Grecia.
De la significaci¨®n del potencial innovador de este sector sigue dando cuenta la canalizaci¨®n de recursos hacia las actividades de I+D, en las propias TIC y su transmisi¨®n hacia otros sectores. En t¨¦rminos de PIB, Finlandia sigue encabezando las clasificaciones de recursos asignados a ese prop¨®sito, mientras que Espa?a compart¨ªa una de las ¨²ltimas posiciones, con apenas un 0,1% asignado en 2003. Un exponente del potencial del sector lo ofrece igualmente la apuesta inversora de los fondos de capital riesgo en la mayor¨ªa de las econom¨ªas avanzadas. Nuevamente el contraste con lo que ocurre en Espa?a es significativo: la inversi¨®n gen¨¦rica de este tipo de fondos crece bastante, pero lo hace mucho menos la concretada en capital semilla y casi nada en el vinculado a las TIC.
De las tendencias m¨¢s recientes cabe destacar la emergencia como productores y consumidores de econom¨ªas consideradas menos desarrolladas, no s¨®lo las asi¨¢ticas, sino igualmente algunas del este de Europa. La intensificaci¨®n de la competencia global impulsa ahora la b¨²squeda de generaci¨®n de ganancias de eficiencia en las empresas no s¨®lo a trav¨¦s de localizaciones con costes m¨¢s bajos del factor trabajo, sino muy especialmente con habilidades suficientes en la producci¨®n de estos bienes y servicios. Ello significa, b¨¢sicamente, destinos donde se ha cuidado la educaci¨®n relevante para la asimilaci¨®n de estas tecnolog¨ªas: alfabetizaci¨®n digital en definitiva. As¨ª se pone de manifiesto cuando se observa la direcci¨®n de los crecientes flujos de inversi¨®n extranjera directa que est¨¢n llevando a cabo las empresas del sector y seguir¨¢n llevando en 2007, ya sea mediante deslocalizaciones directas o a trav¨¦s de fusiones y adquisiciones transfronterizas, particularmente expl¨ªcitas en el presente a?o. Una tendencia en gran medida determinada por la r¨¢pida innovaci¨®n en el sector y la f¨¢cil comercializaci¨®n transnacional de sus servicios, que posibilita el suministro de los mismos desde localizaciones remotas: la geograf¨ªa importa menos que las habilidades de la poblaci¨®n y la disposici¨®n y accesibilidad de las infraestructuras digitales que ofrece el pa¨ªs o la regi¨®n en cuesti¨®n.
Tendencias todas ellas que obligan a incrementar los esfuerzos inversores de Espa?a, de muy tard¨ªa incorporaci¨®n a la sociedad de la informaci¨®n. Las se?ales de superaci¨®n de ese retraso est¨¢n siendo mucho m¨¢s expl¨ªcitas en el sector publico que en el sector privado. No s¨®lo en las decisiones de gasto p¨²blico, sino tambi¨¦n en aquellas otras tendentes a modernizar el suministro de servicios p¨²blicos y a garantizar una interlocuci¨®n digital con los ciudadanos.
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