Esta central emite m¨¢s que 2,4 millones de coches

Llueva o haga sol, el humo que sale de la chimenea, de 356 metros de altura, es siempre el mismo. En As Pontes de Garc¨ªa Rodr¨ªguez no hay se?a de identidad m¨¢s fuerte que la imponente mole de la central. Por eso hay quien lo llama el Springfield gallego, porque como en el caso de la peque?a ciudad de Los Simpson, los or¨ªgenes y la vida entera de este pueblo de 12.000 habitantes, en el noreste de A Coru?a, est¨¢n ligados a la t¨¦rmica. Aunque ahora s¨®lo trabajan en la planta de energ¨ªa y en la mina adyacente unos 300 de los 3.000 obreros que empleaba hace una d¨¦cada, la central es As Pontes y As Pontes es la central. Una instalaci¨®n que emiti¨® en 2004 10,7 millones de toneladas de CO2

"En 2008 reduciremos un 20% las emisiones de CO2", afirma un dirigente de la central

una cantidad equivalente a la que producen 2,4 millones de coches.

No hay concurso escolar o exposici¨®n en la que no salga a relucir. Maquetas sobre la reforestaci¨®n de la escombrera de la mina, a cargo de la empresa propietaria, Endesa, decoran el Ayuntamiento. Y todo es gratitud hacia la empresa que financi¨® el nuevo pol¨ªgono industrial, que da trabajo a mil personas.

"Sin Endesa este pueblo se hundir¨ªa", afirma el nacionalista Francisco Da Silva, primer teniente de alcalde de la corporaci¨®n. Sin llegar a tanto, el alcalde, Vito Guerreiro, reconoce que la presencia de la el¨¦ctrica, que se instal¨® en 1972 , "ha sido muy positiva". Tan positiva que Endesa ha convertido la zona de As Pontes, donde explota dos hidroel¨¦ctricas, un parque e¨®lico, y construye una nueva central de ciclo combinado de 800 megavatios de potencia, en el primer lugar de generaci¨®n de energ¨ªa de Espa?a.

Pero, hay un gran pero. Con sus casi 1.500 megavatios de potencia instalada, capaz de cubrir el 5% de la demanda nacional, As Pontes es tambi¨¦n el mayor foco de contaminaci¨®n por CO2 de Espa?a. Y los tiempos no est¨¢n para bromas en lo que a di¨®xido de carbono se refiere. La estrecha relaci¨®n de este gas con el cambio clim¨¢tico es algo que hoy no se cuestiona. El calentamiento global es el nuevo fantasma que recorre el mundo, y el ¨¦xito del documental realizado por el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, no deja dudas al respecto. Pero una cosa es la teor¨ªa, y otra la pr¨¢ctica. Espa?a, que ratific¨® con entusiasmo el Protocolo de Kioto, se ve ahora incapaz de cumplirlo. Y As Pontes es s¨®lo una de las razones de este fracaso.

Pero no se trata s¨®lo de CO2. Ram¨®n Varela, miembro del principal grupo ecologista local, Adega, ha calculado con datos de 2000, que las t¨¦rmicas gallegas (sobre todo As Pontes, de Endesa y Meirama, de Uni¨®n Fenosa), "emiten el 30% de todo el di¨®xido de azufre del estado espa?ol". Y el SO2, que se convierte en la atm¨®sfera en ¨¢cido sulf¨²rico, se deposita despu¨¦s en forma de lluvia ¨¢cida. Por eso, As Pontes figura en las listas negras de los ecologistas desde hace a?os, junto a las grandes centrales de carb¨®n europeas.

Jaime Alejandre, director general del Ministerio de Medio Ambiente es cauteloso con el tema, porque muchas industrias han hecho enormes esfuerzos de mejora tecnol¨®gica. Una de las contaminadoras hist¨®ricas, la fabrica de celulosa de ENCE, en Pontevedra, denunciada una y mil veces por los vertidos a la r¨ªa y por el hedor que atraviesa la ciudad cuando sopla el viento, "tiene hoy la mejor tecnolog¨ªa disponible". Tambi¨¦n As Pontes ha mejorado su comportamiento medioambiental. Los a?os en los que quemaba 12 millones de toneladas de lignito local, cargado de azufre, han quedado atr¨¢s. Hoy consume cinco millones de toneladas de lignito al a?o y tres de carb¨®n subbituminoso importado de Wyoming y de Indonesia, mucho m¨¢s ecol¨®gico.

"Lo traen en barco hasta la r¨ªa de Ferrol, y desde all¨ª se transporta en camiones hasta la central. ?Eso no contamina?", se queja Humberto Fidalgo, m¨¦dico de la zona y miembro de Adega, que ve con horror c¨®mo las instalaciones de Endesa se expanden, "destruyendo el territorio". Primero fue la mina a cielo abierto, pr¨¢cticamente agotada, que ha dejado en el paisaje una herida espectacular. Y ahora los camiones cargados con carb¨®n importado. Fidalgo es muy activo en la oposici¨®n a la nueva terminal portuaria para el gas, prevista en la r¨ªa de Ferrol. Para almacenar este combustible se han construido ya dos gigantescos dep¨®sitos, a un paso de las casas, en Mugardos.

Todo es poco para los ¨ªmpetus expansionistas de Endesa que, sin embargo, asegura estar en la senda de la contenci¨®n. "A partir de 2008 reduciremos un 98% las emisiones de SO2, y hasta un 20% las de CO2", asegura Jes¨²s Abad¨ªa, director de Medio Ambiente de la el¨¦ctrica. Desde la sala de reuniones de As Pontes se contempla el gigantesco almac¨¦n de carb¨®n.

Pero, ?y mientras tanto? No se puede decir que Endesa tenga enfrente una gran oposici¨®n. La relaci¨®n con las autoridades auton¨®micas es perfecta y las protestas espor¨¢dicas de los ecologistas no han encontrado eco en el pueblo. La leyenda local dice que el viento se lleva a Inglaterra los malos humos de As Pontes. Y los prejubilados de Endesa, que se re¨²nen esta ma?ana soleada de oto?o ante el local de la asociaci¨®n, culpan al tr¨¢fico de todo. "Lo que yo digo es que aqu¨ª somos todos muy hip¨®critas. No quieren las centrales de carb¨®n porque contaminan, ni las nucleares, tampoco les gustan las hidroel¨¦ctricas... pero luego bien que queremos la nevera, y el televisor", dice el m¨¢s locuaz, y los dem¨¢s le aplauden.

Adem¨¢s, As Pontes funciona dentro de la m¨¢s escrupulosa legalidad. Cumple la normativa, y cuenta con el certificado de gesti¨®n medioambiental de AENOR ISO 14001. "La central est¨¢ conectada con un centro que mide la calidad del aire, en A Coru?a, y cuenta con 17 estaciones para medir la contaminaci¨®n a nivel de terreno. Funcionamos de acuerdo con estos par¨¢metros, que est¨¢n disponibles en la sala de control. Si se dispara el di¨®xido de azufre, por ejemplo, se inyecta m¨¢s carb¨®n importado en la caldera", explica Abad¨ªa.

La sala de control, repleta de pantallas est¨¢ en un extremo de la planta, detr¨¢s de la zona de las turbinas, con su ruido ensordecedor. A la izquierda quedan las calderas, ennegrecidas por el holl¨ªn. La limpieza est¨¢ re?ida con el carb¨®n. Pero el carb¨®n, asegura Abad¨ªa, lejos de ser el pasado de la generaci¨®n el¨¦ctrica, puede ser el futuro. "Toda empresa energ¨¦tica tiene que buscar un equilibrio entre la componente medioambiental, la competitividad de los precios de los combustibles, y la seguridad de abastecimiento. Carb¨®n hay para 400 a?os y es m¨¢s barato que el petr¨®leo y que el gas". Conclusi¨®n: tenemos centrales sucias para rato. Abad¨ªa lo niega. "Estamos seguros de que se llegar¨¢ a eliminar el problema del CO2, igual que hay filtros para el azufre, o el nitr¨®geno. En Estados Unidos se est¨¢ investigando a fondo". Entre tanto habr¨¢ que seguir contaminando.