Nunca es tarde para aprender
El bachillerato formar¨¢ parte de la ense?anza para adultos, que tiene m¨¢s de 358.000 alumnos
El refranero tiene una sentencia para casi todas las situaciones. Si se buscase una para describir la educaci¨®n de adultos, ser¨ªa probablemente nunca es tarde si la dicha es buena. En el caso de Alejandro Urdiales (19 a?os), es un poco m¨¢s tarde que el resto de chicos de su edad porque el objetivo que busca es obtener el t¨ªtulo de educaci¨®n obligatoria (hasta los 16 a?os). A esa edad dej¨® el instituto, recuerda, porque quer¨ªa "ganar dinero" y porque nadie en su "entorno estudiaba". "Lo vas dejando y, poco a poco, se hace muy cuesta arriba". Ahora, animado por su novia, cursa 6? de secundaria (el equivalente a 3? y 4? de ESO) en el centro de Educaci¨®n de Adultos de Vic¨¢lvaro (Madrid). Compagina las clases por las tardes con su trabajo matinal de t¨¦cnico de electrodom¨¦sticos, y su objetivo, dice, es "hablar mejor, saber m¨¢s cosas" y, ?qui¨¦n sabe?, tal vez, "seguir estudiando": FP o bachillerato, la universidad...
Echando un vistazo, un mi¨¦rcoles por la tarde, a la clase de 5? o 6? (equivalente a 1? y 2? de ESO) del centro de Vic¨¢lvaro, la imagen, salvo algunas excepciones, no se diferencia mucho de la que se puede encontrar en los ¨²ltimos cursos de cualquier instituto. La mayor¨ªa de los alumnos son j¨®venes que rondan los 20 a?os. El 35% de los alumnos de toda la educaci¨®n de adultos tiene entre 16 y 24 a?os. En algunas comunidades mucho m¨¢s, como el 76% de Galicia. Y eso contando tambi¨¦n todos los estudiantes de la formaci¨®n ocupacional y la no reglada (que no lleva a ning¨²n t¨ªtulo) donde la media de edad se va hasta el otro extremo (otro 41% de toda la educaci¨®n de adultos tiene m¨¢s de 40 a?os).
A los programas que conducen a un t¨ªtulo (de secundaria obligatoria o para acceder a la FP de grado medio o superior o a la universidad para mayores de 25) se le sumar¨¢ el pr¨®ximo curso el bachillerato, como se contempla en el decreto de ense?anzas m¨ªnimas para esta etapa que est¨¢ redactando el Gobierno, asegur¨® el secretario general de Educaci¨®n, Alejandro Tiana. Una iniciativa que saludan con entusiasmo los profesionales ya que, hasta ahora, los alumnos que obten¨ªan el t¨ªtulo obligatorio en la escuela de adultos ten¨ªan que volver al instituto.
"Son chavales que no estudiaron en su d¨ªa, se iban de pellas, estaban descentrados, y 2, 3 o 10 a?os despu¨¦s de dejarlo vuelven, con la diferencia fundamental de que ahora vienen porque ellos quieren. Y la mayor¨ªa sigue estudiando despu¨¦s", explica Pilar Alcaide, profesora del ¨¢rea de Sociales y orientadora del centro, con m¨¢s de 20 a?os de experiencia docente. Alcaide, como el resto de sus compa?eros, se?ala que lo m¨¢s gratificante es ver c¨®mo los alumnos "se dan cuenta de que la idea que les hab¨ªan metido en la cabeza de que no eran capaces era mentira
o cuando les ves salir con el t¨ªtulo, con la autoestima recuperada".
Muchos chicos se apuntan y luego no van, otros dejan de ir a mitad de curso, sin embargo, muchos otros lo consiguen. Cuando se habla de un 30% de fracaso escolar no se tiene en cuenta que casi uno de cada tres j¨®venes que abandonan la ESO sin el graduado vuelve a estudiar en los cuatro a?os siguientes.
Pero Alcaide tambi¨¦n se?ala problemas. Para empezar, la prueba de nivel que hacen los j¨®venes para acceder a 5? o 6?. "Es todos los a?os la misma, no se valoran las aptitudes y no es ni lejanamente cient¨ªfica", asegura Alcaide. "Muchos chicos lo dejan si entran en 5? y ven que se lo tienen que sacar en dos a?os. Para ellos ser¨ªa mejor prepararse el acceso a la FP de grado medio", a?ade. Estas pruebas de acceso a la FP, aunque las contempla la ley, no est¨¢n generalizadas en todas las comunidades: las de grado medio se ofrecen en 11 comunidades y las de grado superior, en 12, seg¨²n datos oficiales de 2005. "Quiz¨¢ ser¨ªa mejor reforzar estas pruebas de acceso e, incluso, incluir alg¨²n ciclo de grado medio en los centros de adultos, algo posible con los medios actuales, y dejar la educaci¨®n no formal en manos de las universidades para mayores, o los ayuntamientos", propone Alcaide.
En la clase del mi¨¦rcoles en Vic¨¢lvaro, Manuel Ruiz est¨¢ a punto de cumplir 18 a?os; es carnicero por las ma?anas y quiere sacar el t¨ªtulo para optar a un empleo "en el que no haya que trabajar tanto y se cobre tan poco". A su lado, Mayte Garc¨ªa, de 47 a?os, casada y con un hijo de 26, rellena en un mapa mudo de Espa?a el nombre de las comunidades. "Dej¨¦ de estudiar en 1973. Ahora quiero sacar el t¨ªtulo como una satisfacci¨®n personal", explica. Ella es la mayor de la clase.
La satisfacci¨®n personal, pasar el tiempo o acceder a un trabajo mejor son las motivaciones de los alumnos de la clase contigua, de formaci¨®n ocupacional en inform¨¢tica para personas en paro o que quieren mejorar en su situaci¨®n laboral. Este ¨²ltimo es el caso de Paqui Garc¨ªa (46 a?os), que trabaja como limpiadora, o de Gabriela Sabin (36), asistenta rumana. Pero tambi¨¦n est¨¢n en su aula Pedro Alonso, jubilado de 74 a?os, o ?ngel Salazar, obrero de 36 quien, entre trabajo y trabajo, ha decidido darse un descanso con este curso. La edad media del alumnado tambi¨¦n sube bastante en los primeros tramos de la educaci¨®n b¨¢sica (alfabetizaci¨®n y consolidaci¨®n) donde el perfil es de mujer, mayor y desocupada.
En el centro de Vic¨¢lvaro hay 714 alumnos, incluyendo las clases de espa?ol para extranjeros, detalla Paz Garc¨ªa, su directora. Con 19 a?os de experiencia en la educaci¨®n de adultos, Garc¨ªa termina con un apunte sociol¨®gico: "La precariedad laboral de los j¨®venes se ha notado aqu¨ª. Antes, los chicos que ven¨ªan a sacar el t¨ªtulo obligatorio ten¨ªan un trabajo fijo, estable. Ahora, un porcentaje muy alto deja de venir porque le cambian el turno, se le acaba el contrato, le obligan a hacer horas extras...".
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