Comprar un futuro por 9.000 euros

"Me sent¨ª estafada, me pareci¨® una injusticia lo que estaban haciendo con nosotros y decid¨ª denunciarlo a la polic¨ªa". Claudia habla despacio. Su rostro tiene el aspecto de aquellos a los que la vida no siempre ha tratado bien. Pero mira de frente y desprende fuerza. Y cansancio. Juan la mira de reojo y respira hondo. "Tuvimos que abandonar Villarrobledo (Albacete). Recibimos amenazas y no nos sent¨ªamos seguros all¨ª", confiesa Claudia. Toma un cigarrillo entre los labios y lo enciende. Juan cruza los brazos sobre el pecho y mira a su alrededor mientras intenta encontrar las palabras. "Si hubiese estado en mi mano, nunca lo habr¨ªa denunciado".

?l, rumano, de 37 a?os. Ella, espa?ola, de 51. Juan y Claudia (nombres supuestos) viv¨ªan hasta hace unos meses en Villarrobledo, de donde han tenido que huir. En esta localidad la polic¨ªa acaba de desmantelar una red que favorec¨ªa la inmigraci¨®n ilegal. Una gestor¨ªa reclutaba a empresarios, captaba a los extranjeros a trav¨¦s de intermediarios, en el pueblo o en sus pa¨ªses de origen, y tramitaba los permisos de trabajo y residencia. Por ello cobraba hasta 9.000 euros. La operaci¨®n se inici¨® en enero, con la detenci¨®n de Jos¨¦ Luis Requena como presunto cerebro, y concluy¨® la pasada semana. En total, 50 detenidos: 37 empresarios y 13 intermediarios.

Una gestor¨ªa convenc¨ªa a empresarios de que cobraran a cambio de las ofertas de trabajo

"Me ense?¨® los papeles que ten¨ªa. ?ste, 3.000 euros; ¨¦ste, 4.000", relata la denunciante

Hay m¨¢s de 500 v¨ªctimas y Claudia y Juan fueron los primeros (y de los pocos) que se atrevieron a denunciarlo. Se conocieron poco despu¨¦s de que Juan llegase al pueblo "con una visa de turista", relata Claudia. Juan se qued¨® como ilegal en Espa?a y empez¨® a trabajar en el campo. "Cuando acab¨® la vendimia, el jefe de Juan accedi¨® a arreglarle los papeles", explica Claudia. "?l se quedar¨ªa con una parte del sueldo que nos deb¨ªa para pagar los tr¨¢mites, y el resto nos lo dar¨ªa", prosigue. Juan tendr¨ªa que volver a Rumania, esperar la oferta de trabajo, y luego regresar a Espa?a.

Una vez conseguida esta oferta de trabajo, Claudia se dirigi¨® a la gestor¨ªa Requena, para que les ayudaran, y donde ten¨ªa que pagar 600 euros "para que preparasen los papeles que el contratista ten¨ªa que llevar a la oficina de extranjer¨ªa, para que Juan viniese", explica. "Le dije a Jos¨¦ Luis Requena, el de la gestor¨ªa, que ya ten¨ªa una oferta, y ¨¦l me respondi¨® que ten¨ªa mucha suerte porque era el primer caso que arreglaba de alguien que ten¨ªa una oferta gratis; que los empresarios estaban cobrando cuatro y cinco mil euros por eso", detalla Claudia, a quien la polic¨ªa reconoce como la persona que puso sobre la pista de la red de inmigraci¨®n ilegal.

"Todos los inmigrantes sab¨ªamos lo que hac¨ªa", incide Juan. "?l ten¨ªa gente que hablaba con los que llegaban. Les dec¨ªan que, por dinero, los empresarios les daban un trabajo y Jos¨¦ Luis arreglaba los papeles. Y a ellos les ten¨ªas que pagar para que te llevasen a la gestor¨ªa", afirma Juan.

Claudia prosigue: "?l mismo me ense?¨® los papeles que ten¨ªa, mientras dec¨ªa, mira: ¨¦ste, tres mil euros, ¨¦sta, cuatro mil...". Habla sin pausa mientras Juan asiente de cuando en cuando. Se interrumpe un momento para mirar una foto de Jos¨¦ Luis Requena, que fue detenido como presunto cerebro de la red, y ahora se encuentra en libertad con cargos y afirma: "Ese es".

Mientras Juan estaba en Rumania, esperando la oferta pactada, las cosas cambiaron. "El contratista habl¨® con Jos¨¦ Luis y le capt¨®", asegura Claudia. El contratista hab¨ªa cambiado de opini¨®n sobre la gratuidad de su oferta y decidido "quedarse" con el dinero que deb¨ªa a Juan por su trabajo en las vi?as. "Nos deb¨ªa m¨¢s de 800 euros", dice Claudia. "Requena le convenci¨® para que el d¨ªa que fuera a arreglar los papeles a la oficina de extranjer¨ªa, me dijese que se hab¨ªa enterado de que por las ofertas de trabajo se cobraba mucho dinero...".

Juan se revuelve en el sof¨¢. No est¨¢ conforme con la denuncia de su pareja, a pesar de que ¨¦l es el afectado m¨¢s directo. "No conf¨ªo en que esto vaya a llegar a ninguna parte. A nosotros nos enga?aron y hemos tenido que salir de nuestra casa. Y a ellos, de momento, no les ha pasado nada".

El miedo a denunciar es el denominador com¨²n de las v¨ªctimas de esta red. Y lo cierto es que muy pocos lo han hecho. Juan volvi¨® de Rumania gracias a la oferta de trabajo fraudulenta y no recuper¨® su dinero. "Adem¨¢s, como le deb¨ªa a Requena 200 euros de los 600 que me hab¨ªa pedido, no quer¨ªa dar a Juan de baja en ese contrato falso para que pudiera trabajar en otro sitio", lamenta Claudia.

Pero ella no estaba dispuesta a callarse, a pesar de todo. "Me fui a la oficina de UGT, a contar lo que me estaba pasando y ellos me invitaron a denunciarlo a la Polic¨ªa Local". Desde all¨ª, Claudia fue remitida a la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa y Documentaci¨®n de Albacete. La chispa hab¨ªa prendido, pero Juan no supo nada hasta que volvi¨®. "De haberlo sabido no la habr¨ªa dejado denunciar", asegura.

Desde que Claudia present¨® esa denuncia han pasado 11 meses. Aunque los presuntos culpables se enfrentan apenas de entre cinco y diez a?os por falsificaci¨®n documental y promoci¨®n de la inmigraci¨®n ilegal, Juan no conf¨ªa en que vaya a hacerse justicia. "Si no se arregla, vamos a tener problemas", desconf¨ªa. Y aunque Claudia es m¨¢s optimista no puede evitar admitir que desde que empez¨® todo esto apenas puede dormir.